Mendoza se convirtió en una suerte de Las Vegas de Sudamérica: el negocio hoy reporta unos 7,5 millones de dólares al año
Fueron 80 los invitados al casamiento de Paula Pereyra y Stuart Thurlby. La mayoría vino de Córdoba, de donde es oriunda ella, pero unos 20 llegaron de la tierra del novio: Australia. La pareja se conoció en Sídney, donde actualmente vive, pero formalizó su compromiso el 2 de diciembre del año pasado en Mendoza, en una ceremonia con una increíble vista a la Cordillera de los Andes, realizada en los viñedos de la bodega Renacer.
“Apenas me recibí de contadora, en 2017, viajé a Australia, y a los 3 meses de haber llegado conocí a Stu”, recuerda Paula, de 31 años. “Cuando empezamos a pensar dónde casarnos, que fue antes de la pandemia, hacerlo en Argentina salía la mitad que en Australia, y en Australia es muy común casarse en zona de viñedos, así que quisimos replicar eso. A la vez, los vinos de Mendoza son reconocidos en el mundo y eran un atractivo interesante para los australianos amantes de esta bebida, entre ellos la familia de Stu”, agrega.
Visitas a bodegas y actividades como rafting en Potrerillos conformaron la previa del casamiento: “Hicimos el civil en un sector, después una recepción en la terraza, y por último pasamos a la carpa en el jardín, donde tuvimos la cena principal y la fiesta”, cuenta Paula. La posibilidad de una celebración distinta, al aire libre y asociada al mundo del vino y de la gastronomía mendocinos han convertido a esta provincia en un destino muy atractivo para locales, pero sobre todo para extranjeros.
En los últimos años, coinciden bodegueros y wedding planners, Mendoza se consolidó como destino de bodas. El rubro, de hecho, constituye hoy una industria que mueve en el mundo unos 16.000 millones de dólares al año, y que tiene en la cima del ranking a Las Vegas, donde se celebran unas 80.000 uniones anuales. También llamado “turismo romántico”, según relevamientos privados este mercado le reporta unos 7,5 millones de dólares al año a la provincia de Mendoza. En promedio, una fiesta de casamiento en bodega cuesta entre 15.000 y 25.000 dólares.
“El turismo romántico busca crear una experiencia memorable, especial y única para quienes están invitados a la celebración –señala Silvana Biagiotti, directora de SB Congresos & Eventos–. Es un mercado en crecimiento, que se va potenciando e incrementando cada año, convirtiéndose en un producto turístico muy rentable económicamente”.
“Mendoza es hoy uno de los destinos mas buscados para celebrar matrimonios –asegura por su parte Julián Quesada, coordinador de eventos de Renacer–. Las razones principales son sus paisajes, su gastronomía y, por supuesto, sus vinos. También hay que contemplar que es un destino turístico muy completo, con diversidad de actividades, transportes y hoteles acordes para esta clase de eventos”.
Paula coincide: “Antes de la pandemia, con Stu habíamos hecho un viaje a la Patagonia y pasamos por Mendoza a recorrer bodegas. Nos quedamos realmente impresionados por la calidad que ofrecen. Están realmente preparadas para el turismo internacional y tienen un servicio espectacular, mucho más elevado que el que ofrecen algunas bodegas de afuera”.
Incluso algunas bodegas disponen de alojamiento dentro de la finca, como es el caso de Anaia Wines. “Nuestro lodge cuenta con dos master suites y cuatro suites con vista a la Cordillera de los Andes, destinadas exclusivamente a los novios y a sus familiares más cercanos”, dice Silvina Millaner, brand manager de Anaia.
Flavia Amad di Leo, gerente de Hospitalidad de Susana Balbo Wines, coincide: “Las bodas de destino se han vuelto más frecuentes debido al auge turístico que ha tenido Mendoza. Haber sido nombrada Great Wine Capital y Capital Iberoamericana de la Armonía Gastronómica son factores que han contribuido, y ahora la llegada de la Guía Michelin a la provincia también ayuda a consolidarla como un destino atractivo”.
Pero, ¿quiénes son los que eligen a la ruta del vino como escenario para estas celebraciones? “En su mayoría, extranjeros”, responde Marianella Novello, líder de Hospitalidad de la bodega Domaine Bousquet, que entre 2022 y 2023 experimentó un 20% de aumento en el número de casamientos que se realizan en su finca ubicada en Valle de Uco. “Sin lugar a dudas, el ranking lo lideran los brasileros”, agrega.
