Coronavirus. Custodios de porteños: cómo controlan los servicios públicos y cuáles son los más demandados
La vida en la Ciudad, tal como la conocíamos, es un poco diferente por estos días. Menos gente en las calles porteñas, pocas oficinas abiertas y escaso bullicio, pero el trabajo de los fiscalizadores de servicios no se detiene.
Martín Saavedra es uno de los 120 controladores que cada día salen a controlar que servicios públicos clave en plena pandemia, como la higiene urbana y la recolección de residuos, funcionen como corresponde.
Saavedra lleva 15 años trabajando en el Ente Único Regulador de Servicios Públicos de la Ciudad y 2020 no iba a ser la excepción. "Como servidores públicos, nuestra obligación era mantener el servicio", dice orgulloso a LA NACION durante un breve descanso en su rutina matinal. Eso sí, su rutina sufrió algunos cambios que no pasan desapercibidos: solía hacer el recorrido, en su caso vehicular, junto a un compañero, pero por el coronavirus y para resguardar la distancia ahora va a los controles en soledad. Solo lo acompaña su teléfono, herramienta indispensable para llevar adelante las fiscalizaciones, y una botella de alcohol en gel.
En el organismo hay 200 controladores que velan por la defensa y protección de los derechos de los usuarios, pero como algunos de ellos son personas con factores de riesgo el organismo se readaptó para suplir esas faltas. Por eso, por ejemplo, en estos meses se incrementaron los controles vehiculares que permiten "barrer" más cuadras. Mientras un controlador recorre a pie unas 30 cuadras por día, en un vehículo se pueden vigilar alrededor de 200. "Tenemos a la mayoría de los fiscalizadores en la calle", destacó el titular del Ente, Alejandro Ameijenda.
Uno de los más controlados
La higiene urbana sigue siendo uno de los servicios que más controles tienen y del cual más denuncias recibe el Ente de parte de los vecinos. "Los primeros 15 días después que se decretó la cuarentena obligatoria nos sorprendimos por la cantidad de residuos voluminosos que había en las calles. Parece que la gente aprovechó para limpiar sus casas y sacó de todo", contó Saavedra, entre risas. Un piano de cola apareció tirado en un barrio, recordó Ameijenda en diálogo con LA NACION.
En este contexto, es aún más importante que los centros de salud dispongan bien de los residuos patógenos y que las empresas a cargo de su recolección lo hagan en tiempo y forma. Para ello, los fiscalizadores se acercan a las instituciones. "Controlamos que el acopio de los desechos sea en un espacio al que no tenga acceso la gente y que la basura esté etiquetada con fecha", explicó Saavedra. Una semana después, el controlador (se intenta que sea el mismo trabajador) vuelve a pasar por el lugar para corroborar que la concesionaria haya retirado los residuos; si no lo hizo, se le labra un acta o se procede a multarla según corresponda.
Controlamos que el acopio de los desechos sea en un espacio al que no tenga acceso la gente y que la basura esté etiquetada con fecha
Gracias al proceso de modernización y sistematización de datos y denuncias que se llevó adelante en 2018 en el organismo, las operaciones en el Ente se adaptaron con cierta facilidad a esta realidad extraordinaria. Saavedra lee en el sistema, a través de su teléfono, las quejas de los usuarios y se encarga de distribuir entre sus compañeros, según la zona, el plan programado de trabajo diario más esos reclamos puntuales. Es una tarea que cambia jornada a jornada y que lleva un proceso de organización previa.
El vaciado de los contenedores y la reparación de los cestos forman parte de los principales reclamos de los vecinos. Durante el otoño, y como ocurre cada año tras la caída de las hojas de los árboles, la presencia de los barrenderos en los barrios se sube al podio de los servicios más solicitados. "Esta vez, creció mucho más ese pedido. Nosotros les pasamos las deficiencias a las empresas, pero hay que tener en cuenta que también ellas tuvieron algunas reducciones de personal en este contexto", explicó Ameijenda, a cargo del organismo que regula 13 servicios públicos y que este año cumple 20 años de actividad.
Durante los primeros cinco meses de este año se realizaron 378.197 controles y se recibieron 3935 denuncias de habitantes.
El recorrido de un reclamo
Si un vecino reporta que un desagüe está obstruido o anegado, el fiscalizador se acerca al lugar y toma fotos del inconveniente y de la dirección. A través de su teléfono, carga la información en el sistema. Pasado el plazo prudencial correspondiente para solucionar el problema, el controlador retorna al lugar para ver qué ocurrió. Las compañías tienen 48 horas para el retiro de residuos voluminoso y 72 para los restos verdes, por ejemplo.
Como otros trabajadores que conviven a diario con la exposición al coronavirus, Saavedra sigue un protocolo estricto cuando llega a su hogar para cuidar de su familia: "En mi casa, que es un PH, tengo un cuartito en el fondo. Apenas paso la puerta de entrada, dejo la ropa en un canasto, cruzo por el pasillo descubierto y me voy directo para ese departamentito. Me baño y espero unas dos horas y media, recién ahí paso a saludar a mis cuatro hijos". Aunque duela un poco, el fiscalizador intenta tener el mínimo contacto posible con sus seres queridos.
Datos de controles del Ente de 2019
- Se realizaron 994.074 controles puntuales programados.
- Hubo 92.385 anomalías.
- 81% de las irregularidades se resolvió de manera práctica
- Respecto de las denuncias de la gente: el 44% de los 5336 reclamos correspondió a temas de higiene urbana, 17% a problemas con el alumbrado y 9% al subte.
¿Cómo y dónde reclamar si un servicio público no funciona cómo corresponde?
- Se debe especificar el problema, el horario en el que sucedió la anomalía y la dirección en donde ocurrió.
- Por teléfono: 0-800-222-ENTE (3683)
- A través de la página del Ente
- Desde las redes sociales del organismo: Twitter, Facebook, Instagram
- Por correo electrónico: denuncias@entedelaciudad.gov.ar
- Servicios regulados: alumbrado público, autopistas urbanas, transporte público de pasajeros, estacionamiento concesionado, estacionamiento medido, higiene urbana, multas fotográficas, residuos patogénicos, semáforos, subterráneos, taxis, tendidos de tv por cable y transmisión de datos y transporte escolar.