Más de 1000 civiles asesinados en un ataque paramilitar contra un campamento de desplazados en Sudán
Más de 1000 civiles fueron asesinados en abril en el campamento de desplazados de Zamzam, en Darfur Norte, en Sudán, durante un ataque de los paramilitares en conflicto con el gobierno, anunció el jueves el Alto Comisionado...

Más de 10.000 civiles fueron asesinados en abril en el campamento de desplazados de Zamzam, en Darfur Norte, en Sudán, durante un ataque de los paramilitares en conflicto con el gobierno, anunció el jueves el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En un informe publicado en Ginebra, el Alto Comisionado da cuenta de "masacres, violaciones y otras violencias sexuales, actos de tortura y secuestros" perpetrados durante esta ofensiva llevada a cabo contra el campamento de Zamzam del 11 al 13 de abril por las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
"Al menos 1.013 civiles fueron asesinados" en el ataque, afirma la organización.
Entre las víctimas, "319 fueron ejecutadas sumariamente, ya sea en el campamento o mientras intentaban huir. Algunas fueron asesinadas en sus hogares durante registros realizados por las FAR, otras en el mercado principal, en escuelas, centros de salud y mezquitas", añade el Alto Comisionado, recordando que alrededor de 400.000 civiles huyeron del campamento tras la ofensiva.
En ese momento las FAR negaron haber atacado a civiles en Zamzam.
Según el Alto Comisionado al menos 104 personas, entre ellas 75 mujeres, 26 niñas y 3 niños, también "sufrieron atroces violencias sexuales, incluidas violaciones y violaciones colectivas, así como esclavitud sexual, tanto durante el ataque al campamento como en las rutas de huida" entre el 11 de abril y el 20 de mayo.
Violencias aparentemente llevadas a cabo "para sembrar el terror dentro de la comunidad", indica el informe, que también señala que en los meses previos al ataque las FAR habían "bloqueado el suministro de alimentos, agua, combustible y otros bienes esenciales para la supervivencia de la población" del campamento.
La organización de la ONU califica estos actos como "violaciones graves y sistemáticas del derecho internacional humanitario y flagrantes vulneraciones del derecho internacional de los derechos humanos".



