Víctimas de trata y servidumbre del Opus Dei buscan justicia en Argentina

Por Lucila Sigal
BUENOS AIRES, 16 dic (Reuters) - Cuarenta y tres víctimas del Opus Dei en Argentina reclamaron el martes a la Justicia que acelere el proceso para condenar a los culpables de trata y reducción a la servidumbre cometidos desde la década de 1970 hasta la actualidad, una denuncia que involucra al titular de la organización católica.
Víctimas, periodistas y abogados participaron el martes en Buenos Aires de la primera cumbre internacional de Ending Clergy Abuse (ECA), donde expusieron acerca de la única denuncia por trata de mujeres para servidumbre en la historia de la Iglesia Católica.
"Lo que le estamos pidiendo a la Justicia argentina es que acelere el proceso", dijo a Reuters Sebastián Sal, abogado querellante de la causa iniciada en 2021 por 43 mujeres, que dijeron que habían sido engañadas y sometidas a explotación por el Opus Dei como sirvientas sin remuneración en condiciones de semi-encierro desde que eran adolescentes en Argentina.
"También estamos pidiendo la imputación del número 1 del Opus Dei, Fernando Ocáriz, porque sabemos que él estaba al tanto de todo esto y no solo lo permitió sino que lo dirigió", agregó, y dijo que la causa también tiene una connotación de género porque las numerarias auxiliares siempre eran mujeres.
El caso podría crecer porque hay otras seis mujeres que prevén declarar en la causa por los delitos que contemplan una condena de hasta 15 años de prisión.
Sal dijo que su objetivo es que los culpables sean condenados y que las víctimas reciban una compensación. Y relató que todavía hay unas 10 numerarias auxiliares en centros del Opus Dei en Argentina mayores de 60 años, muchas de las cuales están enfermas y viven bajo el mismo régimen.
Durante la conferencia, brindaron testimonio víctimas de Argentina y de países como España, Guatemala, Irlanda, Chile y El Salvador, cuyos relatos coincidieron.
Todas contaron que cuando las captaron eran niñas o adolescentes de familias pobres con poca educación, a cambio de estudios -que luego eran casi inexistentes, con títulos sin reconocimiento oficial-, y que apenas llegaban las hacían realizar tareas domésticas durante más de 12 horas, sin sueldo ni vacaciones, privándolas de contacto con el exterior.
Incluso las obligaban a usar una especie de látigo y una malla de alambre en la pierna y las convencían de que su misión era integrar la obra fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928, presente en 68 países del mundo en los cinco continentes, y les decían que si escapaban irían al infierno.
"Vengo de una familia numerosa y pobre y no había posibilidad de estudiar para mí y justo cayeron ellos y me vino como anillo al dedo", relató en la conferencia Tita, una paraguaya que fue captada a los 15 años y llevada a Argentina.
"Apenas llegué, me pusieron a trabajar. Nunca empezó el colegio (...) Lo que más hicieron hincapié en que yo tenía vocación para ser numeraria auxiliar, que había sido elegida desde la eternidad", agregó.
Las víctimas aspiran a que el Vaticano tome medidas y tienen esperanzas de que el Papa León XIV pueda profundizar la línea iniciada por su predecesor Francisco.
"¿Por qué ahora? El Papa Francisco abrió el juego a que estos temas empezaran a tratarse. Hoy el Opus Dei está bajo la lupa de la propia institución, que quiere depurar lo malo de lo bueno. Y este papa actual continuó con la idea", dijo a Reuters Sergio Salinas Giordano, abogado y director de ECA. (Reporte de Lucila Sigal Editado por Nicolás Misculin)



