Vélez no levanta y los hinchas piden a Chilavert

Vélez no para de sufrir porque vive una situación impensada no hace mucho tiempo atrás. El bajo promedio es una preocupación deportiva (después de una nueva derrota, como fue ayer ante Talleres 2-0) pero –al mismo tiempo– un conflicto institucional. La barra nuevamente generó disturbios y se vio involucrado el paraguayo Blas Cáceres, que dijo: “Los hinchas estaban calientes por el tema del partido, pero no es la forma de reaccionar. Mi señora y mi hija se asustaron cuando los barras golpearon mi auto. Me gustaría seguir en Vélez, pero no sé. Después de ver llorar a mi hija...”

El clima de tensión en el club de Liniers se siente desde antes que suena el silbato inicial. Se agudiza cuando el rival le convierte. Y se profundiza aún más cuando el equipo no da respuestas, ni futbolísticas ni anímicas. Los jugadores parecen sentir el ambiente.

Luego vienen los cantos de la hinchada, una mezcla de aliento y reproches, sobre todo hacia los jugadores. Pero ayer, esos mismos reclamos llegaron hasta el presidente Raúl Gámez. El grito de guerra terminó pidiendo a José Luis Chilavert, como si todavía jugara o se saliera de esta situación bajo un solo paraguas salvador. Gámez salió del estadio caminando y escuchó a un grupo de hinchas que le pedían cambios y lo alertaban sobre un camino hacia la baja de la categoría. La respuesta que se oyó fue “vamos a tratar de no irnos al descenso”. Más tarde, confesó: “Si no lo soluciono, me voy a fin de año”.

Lógicamente, De Felippe también está preocupado. ¿Existe una presión extra cuando la situación apremiante del promedio se vive en un club que no está acostumbrado a este tipo de instancia? El DT fue evasivo ante la pregunta de LA NACION: “Trato de no pensar. Ataco el presente para no sufrir el futuro”.