El Banco de Inglaterra extiende la compra de bonos del Tesoro ante las turbulencias del mercado
El Banco de Inglaterra (BoE) anunció el martes que extendía la compra de deuda gubernamental en bonos indexados para asegurar la estabilidad financiera en los mercados británicos, sacudidos por el paquete de medidas presupuestarias del nuevo ejecutivo conservador de Liz Truss.
El banco central británico lanzó el 28 de septiembre un programa de compra de bonos del Tesoro a largo plazo que podía llegar hasta los 65.000 millones de libras (71.620 millones de dólares al cambio actual).
El lunes, anunció nuevas medidas de apoyo, entre ellas la ampliación del tamaño máximo de compras diarias de deuda pública hasta los 10.000 millones de libras.
Pero a pesar de dicha ampliación, la "disfunción" continuó en particular en el mercado de letras indexadas suponiendo "un riesgo significativo para la estabilidad financiera del Reino Unido", señaló el Banco de Inglaterra el martes para justificar la nueva extensión.
La intervención del banco central para calmar el mercado de deuda pública, que corría el riesgo de sufrir una crisis de liquidez y amenazaba con extenderse a las condiciones de crédito para los hogares y las empresas, se prolonga hasta el viernes, como se había anunciado anteriormente.
Las operaciones desveladas el martes "servirán como una red de seguridad adicional para restablecer las condiciones ordenadas del mercado", aseguró la institución.
Las compras se centrarán principalmente en los fondos de derivados de bonos del Tesoro británico a largo plazo (LDI), algunos de los cuales corrían el riesgo de colapsarse debido a un repentino desplome del valor de los bonos del Tesoro a largo plazo.
El BoE anunció el lunes que hasta ese momento sólo había adquirido 5.000 millones de libras de bonos.
La nueva primera ministra Truss y su ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, provocaron inquietud en los mercados financieros al presentar, el 23 de septiembre, un paquete de medidas económicas que combinaba ayudas públicas para pagar las facturas eléctricas con importantes recortes fiscales.
En un intento de tranquilizar, Kwarteng anunció el lunes que adelantaba al 31 de octubre la publicación de sus previsiones presupuestarias, en lugar del 23 de noviembre inicialmente previsto. Y el martes por la tarde debía comparecer ante la Cámara de los Comunes.
El nuevo ejecutivo conservador también publicará medidas a medio plazo para garantizar que las finanzas públicas del Reino Unido se mantienen en una senda sostenible.
Pero todo esto no pareció tranquilar a los inversores: el interés de la deuda pública a 30 años subió durante toda la sesión del lunes, hasta alcanzar un +4,68% al final de la sesión, ilustrando la falta de confianza en la deuda británica.
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