Los nueve hábitos cotidianos que, sin darse cuenta, dañan el cerebro

Los expertos revelan diversas costumbres que, a largo plazo, impactan negativamente en este órgano

No hay dudas de que la alimentación sana es clave para proteger el sistema gastrointestinal y que el ejercicio regular garantiza la salud física. Sin embargo, al cerebro también hay que todos los días para evitar su deterioro. Para esto, el estilo de vida que se tenga, será crucial.

“El cerebro es un órgano vital que recibe y procesa información del medio que nos rodea a través de la vista, el oído, el equilibrio, el olfato, el gusto y la sensibilidad. Además, se ocupa de controlar los movimientos, el habla, la inteligencia, la memoria y las emociones”, cuenta Alejandro Andersson, médico neurólogo y director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, Alejandro Andersson (M.N.: 65.836).

Se estima que “consume un 25% del oxígeno que entra en el cuerpo y que es uno de los órganos que más sangre y oxígeno demanda junto con el corazón, los riñones y pulmones”, explica el nefrólogo, médico cardiólogo y autor del libro “Menos pastillas, más zapatillas”, Gabriel Lapman

Muchas veces de manera inconsciente, las personas desarrollan hábitos que dañan, de a poco, la salud del cerebro. Así lo explica Lapman: “Las circunstancias que nos toca enfrentar y el ambiente que nos rodea condicionan nuestra salud y nos llevan a crear rutinas que, a veces y sin darnos cuenta, nos perjudican”.

En este sentido, el problema surge cuando estas costumbres nocivas causan placer, ya que se volverán muy difíciles de erradicar, según menciona un informe de la National Institutes of Health.

“Entender su biología, es decir, cómo surgieron y de qué manera nos afectan, es la clave para dejarlas atrás y crear nuevas que nos conduzcan a mejorar la calidad de vida”, detalla el mismo informe.

Las costumbres que deterioran al cerebro

Los especialistas consultados coinciden en que si no se cuida al cerebro de manera adecuada pueden aparecer enfermedades como los accidentes cerebrovasculares incluso se cree que podría disminuir la capacidad cognitiva, de aprendizaje y la memoria. A continuación, los expertos enumeran nueve estrategias que atentan contra la vitalidad del cerebro.

1) Estar todo el día a mil

El estrés es un disparador que además de reducir la capacidad mental, genera ansiedad y no permite conectarse con el momento presente, mencionan los especialistas. Al respecto, un informe de la Universidad de Harvard sostiene que el estrés crónico afecta directamente la corteza prefrontal, el área responsable de la memoria y el aprendizaje. Para hacerle frente, sugieren recurrir a la respiración consciente, que le devuelve a la mente calma, tranquilidad y la posibilidad de pensar con perspectiva.

2) Ser sedentario y preferir las series

La práctica regular de actividad física estimula la función del cerebro y libera hormonas como la dopamina y las endorfinas que generan felicidad. Por otro lado, una publicación de la revista Harvard Health Publishing, pone sobre la mesa un estudio que relaciona al sedentarismo con cambios en el área de la memoria. Luego de estudiar el lóbulo temporal medial, que es donde se producen las memorias nuevas, en personas de entre 45 y 75 años, los investigadores dieron cuenta que aquellos que permanecían más tiempo sentados, lo tenían más fino en relación de los que se ejercitaban regularmente.

Tras el análisis llegaron a la conclusión de que a mayor nivel de sedentarismo, mayor será el riesgo de demencia y patologías cognitivas. Razón por la cual, Andersson sugiere practicar cualquier tipo de actividad física entre tres y cinco veces por semana. Según dice: “Cuando uno tiene un buen estado físico, la incidencia de trastornos de la memoria se reducen en un 50%”.

