Nuevos espacios pensados con la pasión del fútbol
Boca, River, Racing, San Lorenzo y Vélez ejecutan y planean remodelaciones en sus estadios
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La quietud del fútbol en estos días, con festejos y decepciones ya consumadas en cuanto a campeonatos, no se condice con el ritmo de los estadios y los proyectos que los rodean. River, Boca, Racing, Vélez y San Lorenzo tienen en ejecución, o bien con planes a corto plazo, remodelaciones y ampliaciones en su arquitectura deportiva para mayor aprovechamiento de las instalaciones por parte de jugadores y socios.
Buena noticia para los hinchas de River Plate es, sin duda, la apertura de nuevos espacios en su estadio Monumental, que fue protagonista en los últimos meses de un cambio de imagen -recubrimiento de las armaduras expuestas y pintura general, viseras antivandálicas en la tribuna visitante, pavimentación de la pista de atletismo para posterior uso como espacio publicitario-. También comenzó a ampliarse hacia los costados con un complejo de cocheras de seis pisos con capacidad para 1600 vehículos, sumado al proyecto de un museo interactivo y una confitería temática.
Por estos días, los vecinos del Barrio River pueden estacionar sus autos en una de las plantas inauguradas de la cochera interna del estadio. Socios e hinchas también utilizan el beneficio, aunque la edificación pronto crecerá dos pisos más. "La superficie cubierta es de aproximadamente diez mil metros cuadrados -comenta el arquitecto Daniel Fernández, gerente del estadio de River-. Para el edificio se consideraron dos carriles exclusivos de entrada por nivel y uno de salida para todos, en forma permanente. Cuando finaliza algún encuentro en el estadio, todas las rampas funcionan como medios de egreso."
Pero eso no es todo: se proyecta también una confitería que promete vistas privilegiadas por su implantación sobre la terraza y, además, una funcionalidad que hace de este salón una entrada al estadio desde el estacionamiento. Será nexo entre este sector y los espacios exteriores, jerarquizando el hall central actual. Esta es, sin duda, una de las zonas con mayor circulación de gente en el club.
Mientras tanto, el Museo River (ideado por Museos Interactivos) ya tiene ubicación y concepto. Estará a la par del nuevo estacionamiento y dividido en sectores que contemplen -en espacios amplios e interactivos- la historia del club millonario partiendo de una locomotora que simboliza al equipo de La Máquina. En otro espacio se desarrollará una enorme esfera por donde pasarán imágenes de los partidos más celebrados, ocupando las dos plantas del museo, y en otro se dispondrá de una réplica del Monumental a escala. Habrá espacio para jugar al fútbol y al metegol, pero también para observar de cerca los trofeos y las fotos de las estrellas, a través de un túnel-galería.
Más seguridad
En la ribera de enfrente, el estadio de Boca Juniors pasó casi medio siglo sin modificaciones arquitectónicas, hasta que en 1996, los estudios M/SG/S/S/S y Lier-Tonconogy remodelaron la cancha con nuevos palcos sobre la vieja tribuna de Del Valle Iberlucea, además de renovar sus butacas en todas las plateas.
Después de un cambio de imagen como aquél, por estos días la prioridad es el tema de la seguridad: por una exigencia del Comité de Seguridad Interior, la Bombonera deberá incorporar asientos a sus tribunas populares, a razón del 25% de cada tribuna por año, comenzando por la tercera bandeja, donde los hinchas protagonizaron los choques más comentados de los últimos tiempos. Estos nuevos asientos, dispuestos en filas unidas, estarán tomados al escalón de tal manera que sea imposible arrancarlos.
Por otro lado, Carlos Bottaro, del Departamento de Obras, junto a los arquitectos Jorge Pessagno y Juan Fricia, destacan entre las obras recientes del club una cancha reglamentaria de césped sintético en terrenos de Casa Amarilla para partidos de las inferiores, a la que se le acaba de agregar una tribuna y, debajo de ésta, un gimnasio cuya particularidad es un vidriado que lo vincula con la actividad en la cancha permitiendo un entrenamiento más integral.
En Avellaneda, con los colores de Racing Club, el proyecto tiene nombre y construcción en marcha: La Casa de Racing.
El estudio DHF Arquitectos pensó destinar para la zona de actividades deportivas y sociales del club el espacio que media entre el estadio y las piletas. Allí se ubicará la residencia de dos niveles, con capacidad para alojar a 60 chicos en el cuerpo principal del edificio, mientras que en el cuerpo secundario se desarrollarán una sala de juegos, una biblioteca y una sala de computación.
El espacio común de esparcimiento, centro del edificio, se construirá en el lugar que ocupaba la tradicional confitería de Racing a la que llamaban, por su forma, el hongo. Esta estética se conserva en el techo de la casa y en la columna central que lo sostiene, emulando esa figura.
Todo sumará una superficie cubierta de 1340 m2, sin contar el espacio que se dedicará a la ampliación del gimnasio y el armado de una nueva cancha reglamentaria, también planeada por los arquitectos De los Heros y Ferrero para el uso de las divisiones inferiores en los partidos oficiales, un plan que, salta a la vista, es prioridad de la mayoría de los clubes grandes.
Con el sentido explícito de ofrecer el club como vivienda para los jugadores que llegan del interior o bien como motor de actividades en relación con la comunidad y los socios, también Vélez Sarsfield se encuentra en obra en el predio de su estadio y en el de su Villa Olímpica, en Parque Leloir.
Según cuenta el arquitecto Osvaldo Ghini, el club se encuentra reformando la biblioteca y diseñando una pensión de fútbol amateur debajo de la Platea Sur del estadio, con lugar para alojamiento y esparcimiento de los jugadores menores.
Mientras tanto, la Villa Olímpica continúa con la ampliación del sector de concentraciones para el equipo de primera división (que ya contaba con una casona de más de 2000 metros cuadrados), ahora con un centro de perfeccionamiento técnico de práctica de fútbol, con dos canchas profesionales, vestuarios de 240 metros cuadrados y servicio médico en contacto directo con el campo de juego, emprendimiento que tendrá áreas bien definidas de trabajo de campo (las canchas mismas, las rampas) y de recreación (pileta, cancha de voley, quincho, asadores), conectados por un sistema de calles vehiculares y peatonales.
Por su parte, los proyectos arquitectónicos de San Lorenzo de Almagro vienen, por ahora, de la mano de postulantes a la presidencia como el doctor Carlos D´Alessandro y los arquitectos del estudio Chiaruzzi + Díaz y Oscar Versino.
La mayoría de las intervenciones propuestas se basa en un mejor aprovechamiento de la ciudad deportiva del club, integrándolo al barrio por medio de un nuevo cerco perimetral más comunicativo. Mientras tanto, en el estadio se planea la construcción de palcos en la Platea Sur y mediante su venta, completar la cubierta de este sector, con dos aletas transparentes en los extremos.
Hay más proyectos en Almagro: el techado de la cancha de hockey, un miniestadio de fútbol de salón conectado a nuevos vestuarios, una cubierta móvil para la piscina que consiga optimizar el uso durante todo el año, entre otros temas pendientes. Pero, sin duda, uno de los desvelos de este grupo de arquitectos es construir una escuela de nivel medio con orientación deportiva, debajo de la Platea Sur, lo que terminaría por delinear la intención de unir al club con el barrio y su gente. Definitivamente, una de las intenciones que todos, más allá de los colores de la camiseta, tienen en común.



