Ucrania: La UE en conflicto por los activos rusos, Italia aspira a préstamo puente
Se consideran eurobonos pero se descartan. Presión de EE. UU. y Rusia; Bélgica, decisiva.

La cumbre en la que, para decirlo con palabras de una fuente diplomática europea, "Europa tiene que hacer un movimiento o perder la cara". Y es en este contexto que, en Bruselas, llega la premier italiana, Giorgia Meloni. Con sus dudas intactas sobre la validez jurídica y la oportunidad financiera de usar los bienes congelados de Moscú. Y con una convicción: para Ursula von der Leyen, la opción de financiar a Kiev ha sido siempre una.
El modus operandi de la Comisión, rápida en dejar de lado las opciones alternativas, perseverante en su presión para usar los activos rusos, ha irritado considerablemente a Italia.
Meloni, en la cumbre de los 27, podría así presentar una pregunta que no solo ronda el gobierno italiano: si usar los activos rusos garantizando todo lo que quiere Bélgica es tan costoso y arriesgado, ¿por qué no volver a la opción uno, la del préstamo directo? Aquella que se basaría en garantías nacionales que cada capital -no todas necesariamente- pondría sobre la mesa para proteger a Ucrania.
Un poco, explican fuentes diplomáticas, como ocurrió en 2023, cuando a través del llamado Mfa+ (Asistencia Macro-financiera) Kiev recibió más de 18.000 millones. Y, añaden las mismas fuentes, no es obligatorio que en la cumbre se encuentre una solución para los próximos dos años para Ucrania.
"Si es necesario, se puede encontrar también una solución puente", se subraya.
Pero esta vez, para Meloni, la partida será durísima. El frente de los frugales, capitaneado por Alemania, no quiere pasos atrás en el uso de los activos. Y algunos han expresado su disposición a avanzar con mayoría en cualquier caso. Incluso sin Bélgica a bordo. Crece, entre las fuerzas más europeístas, la idea de una UE que, ante encrucijadas históricas, pueda dejar atrás a algún país miembro.
Partida difícil, se decía, porque mientras tanto Bart De Wever -en contacto con Meloni estos días- se mantiene firme. Su preferencia sigue siendo la opción del préstamo garantizado por el margen de maniobra del presupuesto de la UE, porque ofrece "plena claridad y previsibilidad".
Según las fuentes europeas, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, en una cena previa al Eurogrupo, habría apoyado la hipótesis de que, si se ha utilizado el procedimiento de emergencia (el artículo 122) para inmovilizar sine die los activos, entonces se podría hacer lo mismo para la deuda común, eludiendo a Hungría.
Música para los oídos de Bélgica. Desgraciadamente, tan pronto como se filtró la noticia, se levantó un coro de no. El razonamiento, unánime, es que usar la mayoría cualificada para tocar el presupuesto europeo es el tabú de los tabúes.
Bélgica, por su parte, está dispuesta a complacer a los socios solo si se respetan condiciones precisas.
En primer lugar, la suscripción de garantías "ilimitadas en el tiempo y en el importe" por parte de los otros participantes ante posibles represalias de Rusia, ya sean judiciales o de otra naturaleza. Garantías imposibles de conceder para varios países miembros.
"No veo cómo el Parlamento podría aceptar una condición así", observa además una alta fuente diplomática de un Estado miembro, subrayando, sin embargo, que comprende las reservas de Bélgica: 185.000 millones depositados en Euroclear representan el 27% del PIB nacional.
En la cumbre estará, en persona, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky. Que al parecer ha decidido asistir precisamente para convencer a los socios de optar por la propuesta sobre los activos. Y para pedirles que ignoren las presiones de Estados Unidos y Rusia sobre no usar la alarma de los activos. Presiones que, según Politico, llevaron a la administración Trump a contactar a los países europeos más amigos para frustrar el plan.
Desde Moscú, escribió el Guardian, se ha levantado "una campaña de intimidación" contra líderes políticos y ejecutivos belgas. Atrapada entre dos fuegos, Europa se prepara para navegar en mar abierto, en una cumbre donde sobre los activos "la elección será, ante todo, política". Con una Ursula von der Leyen más expuesta que nunca a un fracaso clamoroso. (ANSA).



