Ortega Desio toma altura y sueña con consolidarse

HAMILTON, Nueva Zelanda.– Camina abatido por los pasillos del Waikato Stadium, pero con la cabeza en alto. Viene de librar una batalla en el campo de juego, 80 minutos sostenidos ante los mejores jugadores del mundo. Con el dolor por la derrota, pero con la convicción de haber jugado un buen partido. Para Javier Ortega Desio, las sensaciones son encontradas. Le tocó ante los All Blacks tener su debut como titular en el Rugby Championship, luego de entrar siempre desde el banco de suplentes. Positivo en su análisis, señaló que la Argentina deberá tratar de “mantener el nivel del primer tiempo” para ser competitivo, pero para él Nueva Zelanda ya pasó. Será cuestión de dar vuelta la página y pensar en los Wallabies.

“Creo que jugamos un buen primer tiempo y hasta los 10 del segundo. Después ellos se nos vinieron. Nosotros ahí nos desesperamos, perdimos un poco el foco de lo que estábamos haciendo. Empezamos a descuidar algunas zonas y ellos a tomar la pelota, a agarrar dinámica… cuando eso pasa, es difícil frenarlos. Ahí se te viene la marea negra”, analiza el entrerriano, tercera línea de los Pumas.

Los caminos de Ortega Desio y el rugby se cruzaron casi de casualidad. De chico, quien hoy tiene 1.93 de altura, jugaba al tenis. Su físico se lo permitía y hasta recuerda haber tenido “un buen saque y juego en la red”. Pero llegando casi a los 16 años, lo dejó. Amante de los deportes, fue convencido por sus amigos del colegio para jugar al rugby. Hoy le toca vestir nada menos que la camiseta del seleccionado. Este gigante se convirtió en otro de los productos de los planes de alto rendimiento de la UAR. Le tocó pasar por distintos seleccionados hasta llegar hoy a los Pumas. El año pasado fue uno de los jugadores que Daniel Hourcade llevó al Mundial. No le tocó estar presente en el primer partido contra los All Blacks, pero sí tener sus buenos minutos en los encuentros siguientes. Incluso, fue titular en Hamilton tras la lesión de Juan Manuel Leguizamón, y ahora el buen rendimiento que redondeó lo deja bien posicionado para el próximo encuentro.

“Me voy contento… Hoy gracias a Dios pude completar todo el partido. Creo que tuve un gran primer tiempo y en el segundo todo el equipo se cayó”, remarcó Ortega Desio, que a los 26 años continúa creciendo en el equipo argentino. “Yo digo que este equipo está madurando, creo que este es el camino. El resultado creo que no refleja lo que uno sintió dentro de la cancha. Por momentos nos sentimos superiores a ellos”, analizó.

Con la tranquilidad del trabajo realizado, pese a no haber conseguido el resultado deseado, para el ex jugador de Estudiantes de Paraná y del SIC lo que no se negocia jamás es la actitud. “Pese a todo, rescato la actitud del equipo. Por un rato largo estuvimos cerca, en partido, pero al final se nos fue”, agregó, siempre destacando los primeros 50 minutos del encuentro. Aunque eso tampoco es suficiente.

“Belu”, está escrito en la venda que lleva en su mano izquierda, por el nombre de su novia. Es una de las maneras por la que los seres queridos los acompañan, sobre todo a tanta distancia. “No alcanza sólo con hacer un buen primer tiempo y estar ahí peleándola. Ellos se enchufan y te meten casi 60 puntos… realmente es muy frustrante. Uno deja todo y así terminamos. Pero ellos juegan 80 minutos con toda la intensidad. Así uno se desespera, pierde el foco…”, dice con dolor, pero sin resignar la fe: “Hay que seguir mirando para adelante. Esto ya es parte del pasado”. Lo que se viene para los Pumas es Australia, el próximo sábado. “Va a ser igual de difícil que este partido”, señaló.

Los Wallabies llegan con un envión anímico importante, ya que vencieron a Sudáfrica como locales, en Brisbane. Un lindo desafío para Ortega Desio y los Pumas.

cc