Lollapalooza Chicago: Arctic Monkeys y Camila Cabello, los platos fuertes de la primera jornada

CHICAGO, EE.UU. Los Arctic Monkeys y Camila Cabello fueron anoche los encargados de un cierre a contrapunto para la primera de las cuatro jornadas que marcarán este año la décimo cuarta edición consecutiva del Lollapalooza en la ciudad de Chicago. La ciudad que en 2005 vio resurgir como el Ave Fénix a esta criatura ideada por Perry Farrell, cuando el festival de rock alternativo parecía tener un final asegurado. Pero nada más lejos de ello. Después de haber tenido que cancelar su edición de 2004, Chicago le abrió las puertas al Lolla y desde entonces no paró de crecer.

Aquí, en Chicago, su casa, el Lollapalooza tomó forma de circo itinerante y moldeó una nueva era para los festivales de música, en la que conviven tanto la experiencia cultural como el encuentro lúdico para una generación que, año tras año y celular en mano para registrarlo todo, todo, se adueña con total naturalidad de esta idea proyectada por Farrell tres décadas atrás.

Una idea que nació como espacio para el rock alternativo y que ayer, con el final a dos puntas de la última estrella pop norteamericana con alma latina y la banda inglesa liderada ahora más que nunca por Alex Turner, confirmaron el camino de su expansión.

Los dos números fuertes de la primera jornada convivieron en armonía en este predio interminable armado en el Gran Park de Chicago, más allá de sus propuestas diametralmente opuestas, con los Arctic Monkeys probándose el traje de banda sonora de un casino lunar, apoyados en las canciones de su último álbum, Tranquility Base, y Cabello ofreciendo su pop edulcorado sin más armas que su encanto personal.

Lo de los "monos" es cosa seria y a pesar de que su plan de reiventarse como una banda para tocar en pubs (de seguir en esta línea sería un interesante caso de grupo que viaja a la inversa, del estadio al bar), en mood intimista y por momentos de salón no parecía de antemano lo mejor para un festival tan grande, dosificaron con inteligencia esos hits que aquí todos conocen de memoria y bailan sin parar (Turner, rapado a lo Richard Ashcroft, terminó su faena cantando "R U mine?").

Cerca de 100.000 personas, en su mayoría adolescentes y jóvenes sub 30, deambularon por el extenso predio a orillas del lago Michigan y disfrutaron de una tarde soleada con propuestas para todos los gustos, con ocho escenarios y más de cien artistas superponiéndose aquí y allá y una oferta extramusical a pedido de instagramers y tuiteros seriales.

Hubo rap, trap, música electrónica y hasta algún que otro paso de reggaetón. Pasaron artistas como Khalid, Travis Scott, los Crvrches (con una gran performance de su cantante Lauren Mayberry y un invitado estelar: Matt Berninger, de The National), Jadden Smith (el hijo del actor Will Smith), la promesa teen Billie Elish con su pelo platinado y hasta los escoceses Franz Ferdinand (con un festejadísimo cierre al mando de uno de los hits del milenio: "Take me Out"). Por supuesto que, como sucede en las ediciones argentinas, el festival también vibró al ritmo del escenario Perry Farrell, con las propuestas más jugadas a cargo de Galantis, Rezz, Kayzo o Shiba San y el Kidzapalooza, apto para los más chiquitos.

Ayer, en el centro de esta ciudad de rascacielos, pasó apenas el primer día de esta experiencia multisensorial, que hoy tendrá como headliners a Burno Mars, The National y Tyler The Creator, una vez más demostrando la amplitud estilística por la que tan cómodo se mueve el Lollapalooza. Para el sábado y domingo, se esperan las actuaciones de The Weeknd, Jack White, Vampire Weekend, Odesza, Portugal The Man y Dua Lipa entre muchos otros que, poco a poco, también empiezan a sonar como parte de la grilla que llegará en 2019 a Buenos Aires.