Cómo recibe Disney las fiestas: mucho más que fuegos artificiales y magia
ORLANDO.- Hay música en el aire. Los parlantes no se ven pero la música está y suena tanto y en cada rincón que uno ya no sabe si la lleva dentro. En Navidad todo es más. Como el rojo, que no solo es parte del atuendo del ratón Mickey Mouse, creado por Walt Disney hace 90 años, sino que toma las calles, las luces, las flores, las guirnaldas, los locales, las vidrieras, la comida, los moños.
En los parques de Disney World no hay tiempo, de ningún tipo: las fiestas de fin de año comienzan en noviembre porque hay mucho que celebrar y con un mes no alcanza.
No solo los más chicos hacen fila para sacarse una foto con Minnie, la novia de Mickey, vestida como Papá Noel. Los adolescentes, los padres y los abuelos también quieren una selfie con la ratona más famosa del mundo.
Hasta los primeros días de enero, Disney celebra las fiestas con shows especiales, desfiles, comida , fuegos artificiales y con una precisión que abruma: el montaje navideño de todos los parques y los hoteles y los espacios se hace en una sola noche. Quien por esa fecha visita el parque, montado en 1965 por el productor, director, guionista y animador estadounidense, se va a dormir de un modo y amanece de otro.
Magic Kingdom es el centro de la atención. Su calle principal (que para muchos que no tienen pruebas fue inspirada en el Parque de los Niños argentino) es el lugar por el que cada visitante quiere pasear: las luces en los techos, el árbol navideño de quién sabe cuántos metros, los personajes que deambulan siempre con sonrisas en la cara y ese final de paisaje con el castillo de la Bella Durmiente vestido de cristal.
Allí se puede disfrutar de Mickey's Very Merry Christmas Party, un evento especial, un momento para compartir abrazos, recibir autógrafos y tomar fotos con los personajes más famosos de la casa, que aparte de la algarabía habitual tienen las ansias de la Navidad. Durante esta fiesta, además, se puede disfrutar de golosinas y bebidas gratis hasta la medianoche y bailar con el Mickey's Once Upon a Christmastime Parade, un desfile al que no falta nadie: están las carrozas de Mickey y Minnie, Donald y Daisy, Woody, Buzz y, claro, Papá Noel.
Especialistas en decoración
Cesar Ávila trabaja en Disney World. Es estratega de marketing y uno de los encargados de que la Navidad sea perfecta. En diálogo con La Nación, dice: "Estamos en el lugar más mágico de la Tierra y esta es la temporada más mágica. Hay cosas ocurriendo en Walt Disney World todo el tiempo. El equipo planea esto 365 días al año, termina de crear una Navidad y comienza a pensar en la otra. Además, contamos con un grupo de especialistas en decoración dedicado a estas fiestas para que todo esté bello en los parques y los hoteles".
Pero hay más. Los otros espacios también se suben a la ola roja, cómo no. En Epcot, el segundo parque que inauguró Disney, hay festejos para las distintas naciones, con comida tradicional de varias partes del mundo. Hay coros, orquestas y narradores especiales (casi siempre celebridades) que cuentan la historia de la Navidad. Y en Hollywood Studios, el lugar antes conocido como Disney-MGM Studios, la particularidad se siente del mismo modo: cae nieve aunque no haga frío, hay proyecciones de clásicos sobre el Teatro Chino y se arman espacios para comer dulces mientras los personajes, vestidos de rojo, se acercan a saludar.
En total, en el mundo de Disney hay 27 árboles de Navidad con cientos o miles de ornamentos diseñados para la ocasión porque nada se deja librado al azar. Todo es parte del plan.
El show de fuegos artificiales con el que terminan las noches navideñas es tan espectacular que vuelve a pasar lo que pasa con la música. Uno se siente parte, dentro de la magia. Como si la luz que estalla en el cielo pudiera envolver, atrapar y hacer sentir que la vida también puede ser eso. Fantasía.