La disponibilidad de alimento en el océano regula la competencia entre los grandes depredadores marinos, según estudio
La disponibilidad de alimento en el océano regula la competencia entre los grandes depredadores marinos, según estudio

MADRID, 10 Dic. 2025 (Europa Press) -
Los grandes depredadores marinos como el pez espada, la tintorera o el marrajo no solo compiten entre ellos por el alimento, sino que además son capaces de ajustar sus hábitos de alimentación en función de la comida disponible y la presencia de otros competidores. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado un nuevo estudio liderado por el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y publicado este miércoles.
La investigación, realizada en colaboración con el Centro Oceanográfico de Málaga del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), se basa en el análisis de 450 muestras de tres de los principales depredadores del Atlántico nororiental y el Mediterráneo: el pez espada (Xiphias gladius), la tintorera (Prionace glauca) y el marrajo (Isurus oxyrinchus).
Éstas fueron recogidas entre 2017 y 2019 por observadores del IEO a bordo de la flota de palangre española y estudiadas a partir de una combinación de análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno, que revelan la dieta de los animales durante varios meses, con modelos espaciales de abundancia, productividad y actividad pesquera.
De acuerdo con el trabajo, publicado recientemente en la revista 'Proceedings of the Royal Society B', la productividad pelágica --es decir, la cantidad de alimento disponible en la columna de agua-- y la abundancia de competidores en el entorno son dos de los factores que influyen en el reparto de los recursos entre grandes depredadores marinos para coexistir.
En concreto, la primera afecta sobre todo a la competencia dentro de la misma especie (intraespecífica) mientras que la segunda influencia más la segregación de recursos entre diferentes especies (competencia interespecífica). De esta manera, las especies tienden a alimentarse de los mismos recursos en zonas de alta productividad ya que hay suficiente alimento para todos.
Sin embargo, cuando los recursos disminuyen, cada especie se especializa más y amplía su rango trófico, buscando diferentes presas para evitar la competencia directa. En este sentido, los autores especifican que el pez espada es el que experimenta la mayor competencia entre individuos de su propia especie, mientras que la tintorera y el marrajo comparten más del 80% de su nicho trófico, lo que indica que consumen presas similares.
En este marco, la investigación advierte de que los cambios en la productividad oceánica causados por el cambio climático o la presión pesquera podrían modificar las relaciones tróficas entre los grandes depredadores, lo que afectaría gravemente a la estabilidad de los ecosistemas marinos. Entender estos mecanismos permite anticipar qué depredadores serán más vulnerables y diseñar estrategias de conservación que consideren no solo a las especies, sino también sus interacciones.
"En ecosistemas más degradados, como el Mediterráneo, la reducción de recursos puede intensificar la competencia y alterar el equilibrio entre especies. Esto podría favorecer a depredadores más oportunistas, como el pez espada, y desplazar a los tiburones, que ya están en declive", ha explicado Francisco Ramírez, investigador del ICM-CSIC y coautor del estudio.
La investigación forma parte de los proyectos COTI, financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) a través del Programa Pleamar, y cofinanciado por la Unión Europea (UE) por el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA) y los proyectos europeos FutureMares y Ges4SEAS, ambos dentro del programa Horizonte 2020 de la UE.



