Facundo Campazzo recibió un tapón, se fue al piso, insistió dos veces y anotó contra New York Knicks, en otra noche de récords personales y victoria

Una imagen del espléndido momento de Facundo Campazzo en la NBA: aparecer entre los siete jugadores de Denver Nuggets en el gif del tuit fijado con el que la franquicia festeja su clasificación formal para los playoffs. El argentino está entre los siete más valorados del plantel de 17, en su temporada de debut en la mejor liga de básquetbol del planeta.

Una ratificación de ese estupendo presente: en la victoria sobre New York Knicks, equipo que había ganado nueve de sus últimos diez partidos, Campazzo marcó un récord personal y merodeó otros dos. Tomó 9 rebotes, tres más que los que tenía como máxima marca; realizó 5 robos y 2 bloqueos, empatando los mayores registros anteriores en ambos rubros, y consiguió 16 puntos, a tres de su cifra más alta. Además, efectuó 4 asistencias, también por encima de su promedio en la temporada.

Los cinco robos, los mismos que había conseguido en la derrota ante Los Angeles Lakers, lo convirtieron en el primer jugador en alcanzar ese registro en dos partidos consecutivos desde que Fat Lever lo había logrado con Denver en 1989. Lafayette Laver, estuvo en los Nuggets desde 1984 hasta el 90, y durante cuatro temporadas promedió 18 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias. Esos registros lo llevaron a ser parte del All Star Game de 1989 y de 1990.

Y eso que el cordobés salió del partido más de medio cuarto antes de que terminara, porque era ya tan grande la diferencia sobre este revitalizado Knicks (cuarto del Este, con 37 victorias y 29 derrotas, en su mejor campaña desde 2013) que el entrenador Mike Malone preservó a los titulares cuando el resultado estaba 100-77. Terminó más corto, 113-97. Campazzo fue víctima en sus estadísticas personales del propio éxito de Denver, porque al dejar temprano la cancha quedó a un rebote de su segundo doble-doble en la NBA y muy cerca de quebrar dos de aquellas plusmarcas personales.

Pero el cordobés nunca priorizó lo suyo por sobre lo colectivo. Y como dijo en su columna de este miércoles en LA NACION, valora el descanso en el carrusel de exigencia física que es la NBA. Otra cosa que no ha cambiado cuando cruzó por segunda vez el Atlántico para mudarse de liga fue su personalidad, el temperamento inversamente proporcional a su estatura.

Con su escaso metro 78, se animó a encarar la zona pintada de Knicks y pasó algo que bien podía suceder: un bloqueo de Nerlens Noel, que mide 2,11 metros y le lleva 33 centímetros, no sólo le impidió el doble sino que además lo envió al suelo. No le importó al base, uno de los cuatro basquetbolistas más bajos de la NBA, que se quedó sonriendo por el resultado de su atrevimiento. En otra acción, volvió a encarar al pivote de New York. Y convirtió, recibiendo una falta del grandoter. Hubo más: repitió en otra, y anotó. David le ganó a Goliat por 2 a 1 en su territorio.

Otro grandote, Nikola Jokic, llevaba 24 puntos a fines del cuarto inicial, con una proyección de 96. El serbio, que se entiende cada vez mejor con Campazzo, terminó con modestos 32, más 12 rebotes. Sigue sonando como fuerte candidato al premio al jugador más valioso (MVP) de la etapa regular del certamen.

Compacto de la actuación de Campazzo vs. New York

El triunfo hizo que Nuggets recobrara el tercer puesto de la Conferencia del Oeste, que disputa palmo a palmo con Los Angeles Clippers. Ambos tienen registros de 44 victorias y 22 reveses (66,6% de eficiencia), pero Denver está delante por el criterio de desempate. Hoy por hoy el oponente en el primer cruce eliminatorio para Campazzo y compañía es Los Angeles Lakers, pero eso cambia a cada rato: el conjunto californiano (37-28) está luchando cabeza a cabeza con Dallas Mavericks (37-28) y Portland Trail Blazers (37-29) por la quinta posición. El séptimo deberá afrontar el play-in, una suerte de rueda preliminar de los playoffs.