Entre un 70% y un 80% de las parejas son de Brasil, confirma Silvia Bodiglio, wedding planner mendocina que organizó su primer casamiento en bodega en el año 2007. “En promedio me encargo de unas 20 bodas en bodega al año, pero es un número que crece –cuenta–. Además de brasileros, también vienen a casarse de Alemania, Dubái, Australia, España, Francia, Suiza, Estados Unidos, Colombia, Perú, Venezuela y Chile”.
Para los brasileros, dice la wedding planner Marina Cook, “Mendoza se ha convertido en el destino más solicitado de las personas de alto poder adquisitivo que antes acostumbraban casarse en Portugal, Italia, Grecia o Francia. Con vuelos directos desde San Pablo, pueden transformar su casamiento en una experiencia increíble de varios días con un vuelo de menos de 4 horas que les permite sumergirse en paisajes totalmente diferentes de los de su país”.
“En cuanto a los argentinos, normalmente son parejas que viven en el extranjero y regresan al país para celebrar su matrimonio”, agrega Julián, de Renacer, bodega en la que se celebraron 10 casamientos en 2023, y que este año ya tiene en agenda celebraciones desde mediados de marzo. “El mes más solicitado es noviembre; la temporada alta va desde octubre hasta abril –detalla–. Hay algunos brasileros que buscan el frío y el paisaje nevado, y se casan en mayo o septiembre, pero los meses de invierno son los menos requeridos”.
Fiesta en continuado
El vino en todas sus formas –los viñedos, las bodegas, las propuestas gastronómicas con esta bebida como eje– representa el atractivo que atrae a gente de todo el mundo. “Hay parejas que eligen Mendoza sin conocerla previamente, porque aman los vinos y las bodegas; otras lo hacen por los paisajes”, comenta Silvia Bodiglio.
“En el escenario latinoamericano, Mendoza se posiciona como uno de los destinos de bodas elegidos por su gran potencial paisajístico, que se suma al hecho de poder celebrar el casamiento en los caminos del vino, eligiendo célebres bodegas como sede para estos eventos enmarcados entre viñedos”, agrega Biagiotti.
“Muchas de las parejas que deciden hacer su boda en la bodega ya nos han venido a visitar en otras oportunidades”, destaca Evelina Leiva, de la bodega Lagarde. Ubicada en Luján de Cuyo, a media hora de la ciudad de Mendoza, cuenta con dos restaurantes –uno de ellos, Zonda Cocina de Paisaje, que obtuvo una estrella Michelin–, que suelen formar parte de las actividades de los días previos o posteriores a la celebración.
Es que una de las características de las bodas de destino, que hacen que las parejas y sus invitados viajen de un país a otro, son las actividades turísticas que se realizan antes y después del casamiento. “Los eventos pre y post boda pueden ser más íntimos, como una cena o un almuerzo, o pueden ser fiestas con barra y DJ de las que participan los invitados al casamiento”, cuenta Evelina.
“Una de las ventajas distintivas de este tipo de celebraciones es que los novios y sus invitados disfrutan de una experiencia de tres o cuatro días, compartiendo momentos especiales, almuerzos y cenas tanto antes como después de la ceremonia, en contraste con la tradicional boda celebrada únicamente en el lugar de origen”, explica Victoria Stiles, Gerente de Ventas en Cavas Wine Lodge.
“Mendoza, especialmente en los últimos 10 años, ha sido un destino para casamientos, principalmente para extranjeros que deciden no solo casarse en la provincia sino disponer de mínimo tres días para disfrutarla a pleno con sus íntimos”, confirma Francisco Bragoni, gerente de Turismo de Bodegas Salentein, que para este 2024 ya tiene 12 bodas en agenda, donde las parejas vienen principalmente de Brasil y EE. UU..
“Las bodas de destino son eventos que se planifican con unos seis o siete meses de anticipación, y se transforman en varios días de vacaciones para la pareja y sus invitados. Eso hace que la estadía se extienda hasta seis días en algunos casos”, agrega Nora Vicario, exministra de Turismo y Cultura de la provincia de Mendoza. “Eso involucra a la hotelería, pero también a quienes brindan actividades como rafting, cabalgatas, senderismo y, por supuesto, gastronomía. El bonus track ahora son las estrellas Michelin, que van a tener un impacto importante en la elección del destino de quienes buscan dónde casarse”.
Incluso otras rutas del vino argentino ya comienzan a posicionarse como destinos para bodas. “En nuestra experiencia, cada vez más personas eligen casarse en las bodegas de la región –asegura Pedro Soraire, de Bodega Malma, ubicada en San Patricio del Chañar, Neuquén–. Son casamientos de gente un poco más grande y menos invitados. Principalmente, son argentinos que nos eligen por el entorno diferente que ofrece el estar en una bodega”.
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