Trufiturismo, la novedosa propuesta que llega a Buenos Aires
Cazar trufas negras. Esta es la nueva y original propuesta turística en el pequeño pueblo de Espartillar, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Si bien en Europa el trufiturismo, como se llama a esta actividad, se desarrolla desde hace años, aquí es toda una novedad, como las trufas mismas prácticamente desconocidas para muchos argentinos, que incluso las confunden con bombones de chocolate.
La caza de trufas tiene su particularidad: como no se las ve a simple vista, se hace con perros adiestrados que buscan los codiciados hongos tuber melanosporum que crecen enterrados, a 50 cm de las superficie.
Por ahora, las visitas se realizan de manera espontánea, pero a partir de junio del año próximo, cuando comience la nueva cosecha (la de este año termina a fin de mes) se podrá hacer formalmente trufiturismo. Las visitas serán viernes, sábado y domingo en dos horarios, uno por la mañana y otro por la tarde.
"Hay mucha gente interesada en saber más de las trufas, se acercan al campo trufero y piden entrar a ver cómo se cosechan las trufas, el año que viene, cuando comience la cosecha, podrán hacer las vistas que durarán aproximadamente dos horas", explica Faustino Terradas, encargado de la comercialización de las trufas del Nuevo Mundo.
La propuesta incluirá una breve introducción para saber un poco más. Por ejemplo que las esporas de estas trufas argentinas fueron traídas de Italia. Se inocularon los frutos de los árboles en viveros y luego se plantaron los plantines. Y tuvieron que esperar cuatro años para que el hongo colonice la raíz de los árboles y se den los primeros hongos.
Al principio, unos pocos kilos, y esta temporada alrededor de 90.
"Esperamos el año próximo cosechar más de 200 kilos y empezar a exportar. Por ahora son para consumo de nuestro mercado", cuenta.
Cómo trufar alimentos
También que se puede trufar alimentos, por ejemplo huevos y manteca. Los huevos crudos, con cáscaras, simplemente se ponen cerca de una trufa y se saborizan, Para hacer manteca se necesitan 3 gramos cada 100 de manteca.
Luego, la caminata en busca de las trufas por el campo de 50 hectáreas plantadas con 20.000 árboles, entre robles y encinas, que se hace con la ayuda de algunos de los cinco perros entrenados, dos traídos especialmente de España para detectarlas.
Las trufas se clasifican para su comercialización en 4 categorías, según su aroma y grado de maduración. Puede ser extra, (cuesta $ 100 el gramo) de primera ($ 80), primera en trozos ($ 70) y de segunda ($ 30).
Por último llegará el momento de la degustación, con dos o tres productos elaborados por trufas y una copa de vino.
"Queremos crecer y que crezca la zona, por eso sólo vamos a ofrecer visitas, para que después la gente pueda comer en los restaurantes del lugar que preparan platos con las trufas, como Peumayén, cerca del campo y Juliette, en la vecina Pigüé, a 50 km.", cuenta Terradas.
Espartillar, un pueblo rural de apenas 800 habitantes y desconocido para muchos, a 560 kilómetros de Buenos Aires, se revolucionó con el emprendimiento de Trufas del Nuevo Mundo.
Gladys Rodríguez, la presidenta del directorio de Trufas del Nuevo Mundo, hasta hace unos años no sabía que era una trufa y ahora es experta. "Una amiga me invitó a sumarme al proyecto, armamos un fideicomiso y compramos el campo. Viajé a España, estudié el tema. Estamos empezando a dar a conocer un producto desconocido para muchos. Recién esperamos tener ganancias en 2021", dice.