Cómo prevenir accidentes en el agua
En niños de edad preescolar, y entre los 10 y 15 años, las muertes accidentales son la segunda causa de fallecimiento
Llega el verano.
Después de un durísimo año -quizá de los más duros que toque recordar en los últimos tiempos- la familia pensará en las vacaciones. Esos días de relax y dolce far niente que, no obstante, también tienen sus riesgos.
Una de las principales amenazas son los accidentes, y en especial los que ocurren en el agua: "Las piletas, ríos, mar, lagos o estanques son los lugares más frecuentes, pero unos pocos centímetros de agua también pueden alcanzar para que un niño se ahogue", advierte el doctor Alberto Iñón, presidente de la Subcomisión de Prevención de Accidentes de la Sociedad Argentina de Pediatría y jefe de Cirugía Pediátrica del Departamento de Pediatría del Hospital Italiano.
El oficio de cuidar
Iñón afirma que los accidentes deberían cambiar de nombre y llamarse "la gran enfermedad" (dado su impacto epidemiológico, ver recuadro) o "lesiones no intencionales".
"El problema -indica- es que tanto para la población en general como para los médicos en particular existe una connotación casual y azarosa de los accidentes, cuando en realidad constituyen una cadena de acontecimientos y circunstancias. Lo importante es que se pueden evitar: son previsibles y prevenibles."
El 50% de los niños que se ahogan en piletas ha sido visto por última vez en las casas. "Es que pueden resbalar y aun zambullirse sin hacer ruido y sin que nadie lo note -afirma-. Siempre que un niño esté en la pileta debe haber un adulto responsable cuidándolo y varios si hay más niños. Deben estar atentos, no haber bebido, no estar abrumados por sus problemas ni sentarse a leer. Un descuido de un minuto puede ser mortal."
En aquellas casas donde hay pileta, algún adulto debería conocer las maniobras básicas de resucitación cardiopulmonar (RCP). "Salvará a un niño de un ahogamiento quien sepa hacerle RCP", dice el doctor Iñón.
Si bien la soltura depende de cada uno, el pediatra afirma que "ningún chico debería estar en ambiente acuático sin el control de un adulto". Aunque parezca desmedido, Iñón afirma que las mismas condiciones de seguridad deben guardarse aunque los chicos se bañen en una pileta de lona.
Y agrega: "Un chico, especialmente uno pequeño, puede caer boca abajo en una pileta con pocos centímetros de agua o en la bañera de su casa, no ser capaz de incorporarse y ahogarse -advierte Iñón-. Hay que prestar mucha atención durante el momento del baño del bebe. Lo más trágico son esas mamás o papás que cuando están bañando al chiquito, si suena el teléfono, lo dejan sentadito en el agua y corren a atender. Esto es peligrosísimo".
Ahogarse, sin embargo, no es sinónimo de agua en el ciento por ciento de las circunstancias. "En la literatura están descriptos casos -dice Iñón- de bebes que gatean, meten la cabeza dentro de un balde y se ahogan así. Es otra situación para prevenir."
La manera de instalar la pileta es fundamental a la hora de prevenir accidentes acuáticos.
"Un chico puede aprender a nadar a partir de los 4 o los 5 años -dice el pediatra-. Antes adquiere algunas nociones y eso es bueno. Pero quizá las olvida con facilidad, porque aún no está maduro para retenerlas. No hay que creer que está completamente seguro."
Antes de que se sumerjan en el sector profundo de la pileta, el doctor Iñón recomienda que los chicos sean invitados a demostrar si son capaces de mantenerse a flote y de nadar en cualquier estilo un pequeño trecho.
Los trampolines y tirarse "de cabeza" son otro capítulo sobre el que hay que prestar adecuada atención. "No siempre hay suficiente agua -dice el experto- y las consecuencias pueden ir desde traumatismos de cráneo hasta lesiones en la columna cervical."
Los ríos, el mar, los arroyos, las lagunas, diques y estanques aumentan los riesgos. La regla es no dejar jamás a un niño solo y hacerlo utilizar un chaleco salvavidas en áreas profundas, cuando se navega, se pesca o se practica un deporte acuático. "Los juguetes o colchones inflables no están recomendados. Dan una falsa sensación de seguridad."
Los adolescentes, que experimentan un sentimiento denominado ilusión de invulnerabilidad (sienten que todo lo pueden y que nada malo podrá sucederles), están especialmente expuestos a los accidentes porque creen que nadan mejor de lo que pueden y no ponderan variables como las corrientes o la profundidad del agua. "Hay que cuidarlos y, además deben recibir explicaciones claras y cumplir con ciertas pautas", concluye el pediatra.
Mejor prevenir
Cifras inquietantes: las estadísticas indican que los accidentes causan entre 140 y 150 mil muertes infantiles por año en todo el mundo. En nuestro país: según datos locales, en la Argentina constituyen el segundo motivo de fallecimiento de niños en edad preescolar y entre los 10 y 15 años. Producen más de 2000 muertes anuales de chicos sanos, y dejan no menos de 20 mil discapacitados graves por año.Cómo informarse: para obtener mayor información acerca del tema y datos sobre cómo prevenir accidentes en niños y adolescentes se pueden consultar las siguientes direcciones en Internet: www.sap.org.ar/comunidad/info/accidna.htm o www.ptp.org.ar .