ANSA/Economía: El acuerdo del Mercosur pende de un hilo: París y Roma se retiran
Primer acuerdo sobre protección, pero tractores invaden Bruselas. Lula, "ahora o nunca"

Desde Roma y París llegó un mensaje inequívoco: la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se distanciaron de Ursula von der Leyen, quien intenta cerrar el acuerdo antes de que finalice el año, a pesar de la falta de una mayoría cualificada.
Para aumentar la tensión, el presidente de Brasil, Inacio Lula da Silva, lanzó un ultimátum: "Si no se cierra ahora, no firmaremos mientras yo sea presidente".
Firmar el acuerdo en los próximos días "es prematuro", dijo Meloni a la Cámara, antes de partir hacia Bruselas, precisando que Italia no tiene intención de vetar, pero tampoco de respaldar un texto sin suficientes garantías para los agricultores.
El nudo del debate gira en torno al paquete de salvaguardias, el cual debe ser aprobado antes de avanzar en la negociación. "Si necesitamos más semanas, las tomaremos", explicó, compartiendo el deseo, también de ministros como Antonio Tajani y Francesco Lollobrigida, de que las condiciones favorables se logren a inicios de 2026. Al otro lado de los Alpes, bajo la presión del mundo agrícola, asediado por la oposición y con las elecciones presidenciales de 2027 ya a la vuelta de la esquina, el tono de Macron se ha vuelto aún más claro: frente a cualquier golpe de Estado desde Bruselas, la resistencia francesa será "muy decidida".
La clave del desacuerdo entre Roma y París está en las garantías de reciprocidad y las cláusulas de salvaguardia, defendidas por la Cia-Agricoltori Italiani, que buscan asegurar que los productos sudamericanos cumplan con los estándares europeos en términos de pesticidas y seguridad alimentaria.
Un primer avance en la dirección deseada surgió con un acuerdo preliminar entre el Parlamento Europeo y los gobiernos nacionales que introduce un umbral del 8% en las importaciones de países latinoamericanos y refuerza los compromisos en producción y controles fitosanitarios.
Bruselas alega que se han realizado progresos en los últimos meses, una afirmación que von der Leyen, junto al presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y al comisionado Christophe Hansen, reiterará a los agricultores en marcha hacia Bruselas.
Para Italia, la línea es clara: lo que está prohibido en la UE no puede entrar por la puerta trasera a través de las importaciones. Por ello, Roma exige compromisos por escrito, mediante un intercambio de cartas jurídicamente vinculantes con los socios sudamericanos.
Preocupaciones similares han sido planteadas por Polonia e Irlanda, que, sin embargo, son desestimadas en los pasillos del Palacio Berlaymont como "en parte irracionales". Una interpretación respaldada por Berlín, donde el Mercosur sigue siendo un pilar de la política comercial continental y la presión para cerrar el acuerdo continúa.
De hecho, acompañando las declaraciones del portavoz del canciller Friedrich Merz, ha surgido un llamamiento más explícito desde la CDU: sin un retorno de Alemania al papel de potencia exportadora, "será imposible asumir nuevas cargas financieras".
Esta advertencia revela el verdadero trasfondo de la negociación: el acuerdo comercial está ligado al próximo presupuesto de la UE 2028-2034 y a toda la Política Agrícola Común, que enfrenta recortes severos. Tres semanas más o menos no alteran la esencia del Mercosur, pero, según Bruselas, pueden tener un peso considerable en el ámbito político, especialmente para Brasil. (ANSA).



