En prisión, Felicity Huffman recibió la visita de su esposo, William H. Macy

Felicity Huffman, la actriz conocida por su interpretación de Lynette Scavo en Amas de casa desesperadas, está cumpliendo su condena de 14 días de prisión, por su participación en una red de sobornos para asegurar el acceso de su hija a una universidad de élite. Por estas horas, se dieron a conocer imágenes donde se la ve con el atuendo penitenciario y recibiendo la visita de su esposo, el actor William H. Macy y su hija Sophia.

La actriz de 56 años estará presa las siguientes dos semanas en la Correccional Federal de Dublin, en el norte de California. También deberá pagar una multa de 30 mil dólares y brindar 250 horas de servicios comunitarios. Anteriormente, había estado detenida durante unas horas en marzo, cuando el fraude salió a la luz, y pagó una fianza de 250 mil dólares para quedar en libertad.

En abril, Huffman asumió su culpabilidad cuando la acusaron de pagar 15 mil dólares para que su hija obtuviera una calificación alta en su examen de ingreso a una prestigiosa universidad estadounidense. Entre las casas de altos estudios involucradas en el escándalo figuran Yale, Stanford, la Universidad de Texas, la del sur de California (USC) y la también californiana UCLA, entre otras.

Las imágenes que se dieron a conocer la muestran con un mono verde, el uniforme para las reclusas de la prisión, una gorra blanca y anteojos. La actriz ya recibió la visita de su esposo y su hija Sophia, de 19 años. En este sentido, en abril Hoffman había expresado en un comunicado: "Mi hija no sabía nada de mis acciones, y fue solamente mi mal juicio y mi mala decisión, a ella también la traicioné".

"Acepto completamente mi culpa, con mucho arrepentimiento y vergüenza por lo que he hecho. Acepto también la responsabilidad de mis acciones y las consecuencias que esto pueda llegar a traer", había dicho la actriz en un comunicado hace seis meses. Y agregó: "Quiero pedir disculpas en especial a los estudiantes que trabajan duramente día a día para ingresar a la universidad, a sus padres que hacen tremendos sacrificios para mantener a sus hijos de forma honesta".

En la misma línea, dijo que estaba avergonzada por el dolor que causó a su familia, amigos, y a la comunidad educativa: "Esta transgresión para con ella y con el público quedará conmigo por el resto de mi vida. Mi deseo de ayudar a mi hija no es excusa para romper la ley o cometer un acto deshonesto", sentenció.