F1: Una temporada con muchos cambios
Las primeras novedades podrán advertirse en las primeras pruebas, que se celebrarán sin público en Barcelona del 26 al 30 de enero del año próximo.
Las escuderías sólo podrán ponerse manos a la obra a partir del próximo viernes 2 de enero de 2026, y al promediar ese mes empezarán a presentar sus nuevos monoplazas, o como anunciaron Red Bull y Racing Bulls, sólo sus carrocerías.
La estética también tendrá un impacto significativo, ya que la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) también impuso cambios en ese aspecto.
La decoración de un monoposto es un equilibrio que abarca desde el taller hasta el marketing, desde la aerodinámica hasta la percepción del aficionado, desde la física hasta los gráficos.
Este trabajo aparentemente artístico comienza meses antes de la primera luz verde, cuando los monoplazas aún no existen y las formas finales son prototipos digitales.
Es una coreografía que comienza pronto, compuesta por bocetos, revisiones, simulaciones de televisión, restricciones regulatorias y de peso, como si la creatividad fuera sólo una parte más del paquete aerodinámico.
El nacimiento de las decoraciones (y ediciones especiales) en las carrocerías es casi como un segundo campeonato paralelo y cada equipo tiene un calendario diferente: algunos comienzan a trabajar antes de la última carrera del año anterior, otros esperan la aprobación de la gerencia y otros deben competir contra la fecha límite de presentación pública.
Alex Wallbank, gerente senior de marca de Red Bull Technology, reveló a The Athletic que "la decoración de 2025 ya estaba lista y aprobada mientras aún trabajábamos en las ideas finales para la temporada anterior".
El cambio más radical fue el de los Racing Bulls: del azul brillante al blanco dominante, una decisión impuesta por la sede de Red Bull.
"Como diseñador, nunca quieres oír eso", confesó Wallbank, quien con el especialista de marca Libero Foschi comenzaron a partir de ese blanco forzado a buscar una identidad.
Pequeños toros azules, patrones que interactuaran con el fondo ya definido, variaciones continuas para entender "cómo hacer que el coche parezca rápido" y cómo lograr que las líneas funcionen desde diferentes ángulos, explicó el gerente senior de marca de Red Bull Technology.
Wallbank trabaja en el ámbito de la imaginación, Foschi da protagonismo a la realidad: si una idea es demasiado compleja o demasiado pesada, hay que empezar de cero.
Porque cada pintura, cada vinilo, cada capa adicional tiene un coste en términos de velocidad. Además, una decoración debe coexistir con patrocinadores que influyen en el posicionamiento, la visibilidad y el tamaño de la marca.
Las decoraciones modernas son mezclas híbridas: hay pintura donde el diseño se mantiene igual y vinilo donde aparecen logotipos que pueden cambiar de una carrera a otra.
Pero no hay una regla infalible: en los alerones, donde la aerodinámica es primordial, se debe evitar cualquier discontinuidad.
El vinilo puede crear espesores mínimos que alteran el flujo de aire. Más vinilo significa más peso, y más peso significa perder centésimas de segundo. Incluso una pegatina puede ser disruptiva.
La FIA exige que el nombre del piloto sea legible, que el nombre del fabricante esté claro en el frente y que los paneles no creen confusión.
En 2026, todo será aún más rígido: con los nuevos autos, más pequeños y cortos, las superficies cambiarán y el diseño tendrá que adaptarse.
A partir de 2026, habrá un nuevo requisito: al menos el 55% de la superficie visible desde arriba y desde el lateral debe estar pintada o calcada, no dejarse de carbono al descubierto. Es una forma de responder a las críticas de los últimos años, cuando el peso empujó a muchos equipos hacia autos casi negros. (ANSA).



