Facundo, el herido que lucha por su vida
Uno de los bomberos heridos de la tragedia de Barracas lucha por su vida. Y en esa pelea ya ha dado varias batallas muy duras. Facundo Ricardo Ambrosi, de 25 años, internado en terapia intensiva en el hospital Argerich, resultó herido en el primer derrumbe en Barracas y "ya fue operado de la pierna derecha; está delicado y hay que esperar su evolución", dijo a la nacion su hermano, Rodrigo Ambrosi, de 30 años, quien también es bombero voluntario del cuartel de la calle Garibaldi 2042, en La Boca.
"Tiene los pulmones muy delicados y está conectado a un respirador, en coma inducido. Si todo sale bien, lo van a operar de la cadera, el codo y el brazo", agregó el hermano del herido.
El bombero se desempeñaba junto con Sebastián Campos -una de las víctimas mortales- en el cuartel Vuelta de Rocha, de donde el miércoles pasado salieron distintas unidades para combatir las llamas en el depósito de Iron Mountain, en Barracas. Campos, de 35 años, falleció tras el derrumbe de una de las paredes del inmueble, mientras que Ambrosi sufrió múltiples fracturas. "Facundo se salvó porque escuchó el grito de advertencia de su compañero Diego O'Neil y por eso pudo salir a tiempo del galpón. Además, lo ayudó el casco especial que donó la embajada de Francia", relató su hermano.
El cuartel, como una familia
"Su sueño siempre fue estar en el cuartel Vuelta de Rocha, donde además de hacer su trabajo vive y duerme en su habitación, como los demás compañeros", dijo Rodrigo. "Mi papá, Ricardo Oscar Ambrosi, era el jefe de bomberos hasta el año pasado, cuando murió. Por eso, estamos acostumbrados a pasar el día en el cuartel. Para nosotros, el cuartel es un hogar, donde nos sentimos en familia", concluyó.
Según Rodrigo, Facundo es un gran amante de la música, sobre todo de Andrés Calamaro. "Es percusionista en la murga Bombo, Platillo y Elegancia, de La Boca, que integramos juntos desde hace algunos años", contó.
Lo único que en la vida de Facundo supera su pasión por la música es el amor a sus tres hijos: Abel, de 6 años; Thiana, de 1, y el recién nacido, Gael. "Es el tipo de padre que se pasa todo el tiempo con los chicos; le encanta estar con ellos y llevarlos al cuartel", contó su hermano.
Como todos los bomberos voluntarios de Vuelta de Rocha, Facundo no cobra un sueldo y, según Rodrigo, para vivir "hace de todo, sobre todo changas en comedores y museos".
Como el resto de la familia, el joven espera la recuperación de Facundo con una mezcla de ansiedad y desesperación. "Lo único en lo que no coincidimos es en el fútbol: él es fanático de Independiente y yo de River", contó Rodrigo, con una sonrisa en la que brilla su esperanza.