Agarrados de los muertos en plena calle
NIZA (AFP).- Los vivos no querían soltarles las manos. Sabían que estaban muertos, pero se agarraban desconsoladamente a ellos, las víctimas, luego de la masacre.
Horas después del horror sufrido por las familias que se habían congregado para ver los fuegos artificiales de la fiesta nacional francesa en el Paseo de los Ingleses, en Niza, los cadáveres yacían en el mismo lugar donde cayeron tras ser arrollados por un camión.
Muchas personas estaban sentadas junto a los cuerpos, a veces solas, otras en pequeños grupos de familiares y amigos. Algunos recibían gestos de consuelo de desconocidos.
Y una víctima, un chico que como a otros muchos se le permitió trasnochar para asistir al espectáculo, yacía sobre el asfalto con una muñeca a su lado. "Uno querría pensar que estando allí se podría hacer algo para ayudar", dijo el actor Tarubi Wahid Mosta, que trató de dar una mano. "Pero éramos inútiles. Eso es lo más duro: sentirse inútil en un momento tan horrible."
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