Gangnam style: postales de una ciudad con futuro
Un par de veinteañeras conversa animadamente dentro de una cafetería inmensa en Gangnam, el deslumbrante barrio tecnológico de Seúl, donde se concentran las empresas más exitosas de Corea del Sur. A diferencia de las cafeterías que compiten en el resto de esta cuadra, ésta no ocupa tres pisos. Pintada de rosa, se distingue por un estilo vintage norteamericano, espejos con luces hollywoodenses, además de lo imprescindible para todo joven surcoreano: tomas USB, de corriente y aparatosas lámparas de escritorio para estudiar o trabajar durante horas.
Las chicas están relajadas, sentadas en cómodas butacas frente a una mesita redonda, móviles en mano. Alrededor, más jóvenes concentrados en sus ordenadores y teléfonos beben café del estilo de la famosa cadena norteamericana. Una pareja, en plan romántico, se refresca tomando una montaña de hielo granizado bañado en helado de té verde con galletas de chocolate. El hielo más caro de la historia.
Tres chicas altas, mimetizadas entre sí, encienden sus cigarrillos en una cabina fumadora. Muy poca gente fuma en Seúl. Los surcoreanos, perfeccionistas, trabajan duro para ser bellos y tener una vida saludable. Por las calles de Gangnam (el tercero, en área, de los 25 distritos en la capital), las mujeres protegen su cuerpo con parasoles y ropa de manga larga aunque haga un calor insoportable.
También es común verlos con barbijos y ventiladores colgando del cuello. En una mano llevan el celular y en la otra simpáticos ventiladores, que son un hit, con orejitas de gato y luces led de colores. A ninguna surcoreana se le correrá el maquillaje por la calle por transpirar.
Allí la belleza no es una opción. Es un dictado social estrictamente vinculado al éxito. Ellas invierten mucho más tiempo y dinero en maquillaje y tratamientos de belleza que cualquier occidental. Y consumen productos de industria local, la llamada K-beauty, cada vez más apreciada en el mundo porque realza la belleza de una manera natural, a fuerza de largas y profundas rutinas de cuidado diario con un mínimo de 10 pasos para lograr una piel perfecta. Sus pieles parecen transparentes, con un efecto glassy (vidrioso). Hay que verlo para entender de qué se trata.
Y todo lo que el maquillaje no pueda corregir, pasa por el quirófano. Seúl es la capital mundial de la cirugía estética. Por eso en las calles de Gangnam se verán montones de espacios de publicidad dedicados a ella y locales de cosmética. Y, claro, mucha gente linda.
Según la Asociación Internacional de Cirujanos Plásticos, Corea del Sur es el país con mayor número de cirugías estéticas per capita, ya que aproximadamente un 20% de las coreanas se ha sometido a una intervención. Y un nuevo fenómeno es el de los turistas chinos que contratan viajes para pasar por el bisturí en Seúl, atraídos por los cánones de belleza que consumen en series, películas y k-pop surcoreanos. ¿Las cirugías más practicadas? Desde la blefaroplastía (que crea un doble pliegue en el párpado para que luzca más grande y redondo), pasando por el alargamiento de nariz, hasta las más radicales, como la de reestructuración facial (limado de mandíbula en forma de V). Se dice que no pocos chinos tienen problemas al regresar a su país cuando no coincide la foto del documento con su nuevo rostro.
Estilo Gangnam
¿Quién no recuerda el estribillo del hit de 2012, Gangnam Sytle del cantante Spy? "Papi tiene el estilo Gangnam", cantaba el rapero, que muchos recuerdan por la coreografía conocida como el baile del caballo. El video es una parodia de la vida de los millonarios de este distrito. Aquí las calles invitan a mirar hacia arriba, ya que los edificios son espectaculares, de líneas futuristas.
Una visita imperdible en Gangnam es la exhibición Samsung d'Light. un anticipo al mañana. Allí se puede ver cómo la casa del futuro opera simplemente con gestos y testear productos que pronto llegarán al mercado. Hay atracciones de realidad virtual que se activan en butacas en movimiento y algunos visitantes, al probarlos, lanzan algún grito fuera de lugar, como si se tratara de un parque de diversiones o una montaña rusa. La sensación es muy realista, como lo comprueba un grupo de ancianas que, tras firmar un consentimiento, se aventuran por un alocado circuito en lancha.
