Nora Dalmasso: “Mientras buscaban amantes, se les escapó el asesino”, dijo una amiga de la víctima en el juicio

Pasó lo que, hasta ahora, no había pasado en el juicio por el asesinato de Nora Dalmasso, ocurrido el último fin de semana de noviembre de 2006 en su casa del country Villa Golf, de Río Cuarto. Una amiga de la víctima echó sospechas sobre Marcelo Macarrón, único imputado en el debate, como presunto instigador del crimen, y sobre quien era abogado del viudo hace 15 años, Daniel Lacase.

Después de quejarse de los investigadores, de quienes dijo que “mientras buscaban amantes, se les escapó el asesino”, María del Carmen Pelleritti lanzó: “Si se hubiera buscado a quien se benefició con el crimen, se hubiera encontrado al asesino”. Rápido de reflejos, el fiscal de Cámara Luis Rivero le preguntó quién fue, para ella, la persona que se benefició con el homicidio. Y respondió: “Posiblemente, podría ser Macarrón, para no compartir el 50% de los bienes”.

Hizo referencia, así, a un eventual divorcio de la pareja que, aparentemente, estaba en ciernes cuando se produjo el conmocionante homicidio; ratificó una declaración que había brindado con anterioridad en la instrucción del caso, cuando contó que Nora le había dicho que si se separaba, su marido tendría “muchos problemas”.

Y también señaló como posible beneficiario del femicidio al primer abogado de Macarrón, a quien, aseguró, “Nora le tenía terror”. Al referirse a él, la testigo afirmó: “Si aparezco muerta, busquen a Lacase”.

La semana pasada, Juan Dalmasso, hermano de la víctima, también había declarado que la Justicia debió haber investigado a Lacase, de quien dijo: “Fue el primer oportunista que tuvo rédito político con el crimen de mi hermana”.

Pelleritti señaló, sobre ese abogado, que “es mejor tenerlo de amigo que de enemigo”, y afirmó que fue el temor hacia él lo que detuvo a Nora en su presunta intención de encarar el divorcio de Macarrón, ya que Lacase era quien lo representaba en los asuntos legales.

Tras esos dichos, el defensor del viudo, Marcelo Brito, le preguntó a la testigo si tenía pruebas en contra de Macarrón por el crimen de Nora. Respondió con un lacónico “no”.

Según el requerimiento fiscal de elevación a juicio, en fecha que no se pudo establecer con exactitud, presumiblemente unos meses antes del crimen, Marcelo Macarrón “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”, con la intención de “obtener una ventaja, probablemente política y/o económica del estrépito de la eventual muerte, planificó dar muerte a su esposa”.

El viudo está acusado por el delito de “homicidio calificado por el vínculo, alevosía y precio o promesa remuneratoria”. La única pena posible: perpetua.

Más críticas a la pesquisa

A lo largo de su declaración, Pelleritti calificó de “morbosa” la investigación del crimen de su amiga y dijo que se trató de “un femicidio” y que a Nora “la revolcaron y la pisotearon mil veces”.

Añadió que en la instrucción de la causa se preocuparon más por revisar la intimidad de la víctima que en resolver el crimen. “Mientras buscaban amantes se les escapó el asesino”, aseveró.

Pelleritti también arriesgó la hipótesis de que “la persona que mató a Nora la estaba esperando en la casa” y dijo que, en su opinión, el asesino “tenía la llave de la casa, porque Nora era muy cuidadosa cuando salía y cerraba todas las puertas”.

dijo, al recordar que Dalmasso estaba desmaquillada cuando fue encontrada muerta, semidesnuda, sobre la cama en el cuarto de su hija.

También cuestionó la falta de preservación de la escena del crimen, al mencionar que “toda la gente entraba a la casa” tras el hallazgo.

Sobre su relación con Dalmasso, dijo que eran “muy amigas” y que compartían muchas actividades, como caminatas, y que los hijos de ambas iban a la misma escuela.

La mujer defendió, en otro tramo de su declaración, a su amigo Miguel “El Francés” Rohrer, el empresario apuntado por los hijos de Macarrón, Facundo y Valentina, como presunto sospechoso del asesinato. Aseguró que para la fecha del crimen él estaba en Buenos Aires.

Finalmente, recordó que había escuchado rumores sobre una presunta “relación amorosa” de Nora “con el abogado Rafael Magnasco”.

Las dos empleadas

Otra de las testigos de ayer fue Carina del Valle Flores, que era la empleada doméstica del matrimonio Macarrón-Dalmasso en la casa de Villa Golf. Recordó que el imputado “siempre tuvo trato de respeto” y que eran “una familia totalmente normal, tanto los esposos y los hijos”.

La empleada también explicó que Nora le había pedido que no trabajara el sábado 25 de noviembre de 2006 porque ella se iba a ir a dormir a la casa de su madre –Delia “Nené” Grassi– y Macarrón iba a estar de viaje en Punta del Este para un torneo de golf (que ganó).

Agregó también que el martes siguiente al crimen, junto a la otra empleada que atestiguó, Verónica Valentín, fueron a limpiar la habitación donde Nora fue hallada muerta .

Apuntó que en la fecha del crimen la casa del matrimonio se encontraba en refacción, y que entre los obreros estaba Gastón Zárate, el pintor que fue el primer detenido del caso, acusado de abuso sexual, robo y homicidio, y que terminó sobreseído gracias a la presión de la propia sociedad riocuartense, que consideró que la Justicia lo buscaba como chivo expiatorio. Por eso terminó siendo conocido como “el Perejil”.

Verónica Valentín, la otra empleada, destacó que “Nora era de un corazón enorme” y que aconsejaba constantemente a su madre.

También declaró a pedicura Marta Barena de Lamborizzio, convocada por su participación en una conversación con Dalmasso y Macarrón, particularmente sobre el viaje del viudo al torneo de golf y la sugerencia a Nora para que fuese a dormir a la casa de su madre el sábado 25 de noviembre de 2006. Ese día, a la madrugada, la mataron.

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