Cine: Brigitte Bardot y el único hijo que no quiso
Nicolas Charrier, que ahora tiene 65 años, vive en Noruega, lejos de los focos.

Para Bardot, la maternidad nunca fue una elección.
"Tuve un hijo, pero no se puede decir que este pobre niño llegó en el momento oportuno y me dio lo que me faltaba", confesó la actriz a Le Parisien en 2021.
En su autobiografía, "Initiales BB", fue aún más lejos: "Habría preferido parir un cachorro", llegando incluso a comparar su embarazo con "un tumor que se había alimentado de mí, que había llevado en mi carne hinchada, esperando solo el bendito momento en que finalmente me liberaría de él".
Separados en 1962, Bardot y Charrier se disputaron la custodia de su hijo. El tribunal falló a favor del padre. Así, Nicolas creció lejos del glamour, en el anonimato, bajo la tutela de Charrier.
El 27 de septiembre de 1984, se casó con la modelo noruega Anne-Line Bjerkan en Béhoust, Yvelines. La familia se estableció en Noruega, donde Nicolas Charrier aún reside. Del matrimonio nacieron dos hijas: Anna y Théa, quienes convirtieron a Brigitte Bardot en abuela y luego en bisabuela. Tenía tres bisnietos que solo hablaban noruego, lo que le dificultaba comunicarse con ella. Sin embargo, con el tiempo, la relación de Nicolas con su madre se fue suavizando.
"Hablamos a menudo. Como vive en Noruega, viene a visitarme una vez al año a La Madrague, solo o con su familia, su esposa y mis nietas", confesó Bardot en 2018.
Pero este vínculo seguía siendo frágil.
"Le prometí a Nicolas que nunca hablaría de él en mis entrevistas", declaró a Paris Match en junio de 2024, respetando así la privacidad de su hijo. (ANSA).



