Ingenieros argentinos le dan una vuelta de tuerca al motor de vapor
Permitiría producir energía eléctrica sustentable y no contaminante a partir de biomasa
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El motor de vapor desarrollado en el siglo XVIII por el ingeniero británico James Watt, que descubrió cómo convertir el movimiento circular en otro casi rectilíneo, ya parecía algo reservado a los libros de historia de los inventos. Sin embargo, un equipo de estudiantes y profesores de la Facultad de Ingeniería de la UBA (Fiuba) le introdujo modificaciones inteligentes que podrían convertirlo en una excelente solución para abastecer de energía eléctrica sustentable y no contaminante a industrias y pueblos pequeños o medianos.
El desarrollo, que llevan adelante en colaboración con el INTI, tendría un mejor rendimiento y mayor robustez que los de otros países (como Brasil y la India), y además una sencillez que haría posible su operación por parte de personas sin especialización técnica.
"Este diseño es fruto de la tesis con que nuestros estudiantes finalizan la carrera y que encaramos con el espíritu de que sea un trabajo que beneficie a la facultad o a la sociedad en general", cuenta Eduardo León, profesor de la materia sobre transformaciones del calor en energía mecánica o eléctrica. En este proyecto también trabajaron el profesor Roberto Atencio, y los ingenieros recientemente graduados Conrado Sáez, Pablo Romero y Miguel Gorchs.
"Para potencias pequeñas o medianas los motores de vapor tienen mejor rendimiento que las turbinas -explica León, que además de docente de la Fiuba es consultor-. Son ideales para energías distribuidas, de unos 500 kilovatios, que pueden hacer funcionar un aserradero mediano a grande, o abastecer a un pueblo pequeño..."
Si bien conceptualmente la idea de este motor es muy similar a la de las antiguas locomotoras, está muy mejorada, particularmente con innovaciones de un ingeniero argentino de la Fiuba, ya fallecido, Livio Porta. "Fue un especialista en este tema -cuenta León-. Trabajó en el país, en Paraguay, en la India, en Irlanda... Era realmente una eminencia mundial en mejoras de este este tipo de accionamiento. Por ejemplo, el Tren del Fin del Mundo se construyó a partir de diseños originales o mejoras introducidas por el ingeniero Porta."
El nuevo motor funcionaría a partir de biomasa residual, por lo que resultaría ideal para aserraderos, y requeriría unos 300 kg de madera por hora, dependiendo de la humedad del material.
"Nuestro tutor fue precisamente un discípulo del ingeniero Porta -cuentan Gorchs, Sáez y Romero-, el irlandés Shawn Mac Mahon, que nos trajo ideas para mejorar el motor, pero también para la caldera que genera el calor. Todo el conjunto está armado para entrar en un container estándar."
Según los ingenieros, este tipo de solución, que hasta ahora llevó un año de trabajo, tiene más que interesantes aplicaciones en el litoral y en la zona sur del país. "En áreas como las de Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Tierra del Fuego, donde hay abundante material leñoso y agua, las necesidades de energía no son demasiado grandes, la red de distribución no es muy confiable y en este momento no tienen un aprovechamiento útil de buena parte de sus residuos -detalla León-. Allí, este motor ofrece dos virtudes: elimina residuos y genera energía útil."
Actualmente, el proyecto ya concluyó la etapa de ingeniería básica y cálculos de diseño, y está comenzando con la ingeniería de detalle. El patentamiento está en curso y ya hay un aserradero en Touhlin, Tierra del Fuego, dispuesto a probarlo.
"Este es sólo uno de varios trabajos sobre energías renovables o utilización racional de la energía que tenemos entre manos en el Departamento de Ingeniería Mecánica -concluye Atencio-. También junto con el INTI estamos desarrollando un motor de aire caliente que puede usar energía solar o combustibles con cenizas, y estamos haciendo estudios de uso de biogás a partir de residuos en general, y en particular, de residuos sólidos urbanos." Todo con tecnología made in Argentina.



