Familiares de pacientes en diálisis, con más riesgo de insuficiencia renal
El trabajo, que fue premiado, muestra que alrededor del 30% puede desarrollarla
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Sin la prevención adecuada, tres de cada diez familiares de pacientes con insuficiencia renal pueden desarrollar una pérdida progresiva de la función de sus riñones.
A esta conclusión llegó el primer relevamiento realizado en la Argentina sobre los factores de riesgo presentes en los familiares directos de las personas en diálisis, que es el procedimiento por el cual se extraen de la sangre los desechos y el exceso de agua que el organismo no puede eliminar a través de los riñones.
"La enfermedad renal es silenciosa y hay un grupo de individuos en la población que, según la literatura, tiene mayor riesgo de padecerla. Con este estudio, estamos confirmando que esto es así", señaló a LA NACION el doctor Felipe Inserra, uno de los tres investigadores principales del estudio realizado por Fresenius Medical Care en pacientes de cinco centros en el país.
La estrategia de la prevención
Reconocido por la Sociedad Argentina de Nefrología con el Premio Miatello a la Mejor Investigación Clínica en Nefrología, el trabajo "determina la necesidad de que el Estado ponga en marcha estrategias de prevención de la enfermedad renal que hoy no están sistematizadas en el país", opinó el doctor Inserra.
El grupo, codirigido por los doctores Germán De la Llave y Cristina Marelli, evaluó a 810 familiares mayores de 5 años y con vínculo primario (padre, madre, hijos y hermanos) de pacientes que reciben diálisis en cinco centros ubicados en San Miguel de Tucumán, la ciudad de Buenos Aires, Escobar, Florida y Pilar. A todos se les midió la presión arterial, el peso, el perímetro de la cintura y se les realizaron análisis de orina y de sangre.
Los investigadores hallaron que el 30% de los familiares mayores de 21 años mostraba alteraciones en ciertos indicadores clínicos que, sin la prevención adecuada, podrían transformarse en algún grado de enfermedad renal crónica. Las alteraciones más importantes fueron niveles de proteinuria en orina y de creatinina en sangre por encima de los valores considerados normales.
"En el 30% había algo que cuidar para no llegar a la insuficiencia crónica, que es irreversible; es decir, para siempre -destacó la doctora Marelli-. En ese sentido, cabe destacar que lo más importante del trabajo es el esfuerzo para hacer detección temprana. Es más, hay muchas personas que tienen insuficiencia renal y lo ignoran, pero cuando se llega a la insuficiencia terminal es porque todo el esfuerzo de prevención terminó y los riñones nunca van a volver a funcionar. Son éstos los pacientes que necesitan diálisis."
En la hemodiálisis, la sangre se extrae del cuerpo y se hace circular a través de un aparato -el dializador- que la filtra. La sangre purificada es devuelta al cuerpo del paciente. En la diálisis peritoneal, el peritoneo, una membrana del abdomen, actúa como filtro.
En la Argentina, más de 20.500 pacientes reciben diálisis tres veces por semana durante cuatro horas. "Pero poco se hace para evitar que las personas en riesgo lleguen a esto; sólo se tiene en cuenta asegurar el reemplazo de la función renal a quien ya la perdió, pero no hacemos nada para evitarlo", insistió la nefróloga.
Entre las consecuencias de la insuficiencia renal crónica se encuentran la hipertensión arterial, la obstrucción del tracto urinario, la diabetes o las enfermedades autoinmunes.
"Estamos trabajando sobre los familiares de los pacientes en diálisis para evitar que la insuficiencia renal que hoy puede ser leve en ellos avance hacia la insuficiencia crónica terminal", dijo Inserra.
Con la edad
A medida que aumentaba la edad de los familiares incluidos en el estudio, crecía el porcentaje de riesgo. A todos se los derivó a hospitales de referencia para el diagnóstico adecuado.
Así, por ejemplo, el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica era de 14,3% entre los menores de 21 años. Pero la sospecha trepó a 45,1% en los familiares de 40 a 49 años y a 63,2%, en los mayores de 60 años.
"Tenían un indicador que hacía sospechar, pero para la confirmación deben realizarse los estudios necesarios para el diagnóstico y el tratamiento adecuados de la enfermedad -insistió Inserra-. En prevención, estos análisis se hacen para buscar datos de sospecha."
Para la doctora Marelli, lo importante es "encontrar la enfermedad en su estadio temprano para poder evitar que esos individuos lleguen a la etapa de tratamiento dialítico".
Además, entre los familiares se halló riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y vasculares, ya que el 35% fumaba, más del 35% era hipertenso (aunque muchos lo desconocían), el 40% tenía colesterol alto y casi el 60% era obeso. "Del trabajo no debe surgir que ser familiar de un paciente en diálisis es un factor de riesgo en sí -aclaró la doctora Marelli-. Todos deberíamos controlar si tenemos alteraciones en la función renal."
Dentro de una iniciativa de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología y de la Sociedad Argentina de Nefrología, los investigadores impulsan la iniciativa de desarrollar estrategias de prevención en la atención primaria.
El objetivo, para el doctor Inserra, es individualizar a las poblaciones más vulnerables, que son los pacientes diabéticos, con hipertensión arterial, los adultos mayores de 65 años y las personas que tienen un vínculo primario con algún paciente con enfermedad renal. "Es sobre ellos sobre los que hay que hacer grandes esfuerzos de detección y prevención", finalizó el doctor Inserra.



