La mayoría de los hoteles porteños siguen cerrados por los altos costos de abrir
A pesar que los hoteles porteños desde el lunes están habilitados para recibir huéspedes con fines no turísticos, según el acuerdo de la semana anterior entre Horacio Rodríguez Larreta y representantes de las cámaras hoteleras y el Ente de Turismo, son pocos, apenas un puñado, los que decidieron abrir.
Si bien la nueva disposición abarca un potencial de 1206 establecimientos en condiciones de ofrecer su servicio una vez adoptados los protocolos y medidas dictadas por el ejecutivo porteño, con el aval del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, desde las entidades que los agrupan ponen en duda la efectividad de la medida y estiman que la reapertura apenas alcanzaría a un 10 o 15 por ciento del sector
El sector duda en la conveniencia de abrir sus puertas, ya que los costos de puesta en marcha, incluyendo la implementación de protocolos sanitarios, aún para una ocupación ínfima, no permitiría generar ningún tipo de rentabilidad que cubra siquiera los costos operativos. Se estima que el valor de llevar adelante los protocolos de limpieza alcanza los 200.000 pesos mensuales, como mínimo.
"No hay forma de recuperar la plata que vas a tener que poner"
"Desde ya, son muy pocos hoteles los que van a abrir, alrededor de un 10 o 15 por ciento. Si bien va a demandar un costo de inversión inicial para los protocolos, que va a variar de acuerdo al tamaño del hotel, las cadenas o las estrellas, el mayor costo pasa porque no tenés huéspedes. Por más que no tengas que invertir un peso, si yo abro el hotel tengo que cargar toda la nómina de empleados que hay que pagar full, porque hoy muchos están suspendidos, y se pierden un montón de beneficios. No el de la ATP (Ayuda al Trabajo y la Producción), que en principio no lo perdés porque se compara con la facturación del año pasado, pero igualmente es mucho más costoso. El problema es que no hay público", señala Javier Vigliero, presidente de la filial Buenos Aires de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT), a LA NACION.
Y añade: Si bien es un buen paso, y la verdad es que está bien, si lo analizás un poco no tiene sentido abrir. No hay forma de recuperar la plata que vas a tener que poner. La hotelería, sin los vuelos nacionales e internacionales, está frita, no tiene posibilidades de progresar mucho. La hotelería de Buenos Aires depende del tránsito de los turistas internacionales, de los hombres de negocios e incluso del turismo regional que llega del interior del país. Sin vuelos comerciales, con restricción de circulación interprovincial y con las fronteras cerradas, tendremos hoteles abiertos pero sin pasajeros".
Es importante destacar que se trata de una reapertura con fines no turísticos, y que los hoteles permanecerán habilitados solamente para aquellos trabajadores no residentes en la ciudad y para quienes deben realizarse algún tratamiento médico y necesiten alojamiento. Los huéspedes deberán presentar el permiso de circulación y no tendrán la obligación de hacer una cuarentena preventiva de 14 días.
Abrir no es sustentable
Por su parte, la presidente de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEGHRA), Graciela Fresno, ratificó que son muy pocos los hoteles que se están decidiendo por abrir en la ciudad. "La mayor parte no va a hacerlo, porque la realidad es que estás abriendo para una cantidad de clientes muy chica, solamente los esenciales que puedan venir a trabajar a la ciudad de Buenos Aires y que además necesiten alojarse en un hotel, un número ínfimo; o para los que vengan a hacer un tratamiento médico, que como no hay aviones ni micros de larga distancia serán aquellos que puedan venir en un auto particular, o sea una muy mínima cantidad. Entonces poner un hotel en marcha, con los costos que eso implica, para tener una ocupación que no llega a un 10 por ciento no es sustentable. En total no creo que abran más de 50 hoteles", sostuvo Fresno.
Y concluye: "Acá el turismo esté prohibido, la gente no puede circular, las provincias están cerradas. Si vas a un lugar no te dejan entrar, te tenés que hacer el hisopado, y si salís, cuando volvés tenés que hacer la cuarentena, lo cual es muy restrictivo. Hasta que no haya libertad de circulación, se pongan en movimiento las aerolíneas comerciales y los micros de larga distancia, el hotelero no tendrá una actividad sustentable en el tiempo. Y si a eso le sumás lo que tenés que invertir para cumplir con todas las medidas de seguridad sanitaria para cumplir los protocolos, cantidades industriales de alcohol, la señalética, los barbijos, los guantes, las alfombras sanitarias, material descartable para el desayuno, son números interesantes. Además, hay que contar toda la adaptación de los sistemas de reservas para hacer los chek in a través de aplicaciones, que también lleva un costo importante, un montón de costos que te hace pensarlo dos veces".
Quizás, a partir de diciembre
"En esta oportunidad nosotros no estamos abriendo el hotel, porque la verdad es que no es conveniente económicamente. Nuestra intención es abrir una vez que estén abiertas las fronteras. Somos un hotel pequeño, tenemos unas 29 habitaciones y nuestro mercado es fundamentalmente extranjero, y la verdad es que ahora no hay demanda. Recién estamos viendo algo a partir de diciembre, y como a la mayoría nos resulta mucho más costoso abrir el hotel por tres o cuatro habitaciones que mantenerlo cerrado. Todo nuestro personal está suspendido y tenemos los gastos mínimos indispensables. También estamos esperando a ver como se mueve la ciudad, porque si se abre al turismo y acá está todo cerrado, la gente tampoco va a venir", señala por su parte María Victoria López Rodríguez, gerente de Mio Buenos Aires, un hotel boutique en el barrio de Recoleta (Av. Quintana 465).
Consultada sobre la inversión estimada para seguir los protocolos establecidos, López Rodríguez señaló que presupuestaron unos cien mil pesos de inversión inicial, entre señalética, mamparas, cartelería o insumos de alcohol en gel. "Después, mensualmente, el costo de insumos de limpieza más gente que voy a tener extra para que esté todo impecable y demás gastos de lavandería, sumarían 220 mil pesos al mes, además de los que gastamos habitualmente", estimó.
Finalmente, siempre en la misma línea, el presidente de la cadena 525 Hotel, Ricardo Boente, sostuvo: "Esencialmente no se abre porque no hay demanda. Sin vuelos, sin transporte, sin fronteras abiertas, sin posibilidades de circulación, no puede existir demanda. Con la cantidad de hoteles que hay en Buenos Aires, ¿para qué vamos a abrirlos? ¿Para tenerlos vacíos? No tiene sentido. Me parece que lo más lógico en situaciones como ésta, donde la apertura es posible, lo primero es encontrar la forma de generar esa demanda".