Reconciliados. "Menem me dijo que ve la situación muy complicada", contó Duhalde
La visita duró una hora y se había acordado el día anterior, horas antes del aniversario que volvió a reunirlos. "Carlos, ¿estás para que te vaya a ver mañana?", preguntó Eduardo Duhalde de un lado del teléfono. "Claro, te espero", contestó Carlos Menem sin dudar, del otro.
Se habían visto por última vez en 2017, sin contarlo en público, cuando Duhalde visitó a Menem motivado por un mensaje del Papa. "Lo fui a ver cuando Francisco dijo que teníamos que reencontrarnos con quienes habíamos tenido dificultades", relató Duhalde a LA NACION, en alusión a los años de feroz enfrentamiento político entre ellos que desencadenó una fractura del peronismo a finales de los 90.
Ayer, la excusa fue otra: recordar y celebrar los 30 años del triunfo de la fórmula Menem-Duhalde en la elección presidencial de 1989.
Duhalde llegó a la casona de Belgrano cerca de las 20 y se fue una hora más tarde, justo antes del comienzo del partido de River con Atlético de Tucumán. Duhalde no tiene certezas, pero está seguro de que el expresidente siguió el encuentro por televisión.
Hablaron de fútbol, claro. Menem no dejó pasar la oportunidad de cargar a Alberto Kohan, hincha de Boca y otro de los presentes en el festejo, por el triunfo de River en la final de la Libertadores.
Y también hablaron de política, desde ya. Duhalde habló más que Menem, que, sobre todo, asentía a las reflexiones de su exvicepresidente. Sí tomó la palabra cuando mencionaron La Rioja y las indefiniciones del escenario electoral de la provincia. "No hay candidato", le dijo Menem preocupado a Duhalde. La provincia del expresidente es una de las únicas dos, la otra es Chaco, que todavía no le pusieron fecha a sus elecciones.
Menem también se mostró preocupado por la coyuntura. "Me dijo que ve la situación muy complicada", reconstruyó Duhalde ante LA NACION. En ese contexto, el exsenador aportó que él observa "un momento muy parecido" al que le tocó afrontar a él cuando asumió la presidencia en 2002 y que ve a Mauricio Macri "con muchas dificultades" y "con poca capacidad para anticipar los problemas". Menem escuchó y asintió a sus palabras una vez más.
Hace 30 años, el pueblo argentino me confirió la responsabilidad de gobernar una Argentina en crisis, misión que desempeñé durante más de una década. La recibimos en ruinas, en medio de la hiperinflación y los saqueos, dejándola en marcha, sin odios, encaminada al progreso.&— Carlos Saul Menem (@CarlosMenem_LR) 14 de mayo de 2019
Cristina Kirchner no se coló en la conversación, pese a que apenas unas horas antes había irrumpido en las noticias de la tarde con su sorpresiva visita a la reunión del PJ nacional en el histórico edificio de Matheu y con el fallo de la Corte Suprema que demorará el inicio del juicio en su contra por direccionar obra pública. "Ni de Cristina ni de las candidaturas. Nada de eso formó parte [de la conversación]", aseguró Duhalde.
Más relajados, recordaron momentos, escenas y anécdotas de la campaña electoral, aquella del Menem Móvil, del "Síganme, no los voy a defraufar" y del "Salariazo y revolución productiva".
Duhalde bromeó con que podían aprovechar para jugar una mano de póker o de truco, dos juegos que solían distraerlos en la Casa Rosada y en la quinta de Olivos en los años de en el poder.
Sobre una de las mesas del living, donde además de Menem, Duhalde y Kohan estaban Zulemita y uno de los médicos del expresidente, había "varios platitos con comida salada" que Duhalde no probó. A la hora del brindis, que quedó registrado en una foto y luego en un tuit del riojano, Menem se pernitió un poco de vino. Duhalde, que arrastra un resfrío fuerte desde hace varios días, prefirió un vaso de agua con limón.
Quedaron en volver a verse. "Venite con Chiche a comer un asado", arengó Menem. Duhalde aceptó enseguida con un "encantado". ¿La fecha? Por ahora, es incierta. "Veremos. Seguro, va a ser después de que termine toda esta locura de las candidaturas, ahora no hay tiempo para nada", dijo Duhalde a LA NACION. Quedó claro que, aunque lejos de las luces, el expresidente piensa seguir atento a la campaña y sus vaivenes.
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