En el debut de Marcela Tauro como conductora de Intrusos, su amigo Guido Kaczka relató una experiencia paranormal que los tuvo a los dos como protagonistas

Por fin llegó el día: Marcela Tauro, una de las periodistas más famosas del mundo del espectáculo, debutó esta tarde como conductora en Intrusos, por América TV. Y para superar con altura el desafío de llevar adelante por primera vez un programa de televisión, le pidió ayuda a su muy ocupado compañero de radio Guido Kaczka. ¿Cómo hizo para convencerlo? Derramó, de forma repentina y muy convincente, un mar de lágrimas en plena jornada laboral.

La figura de Tauro sorprendió en la presentación del programa. Marcela entró por la puerta principal del estudio donde se realiza el envío como lo suele hacer todos los días Florencia de V. “Con ustedes, la mujer que más sabe del mundo del espectáculo, la histórica, la más intrusa”, la presentó el locutor, y la periodista apareció, enfundada en un vestido blanco y corto, con un rosario en la mano derecha, al ritmo de Madonna.

Luego de la arenga de todos sus compañeros, de ensayar algunos pasos de baile y de saludar al público, la periodista se sinceró: “Gracias por estar acá. Es un día especial hoy, porque me tocó”, explicó. Después de contar que De la V está en Uruguay, disparó: “Hoy vamos a tratar de no hundir el barco”. “¿Qué pedí hoy para mí? A mi amigo”, reveló después, en relación a la presencia en un móvil del conductor de Los ocho escalones. “Le pedí: ‘Por favor, tenés que estar en este día que estoy yo’”. Y Guido cumplió.

La entrevista, a través de un móvil desde la radio, arrancó ni bien comenzó el envío. Luego de anunciarlo, Marcela le agradeció el tiempo y remarcó la apretada agenda del conductor. “Guido hoy tiene un día terrible, largo, y me lo facturó”, contó entre risas. De inmediato, ambos revelaron la estrategia de la periodista para convencer a su amigo.

“Yo hago radio primero con Santiago del Moro y luego con Guido, los número uno. Yo a Guido le había pedido un móvil, y este hombre es tan angelado y tiene tanto trabajo, tanta cosa, más una familia, cuatro hijos, más terapia cuatro veces por semana, que me dijo: ‘Marce, no voy a poder darte el móvil’”, empezó el relato Tauro. “Hoy estábamos al aire y se me empiezan a caer las lágrimas… ¡Te puse en una situación! Pobre Guido, que me tuvo que dar el móvil porque me puse a llorar”, reveló. “Yo a la una y media tenía una grabación y le digo ´Marce, no”. Y fue automático. Llora como Agustina Cherri. Es en un segundo”, completó él, y desató las risas de toda la mesa.

Luego del llanto, en el estudio se prendió la luz de “aire”. “Yo salgo viernes bien arriba en la radio; empiezo, la miro a ella y arrancó, pero llorando. Hablaba y lloraba. Bueno, cortamos y nos organizamos, así que aquí estamos”, cerró Kaczka el divertido momento.

Una experiencia paranormal compartida

Antes de cerrar la entrevista, Tauro le pidió a Kaczka que cuente una anécdota puntual. “Lo de tu papá y el mío”, le aclaró. Y él, tras explicar que relatar algunas cosas en radio es muy diferente a hacerlo en la televisión, accedió a hacer el cuento. “Marcela es súper paranormal. No quiero decir que Marcela es paranormal, le gustan los temas”, arrancó, y explicó que en el programa él le da el espacio para que hable de estos temas, pero que él es más terrenal. Luego, compartió el llamativo episodio.

“Tuve una situación donde alguien me dijo, mencionando todos los datos de mi padre, que falleció, que mi papá venía con el papá de Marcela todos los días a la radio. Que estaban juntos y que les encantaba venir a vernos. Yo creí hasta ahí. Lo que pasa es que después me dijo: ´Lo que pasa es que ustedes cambiaron la mesa y a él le gustaba más la mesa de antes´, y esa es una cosa muy interna”, recordó. Luego explicó que el hombre le dio más datos y que quedó sorprendido. “¿Y volvieron a la mesa anterior?”, quiso saber Virginia Gallardo. “No, que se joda mi viejo. La mesa es la que queda”, cerró con humor el conductor.