Miami Open 2022: Nick Kyrgios, entre el show y sus demonios internos

“La cancha es la peor. La gente es de lo peor. Todo es peor cuando estás en la silla”, le gritó en la cara el tenista australiano Nick Kyrgios al juez Carlos Bernardes durante la disputa del tie-break del primer set de su partido de cuarta ronda del Miami Open 2022 contra el italiano Jannik Sinner.

Pero el reproche del incorregible Kyrgios -dueño de un talento directamente proporcional a su mal humor y conducta al filo del reglamento- no terminó ahí. Segundos después se despachó con una nueva crítica: “Es increíble. Esto es Miami, la cuarta ronda, y no pueden hacer su trabajo. Traigan nuevos árbitros”.

Cuando Sinner sacaba para quedar 5-4 en ese set inicial, irrumpió el sonido del handy del juez de silla y el punto se tuvo que disputar nuevamente. Fue la chispa que encendió la mecha del australiano.

“Deberías ser despedido ya mismo. Deberían deshacerse de todo el personal y empezar de nuevo (en referencia a árbitros y supervisores). Yo podría hacerlo cien veces mejor”, exclamó Kyrgios al acercarse a la silla de Bernardes para el cambio de lado. El juez ni lo miró. Pero lo peor estaba por venir.

Antes del inicio del segundo set (Kyrgios cayó en el tie-break del primero), Bernardes lo penalizó primero con un punto y luego con un game por la reiteración de “conductas antideportivas”, ya que el australiano además de hablar a viva voz destrozó su raqueta, primero contra el raquetero y luego directamente contra el piso. “Todo el público te abuchea. No amas nada este deporte”, le lanzó Kyrgios a Bernardes.

La discusión con Bernardes

No es la primera vez que Kyrgios y Bernardes discuten en una cancha. El antecedente más cercano fue en las semifinales de Indian Wells este año en el partido que el australiano perdió contra el español Rafael Nadal. Y anteriormente, vivieron otros episodios durante el US Open y el Australian Open. Una relación que, evidentemente, no transita por la buena senda. Una relación que parece irrecuperable. El umpire brasileño exaspera al tenista australiano, que suele perder la compostura muy frecuentemente.

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