The BlockchainBay: así es la herramienta de búsqueda de torrents alojada en una blockchain y creada por un argentino
Es un buscador experimental de archivos compartidos, pero montado sobre la cadena de bloques de la red descentralizada Polygon, lo que debería hacerla invulnerable a pedidos de bloqueos
“Los boomers también podemos participar de la blockchain”, dice entre risas Alfredo Ortega, argentino y especialista en seguridad informática y desarrollador. Tiene una larga historia de méritos y experiencia: hace unos años, por ejemplo, encontró vulnerabilidades en el mensajero seguro Signal y una forma de multiplicar votos en el sistema de voto electrónico que se usó en la Ciudad de Buenos Aires.
Ortega acaba de crear un prototipo bautizado BlockchainBay, una herramienta simple de distribución de torrents, como The Pirate Bay, de quien toma el nombre, pero alojada en una blockchain. Esto hace que sea “imposible de bajar”, explica, haciendo referencia a la práctica habitual de bloquear el acceso a este tipo de servicios, muchas veces usado para distribuir contenido pirateado. “Lo que hice fue un clon del sitio, no exacto, con una funcionalidad similar, que usar una blockchain en vez de un servidor. La ventaja que tiene es que no podés bajar la red, subís algo a la blockchain, y como son un montón de bloques enganchados con otros, es imposible bajarla”, señala.
Just committed 'BlockchainBay', a simple torrent distribution tool, like The Pirate Bay but hosted on the blockchain. Good luck trying to take it down. Repo here: https://t.co/nnhYDbcskz pic.twitter.com/HOP5gjjv6U
— Alfredo Ortega (@ortegaalfredo) July 12, 2022
En rigor, esto que hizo Ortega es algo que está muy extendido en el mundo de las finanzas. Por ejemplo, detrás del bitcoin, existe una red descentralizada que valida transacciones y evita el fraude. Pero Ortega señala que “no solo sirve para eso. Por eso me interesaba un proyecto más que nada educativo, al cual todavía le faltan muchas cosas”, aclara. BlockchainBay está alojado en Polygon, un tipo de red descentralizada a la cual están conectadas cientos de nodos, que no son más que computadoras que aportan sus recursos (CPU y disco rígido), y reciben una recompensa por ello. Así, quienes quieran subir sus torrents al sistema montado por Ortega deberán pagar en función de los recursos que necesiten. El dinero no va para él, sino que lo reciben directamente a los nodos (las personas que aportan el hardware para formar la red), sin intermediación.
La decisión y la prueba de montar un The Pirate Bay de esta manera tienen un sentido para Ortega. “Es demostrar el poder de blockchain. Es una AWS (Amazon Web Services, por el servicio en la nube que ofrece Amazon) que no te lo pueden bajar. Está ahí para siempre. Tenés que bajar todos los nodos. Es cierto que aún es muy caro el almacenamiento, pero cada vez es más barato”, describe. “No se cae porque se tendrían que todos los nodos al mismo tiempo. Están replicados los datos de la blockchain. No están en un solo país, no están sujetos a una sola ley. Pueden ser ilegales en un país, pero legales en otra. Y por eso es casi imparable”.
Así, podría ser una alternativa a IPFS, un protocolo que busca ofrecer una puerta web descentralizada a las redes de distribución de torrents, pero que hasta ahora no ha demostrado su viabilidad.
Sobre el uso de BlockchainBay, Ortega señala que aún falta para que sea simple de utilizar. “Todavía no le hice una interfaz gráfica”. Y que por ahora solo lo verificó en Linux (en la distribución Ubuntu). Las bibliotecas están subidas a Github. “Está desarrollado en Python y te tenés que configurar una cuenta, configurás el acceso y ahí ya podés poner las palabras claves de lo que estás buscando. Entonces sí lo encontrás, te va a abrir el cliente de Torrent para empezar a bajarlos. Lo hice el fin de semana y lo voy a ir mejorando”, se aventura.
En diálogo con LA NACION, Ortega recuerda lo que sucedió con el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump: tras alentar los incidentes en el Capitolio, sus seguidores no consiguieron servidores que alojaran Parler, la plataforma donde se comunicaban, o cuando Twitter, Google y otras tantas bloquearon las cuentas del anterior mandatario de los Estados Unidos. “Ahí te das cuenta de que en Internet no sos tan libre como creés que sos. Sos libre mientras seas amigo de AWS, de Google, o te cancelan todo. La internet libre no es tan libre como parece”, remarca, y aclara: “Toda tecnología tiene su lado bueno y su lado malo”.