Tiroteo en Brown University deja a estudiantes y comunidad frustrados con respuesta policial

PROVIDENCE, Rhode Island, EE.UU. (AP) — El operativo de búsqueda de un hombre que ingresó a las instalaciones de la Universidad Brown durante un ajetreado periodo de exámenes y disparó contra cerca de una docena de estudiantes en un aula abarrotada ha planteado dudas sobre los sistemas de seguridad de la escuela y la urgencia de la investigación misma.
Un día después del ataque del sábado, las autoridades informaron que una persona de interés será liberada sin cargos, lo que deja a los investigadores con poca información procesable del limitado video de seguridad que habían recuperado y luchando por desarrollar nuevas pistas.
Dos días después del incidente en que murieron dos estudiantes y nueve resultaron heridos, las autoridades seguían realizando el trabajo de investigación más básico, recorriendo residencias y negocios locales en busca de evidencia física e imágenes de cámaras de seguridad. Eso ha frustrado a los estudiantes y a algunos residentes de Providence por las brechas en la seguridad y los sistemas de cámaras de la universidad que permitieron que el agresor huyera.
"Resulta profundamente frustrante el hecho de que estemos en un estado de vigilancia constante pero que no se haya utilizado correctamente", comentó Li Ding, estudiante de la cercana Facultad de Diseño de Rhode Island que baila en un equipo de la Universidad de Brown.
Ding es uno de los cientos de estudiantes que han firmado una petición para aumentar la seguridad en los edificios escolares, afirmando que las autoridades deben hacer un mejor trabajo para mantener el campus seguro contra amenazas como pistoleros en flagrancia.
"Honestamente, creo que los estudiantes están haciendo un trabajo más efectivo cuidándose entre ellos que la policía", comentó Ding.
Kristy dosReis, jefa de información pública del Departamento de Policía de Providence, dijo que en ningún momento la investigación se detuvo, incluso después que las autoridades parecieron tener un avance en el caso, deteniendo a un hombre de Wisconsin que ahora creen que no estaba involucrado.
"La investigación continuó al tiempo que el lugar de la escena seguía examinado. Nada fue considerado zona segura", manifestó dosReis.
La policía y el FBI publicaron el lunes nuevos videos y fotografías de un hombre que creen llevó a cabo el ataque. El hombre llevaba una máscara en las imágenes capturadas antes y después del ataque.
Ted Docks, agente especial a cargo del FBI en Boston, dijo que se ha ofrecido una recompensa de US$50.000 por información que conduzca a la identificación, arresto y condena del agresor.
Docks describió la pesquisa, que incluye documentar la trayectoria de las balas en la escena del tiroteo, como un "trabajo meticuloso".
"Estamos pidiendo a la población que tenga paciencia conforme seguimos investigando cada pista a fin de dar a las víctimas, sobrevivientes, sus familias y a todos ustedes las respuestas que merecen", dijo Docks a los periodistas.
Aunque la Universidad Brown está salpicada de cámaras de seguridad, había pocas en el edificio Barus y Holley, sede de la Facultad de Ingeniería que fue atacada.
"La realidad es que es un edificio antiguo adjunto a uno nuevo", dijo el fiscal general de Rhode Island, Peter Neronha, a los periodistas sobre la ausencia de cámaras cercanas.
La falta de imágenes del campus obligó a la policía a buscar pistas por cuenta propia.
Katherine Baima dijo que los agentes federales llegaron a su puerta el lunes, buscando imágenes de una cámara de seguridad que apuntaba hacia la calle.
"Esta es la primera vez que cualquiera de nosotros en mi edificio, hasta donde yo sé, ha oído de alguien", dijo Baima.
Los estudiantes señalaron que el sistema de alerta de emergencia de la escuela los mantuvo relativamente bien informados sobre la presencia de un agresor armado. Pero no estaban seguros de qué hacer durante un prolongado cierre del campus.
Chiang-Heng Chien, un estudiante de doctorado en Ingeniería de 32 años, se escondió bajo los escritorios y apagó las luces tras recibir una alerta sobre el incidente a las 4:22 de la tarde del sábado en un laboratorio del campus.
"Cuando me escondía en el laboratorio, escuché a la policía gritar afuera, pero mis amigos y yo estábamos debatiendo si debíamos abrir la puerta, ya que en ese momento se creía que el agresor estaba (cerca)", dijo en un mensaje de texto.
Expertos en aplicación de la ley dicen que las universidades a menudo están en desventaja al responder a amenazas como un pistolero en flagrancia. Sus agentes de seguridad suelen estar menos capacitados y reciben salarios más bajos que las de otras agencias policiales. Además, no siempre mantienen colaboraciones estrechas con agencias con más recursos.
A menudo, la financiación para los Departamentos de Policía universitaria no es una prioridad, incluso para escuelas con amplios recursos, dijo Terrance Gainer, un exfuncionario policial de Illinois que luego se desempeñó como sargento de armas del Senado de Estados Unidos.
"Simplemente no están tan bien dotados en aplicación de la ley como se podría pensar. No les gusta mucha presencia uniformada, no les gustan muchas armas alrededor", dijo Gainer, quien ahora es consultor. "Ya sea Brown u otra escuela, una pregunta clave es, ¿qué tipo de relación tienen con el Departamento de Policía local?"
En la Universidad del Valle de Utah, donde el líder conservador Charlie Kirk fue asesinado por un pistolero desde el techo de un edificio escolar el verano pasado, el pequeño Departamento de Policía del campus nunca pidió a las agencias vecinas que ayudaran con la seguridad en el evento al aire libre de Kirk al que acudieron miles de personas, según una revisión de LA NACION.
Providence tiene un sistema de alerta de emergencia, pero cambió de una aplicación móvil a un sistema basado en la web en marzo. El nuevo sistema requiere que alguien se registre en línea para recibir alertas, algo que no todos los residentes sabían.
Emely Vallee, de 35 años, vive con sus dos hijos pequeños a aproximadamente 1,6 kilómetros (una milla) de la Universidad Brown. Dijo no haber recibido "absolutamente nada" de alertas. En cambio, dependió de mensajes de texto de amigos y las noticias.
Vallee esperaba ser notificada a través de la aplicación 311 de la ciudad, pero no se dio cuenta de que el alcalde Brett Smiley eliminó la aplicación en marzo. Smiley indicó que su gobierno envió múltiples alertas el día del tiroteo utilizando el nuevo sistema 311 y ha continuado enviándolas.
Hailey Souza, de 23 años, terminó su turno en una tienda de batidos justo fuera del campus minutos antes del incidente. Todo parecía normal y tranquilo, dijo Souza.
Pero al conducir a casa, vio a un chico sangrando en la acera.
"Entonces todos empezaron a correr y gritar", dijo. Souza indicó que vio a un transeúnte quitarse la camiseta para ayudar.
La tienda que Souza administra, In The Pink, está a una cuadra del edificio de la Facultad de Ingeniería. Una de las víctimas del tiroteo, Ella Cook, era una clienta habitual de la tienda, de acuerdo con Souza. Cook había venido unos días antes y dijo que su último examen final era el sábado, agregó.
Souza se enteró más tarde de que la policía pasó por la tienda para informar a sus compañeros de trabajo sobre un pistolero en flagrancia. Pero Souza nunca recibió una alerta de emergencia.
"Nada", dijo.
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Wieffering, Tau y Slodysko reportaron desde Washington. Los periodistas de LA NACION Kimberlee Kruesi y Matt O’Brien en Providence y Michael Casey en Boston contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.



