Afirman que los viajeros frecuentes reciben altas dosis de radiación
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LA PLATA.- Los pasajeros que viajan en avión con frecuencia en rutas internacionales se exponen a un peligro adicional, si despegan desde la Argentina. No se trata de las condiciones de seguridad de los aeropuertos ni del mantenimiento de las máquinas, sino de un pasajero invisible que los científicos conocen como radiación cósmica, un fenómeno que se materializa en una lluvia de partículas de alta energía y que podría tener incidencia en el desarrollo de cáncer y producir lesiones cromosómicas.
Un estudio realizado en junio último por especialistas de la Universidad de La Plata y el Real Colegio Militar de Canadá permitió comprobar que los aviones con rutas comerciales que parten desde nuestro país -y realizan viajes de más de 13 horas de duración- soportan niveles de radiación entre 5 y 8 veces superiores a las dosis recomendadas. Las mediciones científicas permitieron determinar que los niveles de radiación son superiores en las rutas transpolares (por ejemplo, en la ruta Buenos Aires-Auckland) que en los vuelos transecuatoriales (como en el caso de la ruta Buenos Aires-Miami).
En los primeros, los niveles de radiación se duplican, debido al adelgazamiento de la atmósfera y a la atenuación del campo geomagnético. En estos vuelos transpolares, la proporción de la radiación neutrónica se acrecienta.
Mientras la Comisión Internacional de Protección Radiológica recomienda que la exposición a la radiación no supere un milisievert por año, el estudio realizado comprobó que pilotos, azafatas y viajeros frecuentes de estas latitudes, en el hemisferio sur, están sometidos hasta a 8 milisieverts anuales.
Vicente Ciancio, director del posgrado de Medicina Aeronáutica y Espacial de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Plata coordinó el estudio científico que permitió cuantificar los niveles de radiación en vuelo.
Ciancio, que además de profesor es secretario de la Asociación Argentina de Medicina, destacó que los más afectados son los tripulantes de las líneas áreas y los viajeros que acumulan más de 80 horas mensuales en vuelos internacionales, incluidos los transpolares.
Modos de protección
El equipo científico que coordinó Ciancio y que integraron el profesor Jorge Mercuri y los doctores Gustavo Di Giovan Battista y Pedro Oliveri -de la Universidad de La Plata- y los profesores Anna Rae Green, Brent Lewis y Less Bennet, del Real Colegio Militar de Canadá, se propone ahora investigar a fondo los efectos de la exposición a la radiación sobre los tejidos humanos.
Según estudios realizados por investigadores nórdicos, las tripulaciones aerocomerciales padecerían un mayor riesgo de sufrir lesiones de piel y ciertos tipos de cáncer.
La Comisión Internacional de Protección Radiológica identificó a las tripulaciones aerocomerciales como personal profesionalmente expuesto a estas lesiones.
Pese a este alerta, los únicos Estados que legislaron para proteger a la tripulación aerocomercial son los de la Comunidad Europea. Estas naciones establecieron la obligatoriedad de implementar medidas de radioprotección. En la Argentina existe un anteproyecto de ley similar, según informó Ciancio. Ocurre que, según los especialistas, no hay niveles inocuos de radiación.
El doctor Di Giovan Battista, uno de los autores de la investigación, destacó que la exposición continua a la radiación en vuelo es capaz de generar diversos procesos: envejecimiento, mutaciones genéticas, etcétera. Y agregó: "Debemos monitorear los niveles de exposición de nuestras tripulaciones".
El doctor propuso como medidas de prevención legislar para reducir las cotas de altitud alcanzadas por los aviones comerciales, limitar las horas de vuelo mensuales y las rutas a las que se expone a pilotos y azafatas, y realizar controles médicos periódicos preventivos entre los pasajeros frecuentes.



