ANSA/Ucrania: La UE renueva sanciones a Rusia
El problema es el Donetsk, dice JD Vance.
El 2025 de la Unión Europea termina como empezó: con el objetivo, sin plazo definido, de aumentar la presión económica sobre Rusia.
Al fin y al cabo, las conversaciones de Miami dejaron poco más que declaraciones de buena voluntad y, en cuanto a la tregua navideña, fue el propio Vladimir Putin quien se encargó de enterrarla. La línea de la UE no cambia y, como reiteró el edificio Berlaymont, no está llamada a modificarse mientras continúen los ataques rusos contra la población civil.
En el último encuentro informativo con la prensa antes de las fiestas de fin de año, los voceros de la Comisión Europea hicieron todo lo posible por subrayar que, pese a las señales de acercamiento que parecen intercambiar París y Moscú en estas horas, la postura de Bruselas sigue anclada en una estrategia de doble vía: apoyo a Ucrania, por un lado, y búsqueda de una paz justa y duradera, por el otro.
El posible —y todavía muy hipotético— encuentro entre Emmanuel Macron y Putin es recibido con buenos ojos en Bruselas, aunque sin excesivo entusiasmo.
"Seguimos coordinándonos con los Estados miembros sobre sus eventuales contactos bilaterales y acogemos los esfuerzos en favor de la paz", enfatizó la Comisión.
Nadie, en definitiva, pretende ponerle obstáculos al presidente francés. Sin embargo, la impresión en el entorno de Ursula von der Leyen es que la iniciativa del Elíseo no se considera decisiva.
Tampoco las palabras de Macron tras la cumbre de la UE —"los europeos deberían dialogar con Moscú si las negociaciones de los estadounidenses no prosperan"— parecen destinadas a tener un impacto inmediato.
En Bruselas, de hecho, todavía está muy lejos incluso la discusión sobre quién, dentro de la cúpula comunitaria, podría ser eventualmente designado para sentarse a dialogar con el Kremlin.
Mientras tanto, Bruselas se apresuró a renovar las sanciones económicas contra el Kremlin, incluido el embargo al petróleo y la exclusión del sistema Swift de varios bancos rusos. Además, sumó a dos magistrados de Moscú, acusados de reiteradas violaciones a los derechos humanos, a la lista negra de sancionados.
En paralelo, la Comisión dio luz verde al desembolso del sexto tramo —por más de 2.000 millones de euros— del Ukraine Facility, destinado a sostener las finanzas de Kiev. Y, para hacer frente a la ofensiva rusa, la Unión impulsó el traslado de una central térmica desde Lituania hacia Ucrania, lo que permitiría calefaccionar a cerca de un millón de personas.
El guion, en definitiva, no cambia. Desde las negociaciones de Miami, los mensajes que llegan no son negativos, pero sí cautelosos.
"Los avances son lentos. Estamos preparados para seguir adelante dentro del marco de Anchorage y vemos que Estados Unidos se está moviendo en ese mismo marco", señaló el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Ryabkov.
El eje central sigue siendo el control de los territorios.
"Creo que los rusos realmente quieren el control territorial de Donetsk. Los ucranianos lo consideran un serio problema de seguridad y, aunque admiten en privado que probablemente lo perderán, sostienen que eso podría ocurrir dentro de 12 meses o incluso más. Esa concesión territorial representa un retraso significativo en las negociaciones", explicó el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance.
Donetsk no es el único punto en disputa. En el marco de las negociaciones también pesarán las garantías de seguridad, un terreno en el que la UE quiere tener voz propia.
Sin embargo, sentarse a la mesa con Putin, incluso para Macron, implica riesgos evidentes. Basta recordar que, en las horas previas a la invasión de Kiev, numerosos líderes europeos intentaron frenar al Kremlin sin lograrlo. (ANSA).



