Los importadores dicen que, tal como está, la situación es insostenible
El líder de la cámara refutó a Capitanich: "Si esto es planificación, está mal hecha"
El mercado argentino sufre por la "planificación" del Gobierno, que desde el miércoles restringió la compra de dólares para la importación. La falta de autorizaciones impidió que distintas industrias realizaran pagos a sus proveedores y consiguieran ingresar mercancías al país. Pese a ello, las autoridades aseguran que el Banco Central tiene garantizadas las divisas para estas operaciones.
¿Cómo maniobran las empresas argentinas en estas condiciones? Para Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), la respuesta es muy simple: "No se está operando".
Una fuente de la industria dijo a LA NACION: "Nos llegó un comentario informalmente [desde el Gobierno] de que había habido no sé qué problema y que durante la semana próxima esperaban «normalizar» las restricciones, lo cual es normalizar la anormalidad".
Santisteban, en tanto, opinó que el panorama actual es insostenible por más de un par de semanas. Y subrayó que no está en juego solamente la posible quiebra de algunas firmas, sino también un fuerte desabastecimiento de insumos necesarios en todo el país, algunos de los cuales se fabrican aquí, pero con componentes importados.
Ayer por la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sostuvo que respecto de estas decisiones existe "una planificación desde el punto de vista de la ejecución de la política económica"; sin embargo, Santisteban no está totalmente de acuerdo.
"Si responde a una planificación, nos gustaría conocerla, pues no ha sido prevista. Todas las operaciones que no se pudieron pagar esta semana son transacciones aprobadas previamente por este mismo gobierno. No es sensato que luego de que la Secretaría de Comercio apruebe una declaración jurada anticipada de importación [DJAI], no te dejen pagar. Es el mismo gobierno, el mismo equipo económico. Si eso es planificación, está mal hecha", se quejó el presidente de la CIRA.
Otro empresario de la industria nacional contó que en octubre de 2014 el Gobierno había liberado cerca de 120 millones de dólares para el pago de importaciones, y la cifra ascendió a casi 180 millones en diciembre, aunque en ambos casos el monto era inferior a los vencimientos mensuales. En enero último las autoridades citaron a los privados y anunciaron un cupo de 230 millones de dólares. Con esos montos se podían costear las deudas inmediatas, aunque no las acumuladas.
"Pero en la segunda semana de enero se suspendió el suministro, de forma que hay deuda vencida y no atendida porque bajó la cantidad de dólares y ahora esta semana no hubo nada. Algún proveedor se había negado a embarcar si no se le pagaba, y a partir de la promesa de 230 millones se pudieron restablecer algunas relaciones, pero ahora que la cifra pasó a cero, el ambiente no está muy alegre", contaron a LA NACION fuentes de la industria.
"Hace dos o tres días que hay problemas de empresa y operaciones que nunca se habían visto antes. Algunas transacciones eran de muy poco monto, cerca de los 30.000 o 40.000 dólares, y no se podían concretar, aunque hoy [por ayer] algunas empresas pudieron saldar tres de cuatro cuentas", comentaron a este diario actores que pidieron el anonimato y que no precisaron quiénes ni cuánto pagaron.
Distintos operadores consideraron que la liberación de divisas para el pago de importaciones continuará estancada, por lo menos, durante toda la próxima semana.
Propuesta de Capitanich
Frente a las críticas por la falta de insumos que generan estas deudas, el jefe de Gabinete destacó que el Banco Central cuenta con reservas monetarias por 31.266 millones de dólares. También dijo que está asegurada la "asignación de los recursos necesarios", esto es, moneda extranjera tanto para la tenencia como para las importaciones.
Pero Capitanich fue más allá y lanzó una propuesta: dijo que si las empresas que producen toda clase de piezas en el país aumentan su capacidad e incrementan su fuerza laboral, se reducirá la necesidad de importar.
Aumentar la capacidad productiva, sin embargo, no depende solamente de una decisión. Distintos sectores de la economía nacional atraviesan momentos complicados. La fabricación y venta de automóviles, por ejemplo, registra cifras poco favorables durante los últimos meses. Este diario dio cuenta, en días pasados, de cómo tanto la producción como la comercialización de vehículos en la Argentina se desplomaron el primer mes de 2015.
Dos de los principales factores que tienen a esa industria en desaceleración, según dijeron empresarios y especialistas, son precisamente las restricciones a la importación de piezas y el cepo cambiario.
lanacionar