Huracán ya extraña los goles de Ábila: perdió en Mendoza

Todavía retumbaba el eco de otro par de goles. Esta vez, uno había sido de derecha, en el primer tiempo, y otro de zurda, en el segundo capítulo. Entonces, la sentencia cayó contundente: "Fue mi último partido en Huracán. Fui muy feliz en este club y lo voy a llevar siempre en mi corazón". De esa manera, después de la victoria ante Lanús en la última fecha del campeonato, se despedía Ramón Wanchope Ábila. El conjunto de Parque Patricios supo desde ese momento que extrañaría los tantos del hombre que los había multiplicado para el despegue desde la B Nacional hacia el protagonismo internacional.

La venta a Cruzeiro -club en el que Ábila lleva cinco goles en ocho partidos-, generó un ingreso millonario para el Globo, pero también estableció el desafío de encontrar un centro delantero con la talla suficiente para suplirlo. Wanchope dejó un legado por encima del medio centenar de goles, que en 2014 fueron clave para el regreso a primera división y la conquista de la Copa Argentina, en 2015 permitieron alzar la Supercopa Argentina y llegar a la final de la Copa Sudamericana y este año marcaron el buen desempeño en la Copa Libertadores. Anoche, quedó claro el contexto: Huracán no jugó mal, pero no tuvo puntería y perdió contra Godoy Cruz por 1 a 0, en Mendoza. El equipo de Eduardo Domínguez extravió, al menos, cinco situaciones claras. La última, insostenible: solo frente al arquero, Pussetto creó un zurdazo hacia el cielo.

Matías Fritzler remarcó que con su partida, además de goles, perdieron "a un muy buen compañero y alguien con mucha personalidad, porque el mismo temperamento que mostraba adentro de la cancha es el que tenía afuera, y eso -para el vestuario y para el grupo- era muy importante". Sobre su relevancia en el aspecto ofensivo, analizó que el equipo de Eduardo Domínguez se quedó sin "lo que genera un número 9 de esa categoría, que es tener pendientes todo el tiempo a los defensores rivales y así generar espacios para otros jugadores".

Si la salida de Ábila le quitará poder de fuego a Huracán, el alejamiento de Cristian Espinoza lo deja sin la chispa que lo encendía. El delantero de 21 años fue transferido, también en una cifra millonaria, al fútbol español, donde jugará para Villarreal. La lista de bajas de Huracán incluyó también a José San Román, Luciano Balbi, Lucas Villarruel y Ezequiel Miralles. Hasta el momento, las incorporaciones fueron las de Lucio Compagnucci, proveniente de Vélez; Ignacio Pusetto, de Atlético de Rafaela; Nicolás Romat, de Atlético Tucumán; Ezequiel Garré, de Patronato, y el ecuatoriano Julio Angulo, de Independiente del Valle, donde se destacó en la Copa Libertadores y marcó uno de los goles que determinaron la eliminación de Boca.

"Cómo va a jugar Huracán dependerá de varios factores. Vamos a buscar seguir jugando de la misma manera y con los mismos objetivos. Siempre hay que buscar reinventarse para que las cosas sigan marchando", agregó Frizler.

"Es lógico que después de todo lo que consiguió el club en los últimos años se espere que el equipo siga peleando cosas importantes", aseguró el mediocampista central, para quien "el técnico también genera esa exigencia, y eso es bueno". "Este es un momento que Huracán hace mucho que no vivía y hay que aprovecharlo. Tenemos que mantener ese nivel y pensar en crecer", definió el volante, de cara a lo que se viene para el Globo, un futuro inmediato en el que ya no tendrá los goles de Ábila y teme extrañarlos demasiado. Así fue anoche, lamentablemente, para la institución de Parque de los Patricios. Hizo el esfuerzo, pero debajo del arco cerró los ojos. Una y otra vez.