Una sequía crítica acecha el abastecimiento de agua en San Pablo
Tras registrar el año con menos lluvias en la última década, San Pablo enfrenta una crisis hídrica que puede requerir extremar unas primeras medidas de racionamiento ya en vigor.

Tras registrar el año con menos lluvias en la última década, São Paulo enfrenta una crisis hídrica que puede requerir extremar unas primeras medidas de racionamiento ya en vigor en la capital económica de Brasil.
La ciudad más rica y poblada de América Latina, con casi 22 millones de habitantes incluyendo su región metropolitana, lleva tres años consecutivos con precipitaciones por debajo de su media histórica.
Las autoridades esperan que las lluvias aumenten desde los primeros meses de 2026, tal como apuntan los pronósticos meteorológicos, lo que ayudaría al sistema hídrico a recuperar sus niveles normales.
La represa Jaguari-Jacareí, el mayor reservorio de agua paulista situado a 120 km al noreste de la ciudad y que abastece a 9 millones de personas, opera este martes a menos del 18% de su capacidad, con volúmenes que se aproximan a los de una sequía grave ocurrida en 2014.
El agua bajó hasta dejar la mayor parte de la represa seca y atravesada por riachos escuálidos, constató la AFP.
"A partir de agosto el agua empezó a bajar y bajar. Da mucho miedo, día a día la vemos disminuyendo", dijo a la AFP Daniel Bacci, dueño de una posada pegada a Jaguari-Jacareí.
La semana pasada "hubo un poco de lluvia pero no alcanzó para elevar el agua", agregó.
Expertos señalan que el clima de São Paulo experimentó cambios asociados al calentamiento global en las últimas décadas, con precipitaciones más escasas en promedio anual aunque más violentas durante la temporada húmeda.
La represa Jaguari-Jacareí forma parte del sistema hídrico conocido como Cantareira, el principal de la megalópolis, que en los últimos días llegó a funcionar por debajo del 20% de su capacidad total.
Si sus niveles se mantienen así hasta enero, el sistema entrará por primera vez en la clasificación "más crítica prevista" en un protocolo de 2017 para situaciones de escasez, advirtió la Agencia Nacional de Aguas.
El gobierno del estado de São Paulo implementó en octubre un plan de contingencia que contempla el racionamiento de agua, mediante la reducción de la presión en las tuberías por períodos de hasta 16 horas diarias.
En caso de un colapso total del sistema, con niveles hídricos cercanos a cero en las represas, se prevén cortes rotativos en el abastecimiento.
São Paulo vivió la semana pasada escenas de caos por un temporal con vendavales que dejaron a cientos de miles de personas sin luz y cancelaron centenares de vuelos en los aeropuertos.



