Grinch peruano desafía la inseguridad en las calles con su "Motonoel" para festejar la Navidad

LIMA, 18 dic (Reuters) - Vestido de verde como el Grinch, Jeferson Castro no sale a las calles para robar regalos, sino para repartir sonrisas y abrazos a niños y adultos en la capital de Perú, donde la Navidad parece convivir con el temor cotidiano de la inseguridad.
Sobre su mototaxi, en la que ha montado un trineo, un reno de plástico y luces festivas, Castro se ha hecho muy popular en los últimos días en su barrio y afirma que esto le ha dado valor para evitar que el miedo opaque la Pascua.
"Es mi herramienta de trabajo", dijo en una de las paradas con sus pasajeros. "Quise plasmar ese gusto mío y este es el resultado: una mototaxi para la gente".
Castro ha bautizado a su iluminado vehículo como "Motonoel", y saluda desde el techo de su mototaxi, convertida en postal.
Todos los días en su vivienda, Castro se ajusta las botas y se pone la ropa peluda de Grinch, en una ciudad cuya temperatura comienza a subir, antes de despedir a su pequeño hijo.
Mientras conduce su vehículo, de día y de noche, las luces navideñas contrastan con la precariedad de las calles. Por momentos el Grinch invita a subir a niños y familias, posa para las fotos, selfies y provoca bromas y risas de la gente.
Esta alegre exhibición se desarrolla en un fondo sombrío. La capital de Perú está bajo estado de emergencia desde octubre, cuando el Gobierno lo decretó para enfrentar los crímenes y las extorsiones a ciudadanos, en aumento desde hace años.
Según un reporte del Ministerio Público difundido a inicios de mes, unas 134 personas vinculadas al sector de transporte de Lima y el Callao han sufrido ataques o extorsiones entre enero y noviembre, de las cuales 73 murieron, entre ellas mototaxistas.
"Definitivamente son épocas violentas las que estamos pasando", dijo Jean Paul Córdova, un joven vendedor ambulante de adornos navideños. "Pero a pesar de todo lo que viene ocurriendo, el peruano es una persona que sabe ser resiliente, de lo malo saca la bueno, y de lo bueno saca lo mejor".
Ese sentimiento se ve claramente en los pasajeros de Castro.
Carlos Ávila, usuario del servicio de transporte, enseña a su pequeño hijo la mototaxi y resume la ocasión: "Interesante que el Grinch estuviera haciendo sus maravillas y locuras. Me encantó más que todo por mi hijo, que le ha gustado bastante".
(Reporte de Carlos Valdez, Anthony Marina de Reuters TV y Marco Aquino; editado por Carlos Serrano)



