Por María Pagola*
Los Pueblos
Catania, la segunda ciudad más grande de la isla, es un lugar ideal para hacer base y recorrer. Algunos osados la llaman la Milán del Sur; para mí es una ciudad gastada, con un aire melancólico, pero bastante vibrante. Está cerca del Etna, de las playas y de la imperdible Ruta de El Padrino (pueblos donde se filmó la película). El lugar top para el turismo es Taormina; y aunque no se puede negar la belleza de su teatro griego, la masividad la convirtió en un Disney para grandes. En cambio, las ciudades de Agrigento y Siracusa, con sus ruinas y templos grecorromanos son lugares a los que siempre dan ganas de volver. Para nadar en agua dulce voy al Gole Alcántara, un paraíso parecido a los ríos cordobeses y para disfrutar del mar a la Scala dei Turchi, un acantilado en escalera blanco marfil. Sicilia es la isla más grande del Mediterráneo y da la sensación de que aún se encuentran lugares-joyas un poco más secretas.
El Etna
Vivir cerca del volcán activo más grande de Europa no es poca cosa. No solo por las veces que nos regala lava, sino porque es como un gigante que le da una energía poderosa a toda la isla. Tiene dos grandes circuitos, el del sur y el del norte. Al del sur se puede subir en aerosilla, pero es extremadamente caro y las vistas no se pueden apreciar con tiempo.
Aunque sean varias horas cuesta arriba, lo mejor es caminar no solamente por la emoción de llegar con esfuerzo, sino por la cosquilla constante de estar subiendo un volcán que tranquilamente puede erupcionar. El circuito del Etna Nord es el menos visitado y es, sin duda, el más espectacular en cuanto a recorridos, trekking y naturaleza diversa. En este ascenso se pueden ver los cráteres de la última gran erupción de lava en 2002; huecos enormes de tierra negra y roja que te hacen sentir una hormiga.
El Mercado de Catania
Catania conquista con su gastronomía. En cualquier panadería se vende la mejor comida callejera que existe por un euro: las cipollinas, tartas individuales hojaldradas, y los arancini, bolas fritas de arroz con ragú. Para hablar del helado de pistacho y avellanas necesitaría toda una revista porque no alcanzan las palabras. Además, como hay sol durante todo el año, las frutas y las verduras crecen ricas y gigantescas.
Catania amanece con cientos de puestos de colores, gritos, ofertas, abrazos, cafés entre amigos, peleas, todo en simultáneo como una coreografía que se repite, pero que nunca es igual. Comprar en el mercado se convierte en un hábito gourmet; los mejores pescados, berenjenas al escabeche, tomates secos, alcauciles asados con ajo, quesos y todo lo imaginable hecho de aceitunas. Creo que poder cortar un tomate rojísimo y bien deforme que te deja mucho olor impregnado en las manos es, en estos tiempos, una experiencia religiosa.
*RECOMENDADO POR: María Pagola. Llegué a Sicilia a principios de 2018 para tramitar mi ciudadanía italiana. Desde entonces pienso que es la región más completa y alucinante de Italia. Aprendí a convivir con ese humor ácido y cariñoso de los sicilianos. Vivo viajando desde 2016 y escribo en el blog Randevuses.
PRODUCCIÓN JULIETA MORTATI