3) Hacer ayunos intermitentes

Para Lapman, si bien el ayuno intermitente es una práctica que en el último tiempo se convirtió en tendencia, opina que no hay suficiente evidencia de que sea efectiva y considera que muchas veces los ayunos prolongados reducen la energía y provocan cambios en el estado de ánimo. “Al cerebro hay que darle potencia para arrancar el día y eso se logra con el desayuno a través de la ingesta de nutrientes de calidad”, explica. Si esto no ocurre, Andersson comenta que tendrá que buscar combustible por otro lado: “En estos casos el cuerpo arrancará por usar su reserva de glucógeno, luego consumirá las grasas y después las proteínas. Entonces se generará un desbalance hormonal con la posibilidad del desarrollo de diabetes, obesidad y colesterol”, sostiene el experto.

4) Comer demasiada azúcar

Los alimentos y bebidas con exceso de azúcar generan adicción y estimulan la actividad del cerebro dado que “brindan una sensación de bienestar”, estima Lapman. Sin embargo, “tiene que ver con una trampa del placer porque su exceso también está relacionado con el desarrollo de distintas enfermedades crónicas como la diabetes”, manifiesta Andersson.

5) Aislarse de la vida social

Una investigación realizada por la Universidad de Harvard encontró que la soledad y la depresión se relacionan con el riesgo de sufrir Alzheimer y disminución cognitiva. Aquellos que no son socialmente activos, tienden a perder materia gris, que es la capa del cerebro que procesa información.

6) Descansar mal

Desde la Mayo Clinic, una organización sin fines de lucro que brinda información médica y científica, sugieren que para que el sueño sea reparador un adulto debe dormir como mínimo siete horas por día. Al respecto Lapman destaca la importancia de un buen descanso dado que es un momento en el que se eliminan las sustancias nocivas que se acumulan durante el día en el cuerpo; además, se fija la memoria: “En el sueño se produce un proceso metabólico de limpieza”, comenta.

7) Tomar mucho alcohol

Las bebidas alcohólicas, cuenta Andersson, afectan las neuronas porque “inciden sobre las prolongaciones y ramificaciones del cerebro reduciendo la velocidad con la que se transmiten los impulsos nerviosos”. Datos del Ministerio de Salud de la Nación, la Argentina es el segundo país de Latinoamérica que más alcohol consume por año. En total se calcula unos 9,88 litros anuales por persona.

8) Fumar

Cuando una persona fuma, “se reduce la materia gris del cerebro y la cantidad de oxígeno que le llega”, explica Lapman. Por su parte, Andersson comenta que producto de esta práctica de generará una mayor predisposición a sufrir aterosclerosis, condición en la que se tapan las paredes de las arterias y se dificulta la irrigación sanguínea. Esto ocasiona que una persona quede propensa a sufrir una falta de energía, aprendizaje y comprensión, lo que aumenta las chances de generar demencia, coinciden los especialistas.

9) Alimentarse en base a ultraprocesados

Una dieta basada en grasas saturadas y ultraprocesados, dicen los especialistas, tapan las arterias y genera malestar corporal y mental: “Si bien al principio su ingesta puede generar placer, con el tiempo aparece la culpa y el arrepentimiento”, sostiene Lapman. Su sugerencia es optar por alimentos de alto valor nutricional, que contengan vitaminas, minerales, grasas saludables y sobre todo Omega, un aminoácido esencial que colabora en la formación de los tejidos. En este sentido aconseja priorizar el consumo de frutos secos y rojos, pescado, palta y todo tipo de frutas y verduras.

Para dejar atrás los hábitos que no hacen bien, desde la National Institutes of Health recomiendan evitar situaciones que puedan causar tentación, por ejemplo, no tener guardados cigarrillos, bebidas alcohólicas o alimentos dañinos. En este sentido alientan a inclinarse por hobbies y actividades de interés personal y trabajar en la capacidad de decir que “no” cuando no se desea algo.

Fortaleza mental. El papel que juega el cerebro para lograr desafíos extremos

A tener en cuenta. Los 8 rasgos que dejan en evidencia a una persona narcisista

“Pensamientos intrusivos”. Los consejos de una psicóloga para enfrentar la sensación de estar estancado en la vida