Pánico en La Boca por el incendio de un conventillo
"¡Se quema todo, se quema todo!", fueron las gritos que despertaron de la siesta a Jonatan Aguilera, de 19 años, que anoche debió buscarse un lugar donde dormir. El conventillo de La Boca en el que vivía con su familia quedó reducido a cenizas. El siniestro, que alcanzó los tres pisos de la construcción en la que habitaban siete familias, comenzó a las 17.40 y alteró la zona conocida como "barrio chino" en la esquina de Alfredo Palacios y Garibaldi.
El incendio fue combatido por al menos siete dotaciones de bomberos, que recién lograron controlar el fuego dos horas y media después. El Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) confirmó que 14 personas sufrieron heridas leves, politraumatismos y principio de asfixia, y que cuatro de ellas fueron derivadas al hospital Cosme Argerich, a pocas cuadras del lugar, aunque su estado de salud no corría peligro.
Las llamas fueron apagadas antes de que un conventillo lindero y un depósito también fueran afectados. "Me quedé en la calle, perdí todo, no sé qué voy a hacer", dijo angustiado Angel –padre de Jonatan–, junto a su mujer Lucía, quien llorando acunaba a uno de sus siete hijos.
Si bien aún no se detallaron las causas de lo ocurrido, los vecinos, conmocionados y agolpados en las inmediaciones, comentaron que hubo un cortocircuito en uno de los tableros de luz de la planta baja del inmueble, lo que generó una llamarada que se propagó hacia las habitaciones y luego ascendió hacia el resto de los pisos.
Los habitantes de la construcción, hecha de maderas y chapas, fueron quienes dieron aviso a la policía sobre lo que estaba pasando y se ayudaron mutuamente para evacuar la zona. Gente llorando abrazada, niños inquietos y madres desesperadas en busca de sus hijos eran algunas de las imágenes que se podían ver.
"Se desplomó todo, no pudimos salvar nada de lo que teníamos. Cuando quise buscar los documentos, no podía respirar por el humo negro que había", dijo Jonatan, junto a amigos suyos que, preocupados, se acercaron al lugar para socorrerlo. "Yo estaba trabajando por acá cerca en una construcción. De pronto vi el humo y un pibe vino llorando desesperado. Nos dijo que se estaba prendiendo fuego el conventillo y salí para acá", contó Ezequiel Villagra, de 20 años.
Los habitantes del lugar señalaron que hubo falta de presión de agua para apagar el fuego y aseguraron que el hecho fue registrado por las cámaras de vigilancia situadas en los edificios más altos del centro porteño. "Yo abrí la puerta de mi casa para sacar a pasear el perro y me encontré con esto. Como los bomberos, en un principio, no tenía agua, tuvimos que ayudarlos nosotros", dijo indignada Rosa Pereyra, que desde hace nueve años vive en La Boca.
En julio de 2011, un incendio similar, ocurrido en un hogar de tránsito en Olavarría 900, también en el barrio, causó la muerte de un bebe de un año.
Los vecinos culpan al gobierno porteño
Los vecinos del conventillo incendiado expresaron su enojo y culparon al gobierno porteño de no ocuparse de ellos. "Acá siempre pasa algo, para el gobierno, el Ssur no existe", se quejó Jorge Barneau, vecino de la zona. "Siempre se prende fuego algún conventillo, los cortocircuitos son cosa habitual. No hay mantenimiento, ni inversión y la sirena de los bomberos suena todos los días", dijo indignado.
Cristina Burgos aseguró que el barrio suele inundarse por la falta de bocas de tormenta y que "hay cables sueltos por todos lados".