Preocupan las picadas de autos en la zona norte bonaerense

Las picadas de autos en la zona norte del conurbano y de la Capital siguen sin control. Cada vez son más los jóvenes que burlan los operativos policiales en puntos fijos de varias avenidas y son casi nulos los tests de alcoholemia para sancionar a quienes conducen en estado de ebriedad.

Aunque las autoridades de Vicente López afirman que han secuestrado más de 400 autos por las picadas y las de San Isidro sostienen que hay controles y que las carreras son esporádicas y espontáneas, los jueves, viernes y sábados, a partir de la medianoche, arterias transitadas del área metropolitana se transforman en improvisadas pistas de competición, donde los osados e imprudentes conductores llegan convocados por las redes sociales o bien porque coinciden ante el rojo de algún semáforo.

Jóvenes que, en su mayoría, han salido hace poco de la adolescencia suelen reunirse en estaciones de servicio, principalmente en Vicente López y San Isidro, y, tras "medir" los autos -término que usan para comparar uno con otro-, salen a competir. Avenidas concurridas como Libertador, Panamericana, Fondo de la Legua (en los cruces con Paraguay y Thames, en San Isidro) y la Costanera se convierten en un peligro latente cuando los autos aceleran a toda velocidad. Y donde en los últimos cuatro años más de seis personas perdieron la vida.

Viviam Perrone, madre de Kevin Sedano, el chico que murió arrollado en Libertador y Corrientes, Olivos, el 1° de mayo de 2002, dijo que las picadas en la zona norte son cada vez más frecuentes porque los controles policiales son "ineficientes". "En numerosas ocasiones realicé denuncias por picadas en los municipios de Vicente López y San Isidro, pero no tuve respuesta. Los controles policiales que hay son fijos y son muy escasos. Y la problemática que se da es que los chicos se juntan en las estaciones de servicio y salen a correr en los semáforos. Eso lo ve todo el mundo, y yo escucho los ruidos desde la habitación de mi casa [vive en Vélez Sarsfield al 2800, a tres cuadras de la Panamericana]. Pero no pasa nada. Yo llamo al 911 y se detienen los ruidos, y luego, al rato, se vuelve a juntar", dijo Viviam Perrone.

Para la integrante de la Asociación Madres del Dolor, las videocámaras instaladas en las principales avenidas de la zona norte deberían ser de utilidad "para prevenir las picadas de autos, no sólo para mostrar en la TV cómo son atropellados los chicos".

Por "diversión"

Hay picadas de autos y motos organizadas por dinero. Pero, según cuentan los jóvenes participantes, la gran mayoría son espontáneas y por pura diversión. En una recorrida realizada por LA NACION la madrugada del jueves pasado, se constató que los controles policiales son escasos y, tal vez, poco útiles.

"Cuando se abrió el destacamento policial sobre Libertador, en Vicente López, hacían controles de alcoholemia muy a menudo. Después, eso bajó sensiblemente y ya casi ni se ven. Ahora hay controles fijos y los chicos los evitan como quieren. Es una risa y hay picadas continuamente", dijo Miguel, vecino de la zona, que pidió que se omitiera su apellido.

La estación de servicio Shell sobre la avenida General Paz, frente a Tecnópolis, es un punto de encuentro de autos "tuneados", con llantas deportivas y el tren delantero tan bajo que el chasis toca en las lomos de burro. "En Panamericana se corre bastante seguido. No es por plata, es por diversión. A veces, para que otros autos no estorben algunos que vamos detrás hacemos de escudo, así pican tranquilos. Otro lugar de reunión para salir a correr es Pancho 46 [Constituyentes e Illia, en San Martín)", cuenta Ezequiel, un joven de 20 años que luce orgulloso un VW Gol blanco.

Frente a Tecnópolis, cuatro agentes de la Policía Metropolitana ni siquiera bajan de las dos patrullas cuando un Escort negro hace patinar las cubiertas en el playón, poco después de la medianoche.

Para las autoridades, las picadas de autos "han disminuido sensiblemente" debido a los controles que realizan. Walter Pérez, secretario de Tránsito de San Isidro, dijo: "Ningún tramo de la Avenida del Libertador o de Fondo de la Legua, en San Isidro, es utilizado para correr picadas. Eso no significa que algunas personas, de manera irresponsable y en forma esporádica, se desafíen entre sí en algún semáforo". Agregó que desde hace mucho tiempo se intenta prevenir las picadas "colocando tachas reflectivas y sensores de velocidad".

El municipio de Vicente López informó que realiza operativos diarios en el Paseo de la Costa, Libertador y en la colectora de la Panamericana. "Desde abril de 2012 hasta hoy secuestramos 427 autos en operativos de picadas y más de 500 motos en operativos cerrojo", indicaron desde el área de prensa. Pero vecinos y automovilistas denuncian que las picadas ya son parte de un peligroso plan juvenil de cada fin de semana.

Los puntos de encuentro

• Las estaciones de servicio Shell, en ambos lados de la avenida General Paz, en Vicente López, son lugares de reunión de autos preparados. Algunos salen a correr, incluso por la avenida Panamericana, según contaron los protagonistas
• Otro sitio de reunión es Pancho 46, en San Martín. Allí, incluso, el último jueves por la noche hubo un control policial hasta la 1 para evitar las picadas de autos
• La avenida Fondo de la Legua, en Martínez, es otra de las arterias elegidas por los conductores imprudentes para correr a toda velocidad
• En los cruces de la avenida Del Libertador, tanto en Vicente López como en San Isidro, los jóvenes suelen desafiarse para correr picadas de un semáforo a otro. Las competencias no son por dinero y, en ocasiones, surgen de manera espontánea

Por Pablo Tomino

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