Camioneros alertaron sobre una ola delictiva que no cesa en la región de los accesos a las diferentes terminales
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“Zona liberada, zona de nadie. Si no se hace algo ahora esto puede ser una masacre”. En cada viaje a los puertos de Rosario y la región para descargar, la sensación que tienen los transportistas de granos cuando transitan los caminos de acceso a las terminales es de desprotección total. Son cerca de 10 kilómetros que se convierten en una interminable odisea de tratar de salir ilesos con su carga. Es que desde hace tiempo que el estado de los caminos es lamentable, dicen, donde todos los niveles gubernamentales hicieron caso omiso y a esto se suma la inseguridad que atraviesan los camioneros. Vale recordar que en la última edición de Expoagro la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó el plan “Cosecha Segura” para, entre otros puntos, abordar la problemática de la inseguridad para los transportistas.
Encima, a la hora de recaudar, la tarifa de peajes en los playones de la terminales aumentaron y ahora cuestan entre 10.000 y 12.300 pesos y ya informaron los intendentes de la zona que la incrementarán mensualmente. Según remarcaron, “esta tarifa fue creada para el mantenimiento de los caminos, pero todos la derivan a su caja diaria y nunca vuelve a las obras”.
Sebastián Fiant es 3º generación de familias de transportistas. Hoy en la empresa están su padre, su hermano, sus tíos y primos, pero cada uno trabaja de manera individual con su camión. Es de la zona de Victoria, Entre Ríos y, con 35 años, hace 13 que va del campo al puerto.
En relación a la inseguridad que atraviesa el sector señaló que esto sucede hace tiempo, pero que ahora la violencia repuntó en los puertos. Dijo que, aunque en época de cosecha aumenta la presencia policial, no disminuyen los actos delictivos.
“De cara a esta nueva la cosecha, la cuestión fundamental de los hechos de inseguridad pasa por el estado de los caminos llegando a los puertos, por ejemplo Timbúes, que es de ripio, y San Martín, donde lo único que hacen cuando se rompen es emparcharlo. Debería haber brosa o cemento, teniendo en cuenta lo que se paga de tasa vial. No hacen un arreglo estructural. Son cerca de 10 kilómetros en los que uno debe ir como mucho a 10 por hora si va cargado y, a 20, sin carga”, dijo a LA NACION.
Los transportistas tienen diferentes chats, donde se brindan consejos y recomendaciones para estar más seguro en la zona. Entre otras cosas, dicen que lo primordial es ir a la mañana, de día, pero nunca a la tardecita o noche.
“El tema es el cupo, donde nos dan un horario determinado y ahí sí tenemos que resguardar y atar las boquillas, las puertas e ir con otro compañero (uno atrás y uno adelante) y mirar siempre por los espejos para estar atentos a lo que pasa. Pero igual en moto se te ponen a la par y con un gancho te abren las boquillas”, detalló.
“Nos pasamos información sobre cuáles son los puntos más peligrosos y los horarios que hay que evitar. Si bien en Timbúes el estado es deplorable (y cuando llueve se hacen pozos inmensos) en los alrededores es campo y no hay urbe, por lo que el peligro es menor. En cambio, en Puerto San Martín, el pueblo está antes y es ahí donde se cometen las aberturas de puertas, de boquillas, lanzan piedras a los parabrisas para que se detenga el camión: ahí están los hechos de violencia. Los otros puertos del norte, Alvear y Rosario, en ‘playa Pérez’, también es muy insegura porque vamos por la circunvalación de Rosario y ahí hay abertura de boquillas: se te ponen autos por delante para que uno se detenga y así te roban”, agregó.
Un transportista que prefirió hacer reserva de su identidad coincidió que en la zona del puerto Alvear “se ha puesto sinceramente muy peligroso porque es un asfalto de hormigón que está todo reventado”. Dijo: “Uno tiene que entrar muy despacio, a cinco kilómetros por hora”.
“La gente de los alrededores se viene hasta ahí porque sabe que es el lugar donde está la mejor tirada (apertura de boquillas). Se te suben al camión y te apuntan con una pistola, te roban teléfono y todo lo que pueden. O te abren las puertas de los costados o las boquillas que van abajo del camión. Uno no se da cuenta, seguís marchando despacio, seguís volcando y capaz perdiste 7000 kilos. Eso no te cubre el seguro y lo tenés que pagar de tu bolsillo. Uno trata de asegurar las boquillas con tornillos pero los delincuentes se las amañan y la saben mejor que los camioneros para hacer daño”, remarcó.
Dijo que lo mismo sucede en Rosario, en la bajada de la circunvalación, donde se debe bajar a un kilometro por hora: “Si no parás te apuntan con armas y te tiran a matar, no tienen problemas. Vivimos al límite. La inseguridad está peor que nunca. Para prevenir, mando los camiones a las 6 de la mañana, cosa que los ladrones estén durmiendo”.
Por otro lado, habló de la inseguridad, la falta de limpieza e higiene que hay en las playas donde cada camionero paga un cánon. “No hay baños, están clausurados, no hay un lugar de sombra para descansar ni para pedir un vaso de agua si tenés sed. No hay higiene, si querés cocinar al lado del camión, te pasan las ratas por debajo de las piernas. Si bien hay cámaras, tampoco hay seguridad dentro del predio, solo en la entrada y no podés reclamar nada porque se lavan las manos. Encima el ticket que te dan no te sirve para presentar como gastos”, denunció.
En un comunicado, la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de San Lorenzo y su zona alertó del peligro que tienen los camioneros, donde nunca hubo “respuestas y soluciones definitivas, con obras que no se han llevado a cabo, u otras que se vieron truncadas por diferentes motivos”.
“Durante los períodos de movimiento de cereal, padecemos caos vehicular, alteración de la convivencia diaria, episodios de atascamiento de tránsito, inseguridad vial, hechos de violencia no deseados que ponen en riesgo la integridad patrimonial y aún física de personas, consecuencia de no contar con una red logística que esté a la altura de lo que el polo agroexportador más importante del país requiere”, enfatizaron y pidieron que se refuerce con recursos humanos y móviles (en especial motos), otros puntos considerados de peligro en materia de seguridad patrimonial y física: “Los boquilleos generan importantes pérdidas de carga, exposición de los camioneros afectados y demoras en el tránsito vehicular de camiones hacia las terminales portuarias”.
Para Fiant, el meollo de la cuestión está en la competencia de a qué comuna le corresponde el arreglo de los caminos, donde los funcionarios de los distintos distritos se pasan la pelota unos a otros para no reparar los tramos en mal estado: “Nadie se hace cargo, a pesar de lo que cobran por tasa vial”.
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