Japón prepara revisión radical de su política de defensa frente a China
El gobierno japonés debe aprobar el viernes una revisión radical de su doctrina de defensa para tratar de contrarrestar el poderío militar de China, percibido como un desafío para la seguridad del archipiélago.
En el mayor refuerzo de su política de defensa en décadas, Japón prevé hinchar el gasto militar, unificar su comandancia y aumentar el alcance de sus misiles.
Tokio "va a presentar estos cambios como necesarios, moderados y totalmente conformes a su política de defensa precedente" pero, en la práctica, "va a reforzar radicalmente su potencia militar", declaró a la AFP Chris Hughes, profesor de política internacional en la Universidad de Warwick británica.
Aunque estos cambios están respaldados por la opinión pública, se trata de un giro de envergadura para un país cuya Constitución pacifista adoptada tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial le prohíbe dotarse de un ejército convencional.
- Duplica el presupuesto militar -
La nueva estrategia nacional de defensa debe hacer referencia a las amenazas que representan China, Corea del Norte y Rusia y emplear un lenguaje más directo que en el primer documento de seguridad nacional de Japón publicado en 2013.
En su nueva política, el país nipón prevé duplicar el presupuesto anual en defensa y hacer que pase del 1% al 2% del PIB de ahora a 2027, lo que ha provocado críticas sobre cómo se financiará este aumento.
De este modo, el país se alineará con el compromiso adquirido por los países miembros de la OTAN aun sin formar parte de esta alianza militar.
Japón quiere dotarse de capacidad de "contraataque", un concepto que hasta ahora se entendía incompatible con la Constitución y que le permitiría actuar contra amenazas de los países vecinos.
Los medios locales informaron recientemente que el país insular quiere adquirir 500 misiles de crucero Tomahawk estadounidenses, incrementando así las prestaciones actuales de su arsenal.
La presencia de las Fuerzas de Autodefensa en las islas más meridionales de Japón, las más cercanas a Taiwán y a China, también aumentará, casi triplicando por ejemplo las unidades de intercepción de misiles balísticos, según los medios nipones.
La preocupación de Tokio hacia China escaló el pasado agosto cuando Pekín desplegó unas enormes maniobras militares alrededor de Taiwán durante las que algunos misiles cayeron en la zona marítima económica exclusiva de Japón.
La estrategia de seguridad también debería referirse a los múltiples disparos de misiles efectuados por Corea del Norte y a Rusia, su vecino en el norte que en febrero lanzó la invasión a Ucrania.
Incluso antes de su publicación, la nueva política nipona molestó a Pekín, que suele criticar el militarismo japonés de la primera mitad del siglo XX que tuvo a China como una de sus principales víctimas.
China está "firmemente opuesta" a esta política que "se aparta del compromiso de Japón en favor de relaciones bilaterales y de un consenso" con Pekín y que "contiene calumnias sin fundamento contra China", criticó el miércoles el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
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