Estos 5 lugares paradisíacos de la Patagonia tienen acantilados y son ideales para descansar
Las playas invitan a una experiencia diferente, con balnearios extensos, acantilados y la fauna marina a un paso
PARA LA NACION
Mientras una parte de los viajeros ponen la brújula hacia las playas brasileñas y los balnearios bonaerenses, las arenas patagónicas también dicen presente y se hacen un lugar en la agenda de los viajeros. Cinco destinos repartidos en tres provincias tientan con paisajes inesperados, el encanto de lo remoto y la vida natural.
1) Bahía Creek, Río Negro
“Creek” significa “arroyo” y el nombre de este pequeño balneario se inspira probablemente en los pequeños riachos que se forman a medida que avanza la bajamar. Se la puede considerar como una de las playas menos conocidas y más bonitas de la Argentina, ideal para quien quiera explorar un trozo de arena junto a los acantilados que bordean parte de la costa de Río Negro.
Varias decenas de casas se asoman desde lo alto con una extraordinaria vista al mar, donde en esta época aún es posible ver cómo juegan las toninas o disfrutar el paso de las ballenas francas. El paisaje es agreste y solitario, como cabe esperar de esta porción del mundo: extensas playas de arena, algunas matas de vegetación, médanos barridos por el viento. El agua es fría y tan azul como sabe serlo en la Patagonia: un marco natural infinitamente instagrameable.
El balneario más importante de los alrededores es El Cóndor, muy visitado por los habitantes de la capital rionegrina, pero se encuentra a 100 kilómetros.
Cómo llegar
Se llega a Bahía Creek transitando la bellísima Ruta Provincial 1 que corre, desde Viedma, pegada al mar. Tener en cuenta que después del pequeño balneario La Lobería aún quedan 70 kilómetros de ripio y en varios tramos sin señal de celular.
Dónde alojarse
En el lugar funciona un pequeño hostel con baños y cocina compartidos; también hay camping. En El Cóndor, a unos 100 kilómetros, se puede encontrar hotelería y cabañas con más servicios.
2) Punta Perdices, Río Negro
Hace ya algunos años que esta playa situada a 65 kilómetros de Las Grutas, junto al puerto de San Antonio Este, se convirtió en un secreto a voces bautizado como “el Caribe patagónico”. El calificativo no es exagerado: sus aguas transparentes de reflejos turquesa bañan una extensa orilla tapizada de conchillas, sin olas a la vista.
Más allá del encanto de las imágenes, sin embargo, hay que recordar que aquí la protección de la naturaleza es esencial: por lo tanto, es ideal para turistas respetuosos del ambiente y decididos a llegar con lo mínimo para impactar lo menos posible en el entorno. Sujeta al mismo régimen de intensas mareas que Las Grutas, donde se concentra la mayor cantidad de turistas en el verano rionegrino, Punta Perdices cambia según el ritmo de subida y bajada del agua, pero siempre cautiva por su soledad y belleza.
A pesar del apodo caribeño, no hay que engañarse: se trata de una playa sin servicios (aunque cuenta con el cercano parador náutico Serena), a la que se llega atravesando la típica estepa patagónica, pero que sorprende por la amable temperatura del agua.
Es esencial contar con algo para protegerse del sol, no circular con el vehículo sobre el borde del mar -lo mismo en la cercana Playa de las Conchillas, otro recóndito paraíso rionegrino- y disponerse a compartir el espacio con los ostreros, gaviotas y otras aves marinas.
Cómo llegar
El viaje lleva alrededor de una hora desde Las Grutas y comprende tramos de ripio, pero es bien transitable.
Dónde alojarse
En Las Grutas o en San Antonio Oeste (a unos 20 kilómetros).
3) Punta Este, Chubut
Esta playa sobre el Golfo Nuevo, distinguida por el típico acantilado patagónico, está en las afueras de Puerto Madryn, uno de los destinos más importantes de la Argentina para el avistaje de fauna marina. En lo alto hay un mirador con vista hacia la costa, donde es habitual ver lobos marinos, y hacia la ciudad.
