Javier Gutiérrez ('Rondallas') celebra la España "plurinacional": "Parece que nos obligan a tanto enfrentamiento"
Javier Gutiérrez ('Rondallas') celebra la España "plurinacional": "Parece que nos obligan a tanto enfrentamiento"

MADRID, 26 de diciembre de 2025 (Europa Press) -
El jueves 1 de enero llega a los cines 'Rondallas', el nuevo largometraje escrito y dirigido por Daniel Sánchez Arévalo, responsable de 'AzulOscuroCasiNegro', 'Primos' o 'La gran familia española'. Protagonizada por Javier Gutiérrez, María Vázquez, Judith Fernández, Tamar Novas, Carlos Blanco y Fer Fraga, esta comedia dramática recurre a la rondalla, una agrupación popular de música tradicional gallega, como "motor" para "superar una tragedia", "hablar del nosotros en la época del yo" y para animar al público a "sacar pecho" por "nuestra identidad y cultura" durante "estos tiempos de deshumanización terribles".
"A mí me gustaría que se dejase a un lado las conversaciones tan polarizadas y tanto enfrentamiento, que parece que nos obligan a ello", reflexiona Gutiérrez en una entrevista concedida a Europa Press, donde subraya que la película "invita a formar parte de una comunidad y a entender" a través de una historia que reivindica "lo pequeño, lo local que trasciende y se convierte en algo universal".
El ganador del Goya por 'La isla mínima' y 'El autor' apunta que cuando se habla de "nuestra identidad y cultura" se trata "de algo plurinacional", y defiende que es posible emocionarse con realidades cercanas aunque no sean propias. "¿Por qué no me va a emocionar lo que viven ellos en una zona de Galicia? Esto lo ves en una película en un pueblecito de la América profunda y aquí nos emocionamos hasta el tuétano", plantea Gutiérrez, que apela a "sacar pecho por esto también, que esto es nuestro".
Esa lectura conecta con Carlos Blanco, que, junto a Gutiérrez, interpretan a los únicos supervivientes del naufragio que terminó con la vida de una de sus amistades más importantes. "En la época del yo y del mí, 'Rondallas' habla del nosotros, de lo colectivo. Y creo que ahí está el mayor valor de la película", asegura el actor de 'Volver'.
PRESERVAR LA CULTURA
"¿Por qué permitir que desaparezca por la globalización?", se pregunta María Vázquez, que encarna a "una viuda del mar", sobre la decisión de apostar por "la rondalla como motor" del filme. La nominada al Goya por 'Mataharis' y 'Matria' confía en una sociedad donde "todo puede convivir" y en la que "enriquecernos" de costumbres menos conocidas, mientras que Gutiérrez insiste en que "tenemos que cuidarlas y darles visibilidad". "Parece que es algo retrógrado y es lo más moderno", remarca sobre mantener ciertas tradiciones.
Precisamente, para Sánchez Arévalo, "darle el foco a algo tan desconocido" incluso en su propio territorio "era una motivación extra, pues la cultura nos define a nosotros como sociedad". "Estas rondallas eran de una zona muy concreta del sur de Vigo, muy desconocida, ya no solo en España, sino en la propia Galicia", observa el cineasta.
La actriz añade que, "en Galicia, todo lo popular y toda la tradición venía del pueblo, de clases más bajas", afirmación desde la que adelanta que 'Rondallas' demuestra que "necesitamos cultura para todo el mundo" y que "tenemos que contar las historias de la gente normal para que se sigan identificando, no hacer cultura de élites para élites".
En esa misma línea, Tamar Novas vincula la pérdida de la representación y la propia desaparición de culturas más ignoradas a que "vivimos en un sistema que es completamente depredador y que todo tiene valor si tiene un sentido material". A su juicio, "en estos tiempos en los que estamos llegando a niveles de deshumanización terribles es conmovedor ver que a otra cultura le están arrancando lo suyo y su derecho a existir".
ALEGRÍA EN EL DUELO
A través de "contar algo tan sencillo y tan humano como unas personas que se juntan a tocar rondallas, encuentran ahí sus alegrías y dejan en casa sus tragedias", dice Vázquez, 'Rondallas' presenta un variopinto grupo de personas atravesadas por la pérdida. Según Gutiérrez, durante ese proceso uno de los aspectos más complicados es "permitirse ser feliz", por lo que la película "va también de ello y de las segundas oportunidades".
"A veces es difícil encontrar el derecho a volver a sonreír", manifiesta Novas, que lo atribuye a "un comportamiento muy humano como es creer que no mereces, después de una tragedia, ser feliz".
Judith Fernández, que interpreta a la hija mayor del fallecido, desplaza esa resistencia a la felicidad a que "asusta volver a abrirte y volver a exponer toda tu alma a lo que pueda pasar", mientras que Sánchez Arévalo observa que parte de ese "miedo a volver a sentir" nace de "pensar que eso puede traicionar la memoria de tu padre".
La cinta también estudia que el duelo no se experimenta igual desde edades y biografías distintas. Vázquez sitúa la diferencia "en lo que te queda del resto de tu vida" y considera que "alguien joven, quizá porque su perspectiva del mundo es que le queda más tiempo, igual tarda más en recuperarse". En cambio, opina de más adulto "uno se dice 'tengo que salir del hoyo rápido, que la vida es muy corta'".
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Fer Fraga matiza que, más que la edad, la diferencia está en "las herramientas emocionales que tiene cada uno", aunque admite que con el tiempo "uno va avanzando y va adquiriendo distintas formas de sobrevivir y de sobrellevar situaciones complejas". Por su parte, Fernández piensa que también "tiene que ver mucho con el carácter" y pone de ejemplo que, aunque su personaje y el de Fraga son de la misma quinta, cada uno "está pasando su propio duelo y lo afrontan de forma distinta porque tienen caracteres distintos".
RONDALLAS
Vázquez subraya que en el proyecto la rondalla no opera como simple escenario identitario, sino como mecanismo narrativo al ser "el motor para animar y servir de acicate a este pueblo a poder superar esa tragedia". Desde ahí, el realizador madrileño revela que 'Rondallas' refleja que "a través de la música puedes convencer a alguien para cambiar de opinión".
"Las dos o tres primeras semanas rodamos con cien rondalleiros", explica el director, que cuenta que de este trabajo con el conjunto musical gallego se llevó aprendizajes aplicables al sector cinematográfico: "Montar una rondalla es muy parecido a hacer una película. Es un arte de colaboración, donde todo el mundo está aportando, todo el mundo tiene su sitio y cada uno necesita su propio espacio".
Fraga recoge esa misma idea y expone que "todos los valores de la rondalla son perfectamente trasladables al rodaje" porque "todo lo que sea comunitario" y requiera "abandonar el ego individual para pensar en algo grupal es extrapolable a hacer películas".