Si la idea es hacer un poco de vida nocturna el fin de semana, Gangnam es también el barrio de las discotecas más espectaculares. Están a pocos metros de la estación de metro Gangnam.
Las 300 estaciones
Para moverse por toda la ciudad, no hay que temerle al subte ni a la hora pico, aunque en Seúl haya 10 millones de habitantes. La red subterránea y de sus alrededores es descomunal, una de las más extensas y modernas del mundo. Una atracción en sí mismo, el metro de Seúl está conformado por 9 líneas, con un total de 330 kilómetros de longitud y 300 estaciones. No obstante, numerosas líneas adicionales amplían su radio, alcanzando 976 kilómetros de vías y 607 estaciones. Se contabilizan 8 millones de traslados a diario.
En horas pico (de 8 a 9 y 18 a 19), los pasajeros forman filas en las puertas. En otras horas, todos viajan sentados. ¿Cómo es posible? Los trenes son anchos y la formación, tan extensa que cuesta divisar dónde termina. Las estaciones de metro albergan un mundo. Infinitos pasillos hacen de shopping y de refugio para los días de mucho frío o calor. Y si se ahonda más, están preparados para convertirse en bunkers frente a cualquier emergencia, con estantes provistos de máscaras de gas y linternas.
Los baños de los metros coreanos brillan por su limpieza. Tienen inodoros con tablero electrónico para convertirlos en bidet y además, baños pensados para madres que entran con bebes y niños pequeños, provistos de sillas para sujetarlos.
Mientras camina por el metro con la valija y se encuentra una escalera, no se prepare para cargarla. Es muy probable que al costado haya una bendita cinta transportadora para el equipaje. Será difícil encontrar algo parecido. Con este dato no hace falta agregar mucho más acerca de cómo funcionan los servicios públicos en uno de los países más evolucionados del mundo.
Una vuelta por Jamsil
Si la idea es rendirse ante los lujos más modernos de Asia, hay que dirigirse al barrio Jamsil (a unas seis estaciones de metro, por la línea 2, circular, hasta Jamsil Station), en el distrito Songpa. Igual que Gangnam, está en el lado sur del milagroso río Han que atraviesa Seúl (se le dice milagroso en alusión al vertiginoso despegue económico de Corea).
Si Gangnam seduce con tiendas de moda, cafeterías y edificios espejados azules de aspecto futurista, Jamsil lo hace con la opulencia de sus descomunales shoppings, lagos artificiales y áreas verdes. Allí el conglomerado Lotte tiene desde el rascacielos más alto de Corea del Sur hasta un castillo al estilo Walt Disney.
¡Qué no tiene Lotte! Si se abre la heladera de un supermercado (está lleno de franquicias de 7-Eleven) se encontrarán latas de café de Lotte. En la góndola, galletitas. Lotte tiene shoppings. Lo ideal es llegar a Jamsil al atardecer, cuando se encienden las primeras luces del Lotte World Tower, inaugurado el año último, el quinto rascacielos más alto del mundo (555 metros) con el ascensor más veloz de todos (llega hasta la cima en menos de un minuto).
En sus 123 pisos aloja viviendas, un hotel de siete estrellas, oficinas, una piscina en el nivel 85 y un acuario. Para quienes quieran mirarlo a lo lejos, vale la pena recorrer las orillas del lago artificial que encierra la isla del parque de diversiones, donde salen los coreanos a ejercitarse. Si llueve, el parque temático recibe con las puertas abiertas, ya que gran parte está techado. Es el más grande del mundo en esta categoría con 130.000 m2 cubiertos.
Los centros comerciales del complejo son deslumbrantes. Impacta el consumo ostentoso de chicas con camisas con logos de lujo en la espalda, que suben cargadas de bolsas a los taxis. Todas las marcas que se ven en las pasarelas de las grandes capitales de la moda tienen percheros en tiendas departamentales. Aquí el lujo se ve, se toca y se compra.
Un tsunami de acero
En busca de arquitectura que invite a soñar el futuro, dos recomendaciones. Una visita al City Hall, en el centro (distrito Jung-gu), donde se podrá apreciar el edificio nuevo (2013) detrás de viejo Ayuntamiento (1926), que sorprende con su forma de ola, como si fuera un tsunami de vidrio y acero. En el viejo ayuntamiento, construido durante la ocupación japonesa, actualmente funciona la Biblioteca Metropolitana de Seúl. El nuevo, obra de Yoo Kerl, reinterpreta la curvatura tradicional de la arquitectura coreana en un lenguaje futurista.
