Los respiraderos subterráneos del volcán de la palma se solidifican al secarse la lava
Por Marco Trujillo y Borja Suarez
16 dic (Reuters) - Los conductos subterráneos por donde expulsa la lava el volcán Cumbre Vieja, en la isla española de La Palma, se están solidificando, según informaron las autoridades el jueves, en una señal de que el final de la erupción de tres meses podría anunciarse para Navidad.
Si la actividad sísmica y otros factores no cambian, las autoridades de La Palma han fijado el 24 de diciembre como día para declarar el fin de la erupción.
"La emisión de dióxido de azufre a la atmósfera, que fue baja durante el día de ayer, no está relacionada con un ascenso de magma, sino con un proceso de solidificación del magma existente en los conductos del centro eruptivo", dijo María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional en Canarias.
La erupción podría terminar pronto, pero la emergencia está lejos de haber terminado, ya que los gases provenientes de la lava podrían seguir siendo peligrosos y algunas partes de la zona que rodea al volcán están enterradas en cenizas que deben ser despejadas.
Miguel Ángel Morcuende, jefe de un grupo de trabajo creado para vigilar el volcán, advirtió a los evacuados que ya pueden volver a limpiar sus casas, aunque deben ser precavidos, sobre todo los que viven cerca de las coladas de lava.
"Aquellas personas que puedan ir a zonas que están evacuadas para la limpieza de sus viviendas deben adoptar estas medidas: no tienen que estar solas, sino con personas que hagan medición de gases previa, y si la zona está libre de gases, al abrir las casas deben tratar de airearlas al menos un cuarto de hora para dar salida a gases almacenados", señaló.
La erupción de 86 días, que ha hecho correr ríos de roca fundida por las laderas de Cumbre Vieja y ha hecho crecer el tamaño de la isla en más de 48 hectáreas, es la más prolongada de la historia de La Palma, según los registros, que se remontan al siglo XVI.
Miles de personas han sido evacuadas, al menos 2.910 edificios han sido destruidos y las plantaciones de plátanos de la isla, una importante fuente de ingresos, han quedado devastadas.
(Redacción de Emma Pinedo; editado en español por Flora Gómez)