Para los amantes de la biología, la zona de la restinga -donde se tocan la tierra y el mar, una superficie constantemente bañada por las mareas- es un verdadero tesoro que permite apreciar pequeños ecosistemas marinos en miniatura.
En los alrededores se puede practicar mountain bike (el circuito es de cierta dificultad) y trekking, pero a la hora del atardecer todos se quedan quietos para observar la magnificencia del ocaso junto al mar.
Las playitas escondidas, donde se forman algunas “ollas” o piletones, están reparadas por los acantilados y, como en toda la costa patagónica, hay que estar atento tanto al viento como a las crecidas de las mareas.
Cómo llegar
En vehículo 4x4 (ya que el último tramo no siempre es transitable para un auto común) o en mountain bike desde Puerto Madryn. Con marea baja, se puede caminar desde la cercana Playa Paraná.
Dónde alojarse
Las ciudades cercanas, como Puerto Madryn (a unos 10 kilómetros) o Trelew (a unos 70 kilómetros) ofrecen alojamiento de todas las categorías.
4) Rada Tilly, Chubut
Es la playa de Comodoro Rivadavia, situada sobre el golfo San Jorge, 15 kilómetros al sur de la localidad petrolera y orgullosa de ser, si no la más austral de todas, al menos una de las playas más australes del mundo. Combina en el nombre un accidente geográfico (“rada”, una pequeña bahía) con el apellido de un marino español del siglo XVIII.
Para sus visitantes, sobre todo los residentes de Comodoro, es sinónimo de descanso y fin de semana; un lugar donde disfrutar de un paisaje de típicas mesetas patagónicas que llegan suavemente al mar, formando una playa de más de tres kilómetros de extensión. Dos puntas ingresan al mar y enmarcan la localidad: Punta Piedras y Punta Marqués, la más grande y de mayor altura, con sus respectivos miradores. Aquí se encuentra también la reserva natural Punta del Marqués, con una reserva de lobos marinos y un cercano yacimiento de fósiles. Rada Tilly sabe aprovechar bien los vientos patagónicos como capital del carrovelismo, un deporte ideal para practicar a orillas del mar.
Cómo llegar
Rada Tilly está prácticamente en las afueras de Comodoro Rivadavia, una de las principales ciudades de Chubut, que cuenta con su propio aeropuerto. Se puede llegar fácilmente en vehículo o en bus desde Comodoro.
Dónde alojarse
La ciudad ofrece cabañas, hosterías y aparts; en la vecina Comodoro también se encuentran hoteles de categoría, con opciones gastronómicas de buen nivel, algunas centradas en el pescado y frutos de mar.
5) Cabo Curioso, Santa Cruz
Ideal para los que quieran realmente experimentar los extremos patagónicos. Ubicada a unos 15 kilómetros de Puerto San Julián, su paisaje de acantilados y mesetas barridas por el viento le da un aire de último confín. En esta playa se levanta el Faro Cabo Curioso, perteneciente a la Armada Argentina y en funcionamiento desde hace un siglo. Seguramente siglos atrás podría haberle sido útil a Magallanes, que navegó por estas costas y bautizó a la actual Puerto San Julián en homenaje al santo del día de su descubrimiento (hoy recuerda al explorador la réplica de su nave, la Nao Victoria, uno de los lugares imperdibles). Durante la baja marea, la playa es ideal para una caminata con sabor de aventura al pie de los acantilados. Si los baños de mar están reservados a los valientes, el paseo en esta playa del extremo austral del mundo, sumergida en un paisaje sin construcciones ni interferencias, es una maravilla accesible para todos.
Cómo llegar
Desde San Julián, a la que se accede desviándose de la RN 3, hay que circular hacia el norte por caminos secundarios. Se llega después de dejar atrás las ruinas del exfrigorífico Swift y el parque temático Vía Lucis.
Dónde alojarse
Puerto San Julián es el único lugar cercano con varias opciones de hotelería y cabañas, aunque los amantes de la vida agreste también pueden optar por pernoctar en el camping municipal.
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