También vale la pena ir al DDP, el Dongdaemun Design Plaza, centro de diseño en el distrito comercial Dongdaemun creado por la visionaria arquitecta Zaha Hadid (1950-2016). El centro de formas curvas y envolventes, decorado por 40.000 paneles de aluminio, puede ser explorado por dentro, sus salas, pasillos, escaleras. El DDP es sede de gran variedad de exhibiciones. El área está rodeada de más shoppings para todos los presupuestos.
Si ya vio demasiadas postales futuristas, para compensar se puede viajar al pasado sin salir de la capital coreana. Hay que trasladarse al barrio Insa-dong, ideal para alojarse, ya que es un barrio tranquilo, lleno de bonitas tiendas, artesanías, muy buenas propuestas gastronómicas a precios razonables y atracciones cercanas para salir a pie.
En una caminata de 10 minutos se llega al Changdeokgung Palace, construido en 1405, una de las joyas de la dinastía Joseon mejor preservadas. Las chicas que llegan vestidas con atuendos de la época, hanbok, que se alquilan saliendo al finalizar la calle Insa-dong, no pagan entrada. Son muchas las que posan para estas fotos, incluso con sus parejas, delante del palacio, y también por las calles del distrito Buckchon Hanok, que tiene más de 900 casas tradicionales coreanas, con sus techos ondulados, que durante el período Joseon alojaban a miembros de la familia real y aristócratas. Hombres y mujeres caminan de la mano, con sus trajes, orgullosos de su pasado y también de su presente. Como para no estarlo.
Datos útiles
Cómo llegar
La compañía aérea de bandera Korean Air, conecta desde Dallas, Atlanta o Madrid, entre otras ciudades. El viaje desde Buenos Aires insume un mínimo de 27 horas. La compañía ofrece un muy buen servicio y llega hasta el Aeropuerto Internacional Incheon. El ferrocarril Aiport Railroad Express (Arex) conecta el aeropuerto con la estación Seúl en 43 minutos. El ticket exprés se compra en el centro de atención al cliente y si se muestra el boleto de avión de la línea de bandera se obtiene un descuento.
Traslados
La T-money es una tarjeta prepaga que se adquiere y carga en las estaciones de subte y quioscos. Sirve para subte, taxi y autobuses, entre otros servicios. Se valida al entrar al molinete y al salir, para que aplique la tarifa correcta. Hay descuentos si el viaje dura menos de 30 minutos. El pasaje de subte cuesta un dólar.
Cuándo ir
El verano es una buena época para viajar, si bien el tiempo es caluroso y húmedo. Las temperaturas rondan entre los 25 y 27 grados. Durante el otoño, de septiembre a fines de noviembre, las temperaturas promedian en los 13 y 14 grados. El invierno es bastante frío y seco, con temperaturas bajo cero. La primavera es templada y soleada.
Qué comprar
Cosméticos, productos de belleza, artesanías, piezas de un hanbok, vestimenta tradicional; comida (kimchi, fideos instantáneos, golosinas), licores típicos, como el soju y makgeolli; ventiladores con leds y orejas, juguetes, tecnología.
Gastronomía
El bibibamp es un plato clásico de arroz con variedad de ingredientes y pimiento colorado. Nunca faltará kimchi para acompañarlo todo: vegetales fermentados y sazonados, bastante picantes. Es considerado un súper alimento, muy beneficioso para la salud. Bibibamp, acompañado de kimchi, puede costar unos 8000 wons surcoreanos, es decir unos 7 dólares en un restaurante medio. Es común que sirvan una botella de agua con las comidas. La comida suele ser muy picantes (preguntar siempre si es spicy o no; hasta los camareros que no hablan inglés entenderán). Las grandes cafeterías de moda tienen precios muy elevados. Un café puede costar más de 6 dólares. Igual que el hielo bañado en helado de té verde, unos 10 dólares.
Alojamiento
Hay hoteles para todos los presupuestos. Una experiencia recomendable es alojarse en un hanok, una casa tradicional del distrito Buckchon Hanok. Quítese los zapatos antes de entrar.