Desconecta. Prohibido tirar de la lengua: el error peligroso que comete casi todo el mundo al intentar despegarla del hielo
Desconecta. Prohibido tirar de la lengua: el error peligroso que comete casi todo el mundo al intentar despegarla del hielo

MADRID, 11 Dic. 2025 (Europa Press) -
Las temperaturas bajo cero pueden dejar situaciones tan llamativas como desagradables: basta apoyar la lengua sobre un metal muy frío o sobre un bloque de hielo para que quede inmediatamente adherida.
Aunque el impulso natural suele ser tirar hacia atrás para liberarla, esta reacción es precisamente la más peligrosa, ya que puede arrancar tejido y provocar una lesión dolorosa.
El técnico de emergencias Miguel Assal, conocido por su labor divulgativa, explica que este fenómeno ocurre porque la humedad de la lengua se congela al instante al tocar una superficie extremadamente fría. Al solidificarse, actúa como un adhesivo que fija la piel al hielo o al metal. Forzar el tirón solo empeora la situación.
POR QUÉ NO DEBES TIRAR: QUÉ OCURRE REALMENTE
Cuando la lengua entra en contacto con el hielo a muy baja temperatura, el agua presente en su superficie se congela de inmediato y "solda" la piel a la superficie helada. Tirar con fuerza puede desgarrar la capa superficial de la lengua, similar a lo que ocurre al retirar un apósito demasiado adherido, pero con tejido vivo y húmedo, mucho más sensible.
También es importante evitar el agua caliente. Aunque pueda parecer una solución rápida, el contraste térmico puede provocar quemaduras por frío y agravar la herida.
CÓMO LIBERAR LA LENGUA DE FORMA SEGURA
La solución pasa por elevar la temperatura de forma suave y controlada en la zona adherida, nunca con brusquedad. Según señala Assal, estas son las dos formas seguras de hacerlo:
1. Agua tibia, no caliente
Verter agua templada entre la lengua y el hielo ayuda a derretir la fina capa congelada que actúa como adhesivo. Es el método más efectivo y rápido. No debe estar caliente para evitar quemaduras. 2. Calo corporal y respiración
Si no se dispone de agua, abrigar bien la superficie helada y dirigir el aliento cálido hacia el punto de contacto también derretirá lentamente la capa congelada, permitiendo que la lengua se desprenda sin dolor.
Cualquier método que implique fricción, raspado o calor extremo debe descartarse.
CÓMO EVITAR QUE VUELVA A OCURRIR
Aunque este tipo de accidente es más frecuente en la infancia, también puede darse en adultos en entornos de montaña, congeladores industriales o situaciones cotidianas durante olas de frío. La prevención es simple:
Evitar acercar la boca o la lengua a superficies metálicas expuestas a bajas temperaturas.
No apoyar los labios en latas, cierres metálicos o utensilios que hayan estado en el congelador.
Recordar a los niños que el hielo no debe tocarse con la lengua, incluso durante el juego.



