Eleonora Cassano recordó su noche más insólita junto a Julio Bocca en el escenario: “Me quería morir”

La música clásica y el ballet están vinculados con la seriedad, la rectitud y la disciplina. Y a pesar de que Eleonora Cassano, gracias a su determinación -condimentada con bastante talento- logró brillar en el Teatro Colón, lejos está de ser una mujer “anticuada”. Así lo demostró en su entrevista con Jey Mammon, en donde dejó relucir su lado más alocado y hasta llegó a relatar una de sus anécdotas más graciosas junto a Julio Bocca.

Los artistas conformaron una de las parejas de baile más conocidas a nivel internacional. Visitaron cada rincón del mundo mostrando sus dones y la química que tenían invadía cualquier escenario que pisaran juntos. Años después de haberse retirado y ya lejos de las luces y el glamour de las noches de estreno, Cassano recuerda a Bocca como el mejor compañero que tuvo en toda su carrera.

Las decenas de viajes y cientos de horas compartidas ensayando sin parar no solo aumentaron tanto la confianza como el cariño mutuos sino que resultaron en un amplio tomo de anécdotas por compartir. Una de ellas, sacada a la luz por el conductor de Los Mammones (América), fue aquella vez que se vieron obligados a realizar un show completamente tentados de la risa porque ambos se habían “pasado” con la cantidad de algodón dentro de sus trajes.

Sonriendo antes de comenzar la historia, Eleonora aseguró que todo lo que había plantado Jey era verdad y se dispuso a narrar detalladamente el insólito suceso. Estaban por bailar en un teatro italiano que, para el alivio de los bailarines, era bastante chico y tenía espacio para una audiencia más acotada a la que ellos acostumbraban. Les tocaba realizar la pieza de Diana y Acteon, un pas-de-deux (dueto) que se encuentra entre los más desafiantes, y ella -por motivos que no explicó- decidió que era una buena ocasión para ponerse bastante algodón dentro del corpiño.

“No había corpiños especiales ni nada”, aclaró mientras demostraba con las manos cómo había ubicado el material en las zonas estratégicas dentro de la malla pegada al cuerpo. Cuando salió, luego de presentar la primera pose frente al público y desatar una ronda de aplausos, el pensamiento que le vino a la mente fue: “Ay no, me están aplaudiendo por las te**s”.

La incomodidad desapareció rápidamente cuando vio entrar a Julio Bocca, quien había hecho lo propio con su entrepierna a tal medida que la falda que acompañaba su traje se levantaba sin disimulo Los compañeros, al verse tan desfachatadamente “rellenados”, tuvieron que hacer fuerza sobrehumana para no descostillarse de la risa y poder continuar con el espectáculo “tentadísimos”.

Para finalizar la insólita historia, la invitada relató que los bailarines masculinos usan un suspensor que les facilita el trabajo y que, muchas veces, los mismos vienen con material extra, explicando así el físico de algunos artistas.

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