Estados Unidos.- La Generación Z ve el mundo como un lugar aterrador, con un creciente cinismo sobre la capacidad de generar cambios.
Estados Unidos.- La Generación Z ve el mundo como un lugar aterrador, con un creciente cinismo sobre la capacidad de generar cambios.

MADRID, 10 de diciembre de 2025 (Europa Press) -
La Generación Z percibe el mundo como un lugar aterrador, según una nueva investigación de la Universidad Estatal de Montclair (Estados Unidos) presentada en la Conferencia de la Sociedad para el Análisis de Riesgos de 2025, celebrada en Washington (Estados Unidos).
En esta investigación en curso que comenzó en otoño de 2022, Gabriel Rubin, profesor de estudios de justicia en la Universidad Estatal de Montclair, ha realizado 104 entrevistas extensas con jóvenes de la generación Z en el noreste de Estados Unidos sobre sus opiniones sobre política, riesgo y protestas.
Entrevistas anteriores, con un tono más positivo, identificaron los tiroteos masivos y las redes sociales como importantes preocupaciones de salud mental. Sin embargo, a medida que Rubin ha continuado su investigación, el mensaje ha cambiado drásticamente: la Generación Z se ha vuelto más negativa, cínica y asustada, con crecientes temores a la pérdida de sus derechos, la delincuencia, la discriminación y los tiroteos escolares.
La investigación revela tres hallazgos interconectados sobre cómo la Generación Z percibe el riesgo. En primer lugar, percibe el mundo como un lugar aterrador debido a factores como sus experiencias durante el confinamiento por la COVID-19 y el miedo a los tiroteos. En segundo lugar, la Generación Z es cada vez más escéptica sobre su capacidad para cambiar el mundo, lo cual está vinculado a sus opiniones políticas y experiencias con las protestas. Este cinismo es fundamental para su análisis de riesgos: el mundo parece más arriesgado cuando se siente poco control sobre los resultados. En tercer lugar, la Generación Z tiende a una visión negativa del futuro, con muchos sentimientos de estrés o depresión por preocupaciones existenciales como el cambio climático, para el cual no existen soluciones fáciles.
La investigación también revela que la Generación Z percibe el riesgo como blanco o negro (considerando las situaciones como seguras o peligrosas), en lugar de comprender que los riesgos existen en un espectro y que pueden evaluarse y gestionarse. Esto contribuye a una visión del mundo en la que, como lo describe Rubin, los jóvenes "perciben el riesgo dondequiera que miren".
Los mayores riesgos identificados por la Generación Z en Estados Unidos fueron: tiroteos escolares y armas; el panorama de las redes sociales y las empresas de redes sociales que tienen demasiada información; discriminación y derechos de inmigración; división política (especialmente vinculada al liderazgo presidencial); problemas de salud mental; percepción de seguridad y tasas de delincuencia; las preocupaciones económicas también influyen en el cinismo de la Generación Z.
La investigación revela impactos particularmente agudos en las mujeres jóvenes, ya que casi todas las mujeres encuestadas consideran que sus derechos, especialmente las protecciones reproductivas, están amenazados y en retroceso.
Estudios previos han demostrado que esta disparidad en la evaluación de riesgos ha llevado a muchos jóvenes, especialmente niñas y mujeres, a sentirse ansiosos, deprimidos e incluso suicidas.
"Me sorprende mucho el creciente cinismo", expone Rubin. "Cuando comencé esta investigación en 2022, las entrevistas eran optimistas; sin embargo, con el paso del tiempo, las opiniones de la Generación Z están cambiando y existe la sensación general de que lograr el cambio es difícil".
A pesar de que las investigaciones demuestran que los últimos tres años han sido uno de los más seguros de la historia, la Generación Z experimenta una disparidad significativa en la evaluación de riesgos. La investigación sugiere que la sensación de seguridad es una percepción interna del riesgo, no necesariamente un reflejo de amenazas externas. Organizaciones como departamentos de policía, universidades y empresas deben considerar cómo pueden ayudar a los jóvenes a sentirse más seguros y empoderados para generar cambios en un mundo incierto.



