Cinco romances que comenzaron durante un rodaje

El comentado episodio atribuido a Benjamín Vicuña y Eugenia "China" Suárez durante el rodaje de El hilo rojo dejó en segundo plano cualquier valoración artística sobre la película que se estrena hoy. Tras el revuelo mediático, se confirmó el rumor: Vicuña y Suárez también se amaban en la vida real.

Con Brad Pitt y Angelina Jolie como ejemplo emblemático, el cine vio nacer infinidad de parejas que pasaron de la ficción a la realidad. Algunas prosperaron, otras terminaron con escándalo, pero siempre serán tema para la prensa del corazón. A continuación, algunas de las más significativas:

Bogart y Bacall en Tener y no tener (1944)

De imaginar una película en la que Humphrey Bogart se enamorara de su coprotagonista, todas las fichas apuntarían a Casablanca (Michael Curtiz). Pero el flechazo llegó recién dos años después y la causante sería una ignota actriz de 19 años. Se trataba de Lauren Bacall (su verdadero nombre era Betty Perske), modelo y dueña de una belleza que la llevó a la tapa de la revista Harper’s. Justamente esa portada fue la que hizo que el director Howard Hawnks posara los ojos en ella. El cineasta estaba dándole los toques finales a la adaptación de Tener y no tener, la novela de Ernest Hemingway, y necesitaba una partenaire para Bogart, que ya estaba confirmado en el elenco.

Durante la filmación se inició un romance que estuvo signado por el escándalo. En ese entonces, el galán doblaba en edad a la joven y cargaba con dos divorcios sobre sus espaldas (la relación con Bacall dio lugar al tercero). Para agregar más leña al fuego, ella declaraba que había perdido la virginidad a manos del actor. Pero superadas las turbulencias iniciales, la pareja se transformó en una de las más famosas y estables de la historia del cine. Tuvieron dos hijos y la sociedad artístico-sentimental (protagonizaron tres películas más) se extendió hasta 1957, año en que Bogart falleció producto de un cáncer de esófago. Luego de una carrera posterior intermitente, Bacall murió en 2014.

Cruise y Kidman en Días de trueno (1990)

Él tenía 28, estaba casado con la discreta pero voluptuosa actriz Mimi Roggers y venía forjando una incipiente trayectoria en películas de acción y románticas. Ella, por su parte, tenía cinco años menos, recién llegaba de Australia –donde nació y se crió– y su primer gran paso en el cine había sido Terror a bordo (Phillip Noyce), en 1988. Tony Scott reunió a estos futuros astros hollywoodenses para Días de trueno, en la que Tom Cruise encarna a un piloto de carreras que queda en coma tras un accidente y Nicole Kidman hace lo propio con una médica que trabaja en la clínica donde llega el malogrado corredor. Este ficticio vínculo médico-paciente fue el germen de un matrimonio que duraría once años.

La pareja puso fin a la relación, según sus propias palabras, de manera cordial y amistosa. Pero la ruptura tomó ribetes religiosos. Según un documental difundido el año pasado, miembros de la Cienciología –doctrina de la que Cruise es un reconocido practicante– habrían hecho todo lo posible para disolver la relación, ya que consideraban a la actriz como una influencia negativa. Se desconoce qué métodos utilizaron y sí fueron realmente efectivos.

Monzón y Susana en "La Mary" (1974)

Un cachet elevado dio origen a este romance local. La primera opción para protagonizar la película de Daniel Tinayre era Terence Hill, pero la suma requerida por el actor italiano superaba el presupuesto, por lo que la producción tuvo que optar por el entonces campeón del mundo. Cada día, Susana Giménez y Carlos Monzón llegaban a La Boca (escenario del film) tras despedirse de sus respectivas parejas, pero las escenas de alto voltaje erótico entre el Cholo y la Mary hicieron lo suyo. Cuentan que Tinayre tenía que gritar el "¡corten!" cada vez más fuerte para que se separaran. "Es que practicábamos antes", se jactaba el boxeador cuando alguna vez lo consultaron por el realismo de aquellas interpretaciones.

Esta tórrida relación, sin embargo, no tuvo un epílogo feliz. Los celos mutuos y el abuso del alcohol por parte de él hicieron que finalizara tres años después. Susana se convertiría en la diva de los teléfonos y Monzón iniciaría un lento descenso a los infiernos. Pero ese es tema para otra película.

Bardem y Cruz en Vicky Cristina Barcelona (2007)

Esta historia tuvo una premiere en 1992, cuando ambos actores coincidieron en la película Jamón, jamón, de Juan José Bigas Luna. Allí, pese a que hubo romance delante de la cámara, el vínculo no se apartó de lo profesional. Convocada por Woody Allen, la dupla se reunió varios años después, cuando ya habían completado varios casilleros en su calendario sentimental. Por caso, ella ya había incursionado en el amor de set -aunque de manera efímera- con Tom Cruise luego de Vanila Sky (Cameron Crowe), en 2001.

En Vicky Cristina Barcelona, Bardem podía elegir entre una rubia y una morocha. Juan Antonio, su personaje, es un pintor que se ve envuelto en un triángulo amoroso que completan su ex esposa María Elena (Cruz) y Cristina (Scarlett Johansson), una turista norteamericana. El film, que no escamotea en tríos sexuales, convirtió a Bardem y Cruz en pareja real. Casados desde 2010 y con dos hijos, los actores transitan su relación con el mayor hermetismo posible. Una de sus apariciones públicas más recordadas fue cuando él le dedicó a su esposa el premio al mejor actor que recibió por Biutiful (Alejandro González Iñarritu) en Cannes.

Depp y Heard en Días de ron (2012)

Abonado al escándalo, Johnny Depp ya contaba con un currículum considerable cuando conquistó a su actual esposa. El actor había sido pareja de Winona Ryder (a quien le dedicó un tatuaje, del que luego se arrepintió), Jennifer Grey, Sherily Feen y la inefable Kate Moss, entre otros romances mediáticos. Incluso se mencionó una relación cercana con Marilyn Manson. Claro que Heard tampoco se quedaba atrás: previo a que Depp entre en su vida se declaraba bisexual.

Pese a la diferencia de edad (22 años), la pareja tuvo buena sintonía durante el film basado en la novela de Hunter S. Thompson y dirigido por Bruce Robinson. Allí, Depp interpreta a un periodista exiliado en el Caribe que se enamora de la esposa de un compañero (Heard). A tono con el lugar donde se conocieron, la boda se celebró en una isla de las Bahamas. Él cada tanto es noticia por sus públicos problemas con la bebida, pero de momento no hay indicios de separación.